Eh creído en todos los guardianes, hoy en día tengo 18 años. Desde el día en que nadie creyó más en Pitch, Jack Frozt me a visitado de ser ese día. Cada noche viene, comemos dulces y otras cosas mientras él me platica de su día y yo de él mío. Hoy, bueno hoy voy a cumplir 19. Mamá está trabajando en otra ciudad, mi hermana está con mi padre, ellos están separados. Mi madre y padre me mandan cada mes, ahora estoy sentado tipo indio en mi cama, con libros en todos lados mi computador abierta en una esquina, guías lápices para subrayar todo lo necesario. Estoy estudiando ingeniería, mamá quería que estudiara esta carrera mi padre quería que estudiara para ser doctor, pero elegí el de mamá porque nunca me fue bien en química y biología. Sentí como la ventana era abierta y después cerrada, y unos brazos en mi cuello.
— Hola Jack— le dije, lo reconocí porque era el único que me abrazaba por la espalda y el único que entraba por la ventana.
— Hola Jamie— me dijo de vuelta, me di vuelta y le di un beso en los labios, no les había dicho, el y yo somos novios desde que tengo 15 y si, soy más pequeño que el por muchísimo, ahora tiene sus 503 años pero parece de 26. — Sabes, quiero ir contigo a la casa de Northe, nos invito a comer por tu cumpleaños.
— Jack, no puedo. Tengo que estudiar el lunes me toca examen— le dije, pero creo que no me escuchó ya me tomó como saco de papas. Abrió un portal con una espera mágica y entró, aparecimos en la casa de Northe.
— Hola Jamie— me dijo este, Jack me bajo. Que vergüenza estoy con un pantalón de pijama de polar que son de conejos y un suéter de polar que tiene un conejo en la parte de el corazón. Tengo los lentes puestos, son solo para leer.
— Wow, que bonito pijama— me dijo el conejo, me sonrojé de vergüenza.
— Bueno, la cena estará lista en dos horas, dale ropa a Jamie— dijo Northe, Jack asintió, nos dirigimos a su habitación. Me senté en su cama y el duda su closed.
— bueno, estos pantalones puede que te queden buenos—me dio unos negro— y toma— y me paso uno de sus polerones azules con blanco. Me quite mi suéter, abajo d del suéter tenía una camiseta negra, me puse su suéter, me quite el pantalón y me puse el que me entregó.
— ¿como me veo?— le pregunté, el me miro de arriba a abajo, se acercó la mi y me dijo.
— te vez bien— me dijo, me empece a reír.
— ¿tienes un mazo de cartas?— le pregunté, el sintió y sacó un mazo de cartas de su mesa de noche. Salimos de su habitación y nos dirigíamos a la masa del comedor, mezcló la cartas y después la repartió. Jugamos diferentes cosas, estuvimos dos horas jugando, después de eso llegó Northe con platos de comida, guardamos las cartas y lo ayudamos. Me debe al lado de Jack, al frente estaba sentado el conejo y el Ada, y en la cabezada de la mesa es decir a mi derecha estaba Northe. Cominos, estaba muy rica.escuche como Northe pedía la palabra. Todo nos callamos.
— Quiero brindar, por Jamie, quien está de cumpleaños y cumple sus 19 años, SALUD— todos lo acompañados con otro salud.
— yo tengo que decir algo importante— dijo Jack, se levantó de su asintió y prosiguió— Jamie, tengo que agradecerte por todo lo que hemos pasado juntos. Por eso— pasó a mi lado derecho, se arrodilló y sacó una cajita, adentro había un anillo de plata con una piedra azul— ¿te gustaría acompañarme toda la vida?
Mi ya me la boca con mis manos.
— Si, me gustaría— Le dije, me paré y lo abracé, le di un beso en los labios. Todos aplaudieron, Northe estaba llorando al igual que el conejo. La Ada aplaudía, las aditas aplaudió igual. Y así se termina la esta historia, todos felices.
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