Capítulo 84: ¿Estarás enferma?

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Mónica y Óscar se encontraban desayunando en el comedor cuando de repente sonó el timbre de casa.

-Yo voy cariño- le dijo Óscar.

Se acercó a la puerta y era Marta la cual había quedado en mostrarle a ambos las invitaciones. Óscar la invito a pasar.

-Antonia, buenos días- le dijo Mónica animada.

-Buenos días, veo que ya te encuentras mejor después de lo de ayer- dijo Marta, y si las miradas matarán, Mónica sería acusada de asesinato.

-¿Y que paso ayer?- preguntó Óscar curioso.

-Na...nada, solo me sentí un poco mal del estomago, nada de que preocuparse- se le notaba nerviosa.

-Si, seguro- dijo Marta para apoyar su argumento.

-Vale- Óscar no estaba convencido pero luego lo hablaría con Mónica- ¿Marta gustas desayunar?- preguntó cortés.

-No, tu tranquilo, he desayunado antes con Romi y Sara- musitó.

-Vaya...cuando las amigas te cambian- dijo Mónica haciéndose la dolida, a lo que ambas luego se rieron.

-A ver, pero aceptame un café al menos- le insistió.

-Vale vale, esta bien- Óscar sonrió y fue a la cocina por el café de Marta- Que noviecito mas pesado el tuyo- le dijo en broma a Mónica.

-Dejalo que es un amor- le respondió ella con una sonrisa de oreja a oreja.

-Bueno, buenorro si que está- soltó entre risas.

-¡Marta! - ambas rieron a carcajadas.

-Cariño, David me ha llamado de la oficina de servicios especiales de la policía, me dice que le faltan algunos documentos para terminar mi procedimiento de reingreso, ¿Podrían esperarme un momento mientras voy fugaz a dejarselos?- pregunto mientras le tendía la taza de café a Marta.

-Claro, aquí te esperamos mi amor- le dio un dulce beso que duro mas de lo esperado.

- ¡Yuju! Marta llamando a los tortolitos, sigo aquí joder, que pastelosos sois- dijo en broma.

-Ya te veré yo igual de pastelosa cuando encuentres el amor de tu vida- le dice Mónica dándole un leve empujón y riéndose.

Ambas seguían de risa y bromeando, Óscar por su parte busco los documentos y salio hasta donde David dejando a las dos amigas solas en casa.

-Oye mó, ya que estamos sola, disculpa por soltar la sopa sobre lo de ayer.- le dijo Marta sincera.

-No pasa nada, igual no era para tanto, solo me sentí mal- musitó luego de tomar un sorbo de su café.

-¿Estarás enferma?- le pregunto Marta.

-No lo sé, si me vuelvo a sentir así, tocará irme a chequear- le respondió algo preocupada.

Luego se pusieron a hablar de la boda, las invitaciones, el catering, música y también hablaron de la despedida de soltera. Pasó una hora y media más o menos cuando volvió a sonar el timbre de casa, Mónica miro a Marta.

-De seguro olvido las llaves, esperó un momento- Mónica fue a abrir y se encontró con la persona menos esperada- ¿Rafael?

-Hola Mónica- dijo con una media sonrisa.

Lucia bastante bien, llevaba el cabello un poco más largo que de costumbre, camisa de botones blanca y chaqueta de cuero marrón clara, más unos jeans ajustados, la verdad se veía muy guapo.

-Tu...¿Que haces aquí?- le pregunto aun un poco en shock.

-Desde varios meses atrás he querido hablar contigo, solo que te has negado a cogerme el teléfono, pero para mi es muy importante explicarte varias cosas- hizo una pausa- ¿Puedo pasar?

-N...no creo que sea el mejor momento, yo...-Rafael la interrumpió con un abrazo inesperado.

-Mónica, te he extrañado tanto, no tienes idea- le dio un beso en la mejilla- Además estas guapísima, muy guapa- dijo sin dejar de mirarla.

-Rafael, creo que es mejor que te vayas...-Mónica se llevo una mano a la frente, y con la otra se apoyó en el marco de la puerta.

-¿Te encuentras bien?- le tomo la barbilla con delicadeza- Te vez muy pálida.

-Yo estoy bien, por favor vete- le pidió con voz un poco débil.

-Pero mujer, ¡mirate! Si estas que te caes, venga, vamos dentro- la tomo por los brazos con cuidado y la ayudo a entrar, cuando Marta lo vio se levanto de la silla.

-Rafael...¡Mónica!- se preocupó más por el aspecto de Mónica, lo cierto es que se veía como si en nada se desplomaría al suelo- Por Dios, estas súper pálida... ¿Acaso le hiciste algo?- pregunto a la defensiva.

-¿Qué? No, jamas le haría daño, se puso así de repente- explico Rafael.

-Por favor Rafael...vet...- y no dijo más porque se desmayo, Rafael la sostuvo en brazos justo en el momento que Óscar entro a casa.

Pasiones Encontradas IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora