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Cuando ya no pudo seguir viendo al niño rubio que ahora era su amigo, se giró para ver a su mamá.

—Tengo un nuevo amigo— le contaba mientras mecían sus manos juntos.

—¿Del que te despediste?

Namjoon asintió.

—Es muy lindo— su mamá le guiñó el ojo.

Este solo sonrió, le daba pena por que es lo primero que pensó al primer segundo de verlo, entonces se quedó pensativo, segundos después su sonrisa se borró para marcar un puchero con sus labios.

—¿Que sucede?

—No se cuando podré verlo de nuevo— agachó su cabeza.

Su mamá lo miró pensativa seguido alzó la barbilla de Namjoon con su índice.

—¿Sabes que es el destino?

El negó.

—Cuando una persona es la indicada para estar en tu vida, el destino se encarga de ponerlo en ella, sin importar el tiempo, lugar o circunstancias— pellizcó la nariz de su hijo.

—¿Tú estabas destinada a papá?

—Claro. Ya llegará el día en que te cruces con Jin de nuevo ¿entiendes, mi amor? 

—Si, mami.

La camioneta gris de su mamá yacía estacionada a una calle del parque. El pequeño jaló la manija para poder entrar, se coloco el cinturón de seguridad y esperó a que el motor se pusiera en marcha mientras veía por la ventana. En el primer alto víal sus ojos se posaban de rostro en rostro para luego mover su cabeza hacia los lados como si estuviera inconforme sobre algo.

—¿Que sucede, amor?— recargó sus espalda de nuevo al asiento.

—Estoy seguro que Jin será más bello cuando crezca y ninguna persona se le podrá igualar.

—Estoy de acuerdo— ambos sonrieron.— ¿Quieres poner un poco de música? — le preguntó su madre aunque ya sabia perfectamente que estilo de música los acompañaría en lo que faltaba de trayecto.

—¡Rap!

Con apretar un botón de el autoestéreo su humor cambió tan rápido por lo mucho que amaba esa canción y su madre con tan solo verlo feliz la hacia sentirse afortunada de el precioso hijo que tenía.

Nada era de color de rosa, y ellos no eran la excepción. Todos tenían un pasado doloroso el cual escondían detrás de una sonrisa, así como la madre del pequeño Namjoon.

Su padre los abandonó dos veces. Ella lo amaba, al fin era su primer amor, por lo cual olvidaba los errores que el llegaba a cometer e con unas simples palabras entraba a su vida de nuevo pero como dicen "la tercera es la vencida" primero le fue infiel, lo perdonó por que se hizo la prueba de embarazo y por azares del destino el lo supo, obvio regreso arrepentido. La segunda en sus últimos meses a punto de parir, él se quedo sin empleó y ella aseguró que era normal que entrara en pánico e huyera. La tercera vez tenía entre sus brazos al ser humano que probó ser su primer amor por lo cuál no lo dejó ni siquiera conocer al bebé, no después de darse cuenta que iba a proteger a Namjoon con su vida si era necesario.

A los dos años después la policía le llamó informándole que su ex-marido se había suicidado. Desde entonces se ha culpado por sucedido, creyendo que el motivo fue el no poder conocer a su único hijo.

Sabe que llegará un momento donde le tendrá que contar a Namjoon, se dará cuenta que su pareja actual  no es su padre biológico.

—¡Llegamos!— gritó Namjoon emocionado.

Vivían en la segunda zona lujosa de la ciudad. Con una de las mejores vistas a la ciudad.

Al bajar del auto un trabajador se encargó de llevar el auto al estacionamiento luego de que la señora le entregara las llaves. Caminaron por un corto tramo al primer edificio de la calle.

Namjoon corrió directo a la puerta giratoria, a pesar de que su madre estaba dentro del edificio él se quedó girando un par de veces más. Luego se dirigieron al elevador, presionó el número 5, un timbre les aviso que llegaban al piso indicado, en cuanto las puertas se abrieron se vio el gran departamento de colores dorados y blanco, el pequeño salió disparado a las escaleras de la derecha, recorrió el pasillo hasta detenerse en una puerta café.

—¿Papá?— tocó dos veces.

—Adelante.

Ahí estaba la única figura paterna que el conocía y lo quería tanto como a su madre.

El tenía 5 años cuando su curiosidad por conocer a su padre se incremento, la madre le contaba que él viajaba debido a su trabajo por lo cual era muy poco probable que llegara a verlo hasta el día dónde este hombre, novio de su madre, quiso conocerlo y lo primero que salió de la boca del pequeño fue "papá" ninguno pudo negarse al ver su entusiasmo.

Sus habían vidas dado un giro inesperado cuando ambos adultos se casaron, trató al niño como si fuera suyo a pesar del corto tiempo a su lado, independiente de que no fuera su sangre, Namjoon se dio a querer.

—¿Todo bien, campeón?

—Tengo un nuevo amigo. Es muy lindo.

—¿Y cuando lo invitas a casa?

La expresión del pelinegro se entristeció.

—N-no lo sé.

La señora Kim se recargó en el marco de la puerta negando con la cabeza y con una mirada la situación quedó clara.

—Estoy seguro que lo verás de nuevo. — le guiñó.

El Hilo RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora