Capitulo 3

14.4K 1K 33
                                    

Cada ves intento actualizar mas rapido, y espero seguir haciendolo.

Disfruten...

--------------------------------------------------------

Capítulo 3

Ivelisse (Ive)

Ya estoy de cuatro meses de embarazo y la presencia de mi bebé ya se está empezado a notar, ya es una pequeña panza que no me deja colocarme vestidos ajustados o camisas sin que se note. Eso significa que ya era hora de decirle a mi jefe que me convertiría en madre. Ya que pronto será hora de almuerzo, me encamino a la oficina de mi jefe y luego voy a comer con mi amiga Lucia.

Tomo el ascensor y llego hasta la planta de presidencia, la oficina del Sr. Perales está cerrada, pero su secretaria, Marth, está en su lugar.

-Hola Martha. - le digo con una sonrisa. - Crees que el Sr. Perales pueda atenderme tres minutos.

-Claro cariño, dame un segundo y le anuncio. - toma el teléfono y llama directamente. - Entra Ive.

-Gracias Martha. - al entrar mi jefe está detrás de un gran escritorio de caoba oscuro, lleno de planos y documentos. – Buenos días Señor.

-Bueno días Ivelisse, Martha dijo que querías hablar conmigo. – dice ofreciéndome una silla. - ¿Qué puedo hacer por ti?

-Quería darle una noticia- digo secando mis manos de mi pantalón de maternidad.

-Bueno, acepto cualquier cosa, excepto que vayas a renunciar. – dice poniendo su cara de serio.

-No jefe, eso no, usted sabe que amo mi trabajo. Es solo que ...

-Vamos muchacha que me estas poniendo nervioso. - dice sacándome una risa.

-Estoy embarazada jefe. – le solté.

- ¿De verdad? - vi su cara de asombro, me tomo por sorpresa que se levantara y fuera hasta donde mi a abrazarme. - Eso es grandioso Ive, un bebé siempre es un milagro, pero no se nota nada, así que no tienes mucho tiempo.

- Cuatro meses, el doctor dice que está perfecto, aunque bajo de peso, me dio una dieta estricta y créame Darío se encarga que la siga. - su cara fue de más sorpresa aún.

- ¿Darío?, ¿el ingeniero? -pregunto y yo asentí. - Es una indiscreción esto, pero ¿es el padre?

-No, no es el padre. Aunque se toma bastante enserio ese papel. Me ayuda en todo lo que puede.

-Bueno Ivelisse, cuentas conmigo totalmente- dijo mi jefe. - Tendrás menos trabajo en los proyectos y más trabajo de escritorio, sé que no es tu preferido, pero no te arriesgaras- cuando toco mi panza. - Y a este bebé no le faltara nada, tomaras tu tiempo de maternidad y luego te incorporaras al equipo.

Luego de soltarle la bomba a mi jefe, fui a comer con Lucia, y aunque ella sabía de mi embarazo, digamos que no se está portando como la amiga que quisiera, estuvo todo el almuerzo diciendo que Darío solo estaba ayudándome por pena, porque conocía que estaba sola, me hizo sentir estúpida de incluso haberme ilusionado por que el me estaba ayudando. Cuando yo había llegado a la cuidad sabía que ella se había mudado aquí, así que nos encontramos y empezamos a juntarnos, pero ahora realmente creo que nunca me vio como una amiga, sino como un boleto de suerte.

Cuando volví a la oficina lo hice con un sabor amargo en la boca y una sensación que no me gustaba, sus palabras habían llegado bastante al fondo en mi mente. Adicional durante todo el día no he sabido nada de Darío y este no estaba en la oficina. No era normal que no me llamara o escribiera, así que esta vez le escribí yo:

Ive: "Hola extraño, ¿estás bien?"

Luego de unos segundos su respuesta llego.

Darío: "Hola a ti y al bebé, estoy reunido, nos vemos en la noche."

"No te imaginas cuanto los extraño hoy. Espero te guste tu regalo." Decía un segundo mensaje.

¿Sorpresa? No tenía idea de lo que hablaba Darío, hasta que llegue a mi oficina y en mi escritorio había un ramo de rosas rojas y con una amarilla en el centro.

-Las entregaron unos minutos luego de que te fuiste a almorzar. - dijo mi secretaria en mi espalda. - Solo traían una tarjeta pegada, la deje sobre tu escritorio.

Tome la tarjeta en mis manos, abriéndolas mientras olía las flores, son realmente hermosas, adentro solo había un papel con un tipo de plano impreso en él, lo reconoce enseguida, pues había sido uno de mis trabajos, era un centro comercial. En una esquina del papel estaba una flecha señalando una tienda y debajo decía:

"Te espero a las 7:30pm, no lleguen tarde."

DS.

- ¿Quién es el admirador? - dijo Carola

-Alguien muy especial. - dije sonriendo. - Vamos a trabajar.

-No me dirás

-No- dije al acomodar el arreglo en una esquina de mi escritorio y sentarme en mi silla.

-Eres mala, jefa.

Recorro todo el centro comercial hasta llegar donde dice el papel que estaba con las flores, al llegar es una pequeña tienda de artículos de bebés.

- ¿Qué estas tramando Darío? - digo para mí en voz baja.

-Te ves hermosa hoy. - dijo haciéndome saltar

-Estás loco, casi me da un infarto. - le dije y el solo se rio. - No te rías Darío.

-Lo lamento, no pensé que te sorprendieras tanto. - me beso la mejilla. - En serio estas hermosa.

- ¿Qué hacemos aquí?

- Bueno ya tienes cuatro meses y no se ha comprado nada para el bebé. Así que pensé que tal vez sería bueno empezar a comprar cosas, aunque aún no sabemos el sexo...

-Darío- le dije, pero siguió hablando. - Darío detente.

- ¿Qué pasa?, ¿estás bien?

- ¿Por qué haces esto?, llevas desde el principio, sabes la verdad sobre el bebé, Darío no tienes que hacerte cargo de mi o de él. - pude notar como su entusiasmo murió en su rostro y el enojo apareció.

- ¿No quieres que este contigo en esto? - pregunto

-Me encantas que estés conmigo en esto, por no es tu obligación que lo hagas. - luego de unos segundos en silencio, su rostro ya no se veía enojado, pero su había dolor en ellos.

-Escucha lo que te diré Ivelisse- jamás me llamaba por mi nombre completo. – No eres una obligación y el bebé tampoco. Si tanto te molesta que te apoye en esto, dímelo y con dolor me alejare, pero cumpliré. - no pude contestarle, las palabras no salieron de mi boca, y mi silencio fue mal interpretado. - Lamento haberte incomodado, lamento molestarte por haberme enamorado de ti. No te volveré a molestar.

Se dio la vuelta y se fue, sentí como se oprimía mi corazón al darme cuenta que deje que las palabras de Lucia trabajaran en mi mente. No estaba segura de mis sentimientos, pero si sabía que acababa de lastimas los de Darío. 

Una Ayuda Inexplicable / Disponible En FisicoWhere stories live. Discover now