Noches de Insomnio

Desconcertante Oleaje

Cada día era una batalla perdida,
hasta que vi tierra más allá de sus caderas.
Las velas no izaban igual que antes,
la bandera llena de agujeros y desteñida,
no tenía viento que la moviera.

Yo, aún siendo capitán de este barco,
quise mantener la calma y navegar en este mar lleno de dudas.

El timón no responde y las olas llegan a mis pies, me temo que tendré que saltar y olvidar lo vivido en esta aventura.

Tú, aún siendo la primera ola que me impacta todos los días,
siempre me llevas a contracorriente teniendo que pedirle a la Luna ayuda para calmar las aguas.

Y ahora mismo, aquí me encuentro, desbordando el barco con la mirada perdida hacia atrás sabiendo que echaré de menos este desconcertante oleaje.