John.
El 22 de agosto de 1996 nació John. Cuando menos pensó ya tenía 21 años de edad. El tiempo pasó rápido y es obvio que no le aviso.
Estaba en la etapa de la juventud, entonces había que disfrutar. Buscar un trabajo era lo primero que tenía en su cabeza. Con 21 años de edad, sus padres no querían mantener a un vago que termino el bachillerato a la fuerza y no quiso seguir estudiando para ser una persona de bien. Conseguir trabajo fue algo fácil. Despachador de alimentos, un trabajo muy sencillo. Luego se metió a la moda. Vestir bien, verse bien, el swagg era importante para él. Sintió que algo faltaba para sentirse más aceptado en el mundo juvenil. Fumar un poco de hierba (marihuana) ayudaría un poco. Se sentía influenciado por sus amigos, lo que veía en la tv y escuchaba en la radio. "Lo mismos de siempre cansa" era lo que a menudo decía. Y fue en busca de algo nuevo, algo más fuerte. Inhalar un poco de polvo (cocaína) aumentaba su poder de sentirse adentro, podía actuar con más confianza. Nunca le decía "NO" a todo lo que le produjera placer y diversión. Agrego algo más a su vida, el alcohol. Su cuerpo era lo suficientemente fuerte para soportar varios días bebiendo aguardiente, whisky, ron, cervezas, etc. Y no se diga de las fiestas, no se perdía ninguna. Sexo en exceso, todo el que deseara. Las pastillas de éxtasis lo ponían más activo. Todo al principio era muy divertido hasta que todo el exceso llego a su cabeza. John, un joven de la época moderna se encontró en medio de la sala de su apartamento arrodillado, solo y llorando como un bebé con arma metida en su boca a punto de dispararse. ¿Qué lo llevo allí, a ese momento? Primero empezaron los escalofríos, fiebre y cuerpo débil, luego vinieron las visiones, vacas con cuerpo de gallina, perros riéndose, burlándose de él, lluvia de aves negras, muertos que lo atacaban con cuchillos, sombras que lo perseguían, payasos gigantes, la casa cobraba vida, todo se movía, giraba, se hacía grande luego pequeña. Gritaba, no sabía que hacer hasta que lo entendió. Era hora de irse, no dejar rastro alguno, acabar con todo, dejar de existir.
El dedo índice hizo su trabajo, el gatillo se movió de lugar y choco con la bala, haciendo que se disparara a toda velocidad a través del cañón y atravesando la cabeza de John. Su cuerpo cayó. La sangre mancho gran parte del piso y las paredes. Luego reino el silencio.
El 22 de agosto de 2020, hacia un cálido día en la ciudad de Medellín.
-Estevenson Man-
