Capítulo 49

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POV MOHAMED AMIN


Se sentía jodidamente bien. El tacto de su mano en la mía producía mil y una sensaciones en mi cuerpo. Tenía el corazón acelerado y me sentía arder por dentro. El camino hacia la estación se hizo increíblemente corto, no quería separarme de ella. No ahora.


Sentía unas inmensas ganas de estrecharla contra mi pecho y rodearla con mis brazos para aspirar de esa manera su perfume. Pero me contuve. Sabía que eso no estaba, ni de lejos, bien, pero era algo inevitable. Cuando le di el pequeño beso en la mejilla creí volar de una. El contacto de mis labios en su mejilla se sintió increíble y cuando hizo el puchero frunciendo sus labios no pude evitar pensar cómo se sentiría el contacto de mis labios contra los suyos.


Dios, eso estaba muy, muy mal. La situación me estaba superando y no hacía sino caer en la maldita tentación de su encanto.


Ella acabó por retirar su mano de la mía y sentí frío en la zona en la que segundos antes había contacto. Su mirada me pareció más dulce que nunca y le regalé una mirada llena de amor. De amor que sentía y que incrementaba a cada segundo con su presencia. No hubo palabras, solo una larga mirada acompañada con el latir profundo de nuestros corazones.

El mío enamorado. El suyo probablemente confundido.

Le regalé una sonrisa. Una sonrisa sincera y de afecto y le di la espalda para continuar por el lado contrario de las vías del tren. Bajé las escaleras mecánicas flotando en una nube y todavía sintiendo el cosquilleo en la palma de mi mano.


Su tren ya estaba ahí así que la perdí rápidamente de vista, el mío se demoraría un par de minutos más.
Estaba increíblemente bien. Me sentía en una burbuja de colores pero a la vez triste como nunca.


¿Quién entendía a los enamorados? ¿Quién me entendía?




Llegué a casa agotado psicológicamente. Lo primero que hice fue ir a rezar. Me sentía mal. Culpable y traidor.

Najima no era nadie para mí y no podía dejarme incitar por algo más. Debía  aceptarlo, nunca iba a meterme en una relación que no fuera en Halal. Tenía que empezar a mantener las distancias o las cosas acabarían mal.


No tenía ganas de comer, tampoco de dormir a pesar de mi agotamiento. Apagué la luz de mi cuarto para que los chicos pensaran que estaba dormido, no me apetecía hablar con nadie. Quería estar solo.

Con tan solo cerrar los ojos se me aparecía su imagen en la cabeza. Luchaba por dejar de pensar en ella pero era inevitable. Mi mente no hacía otra cosa que no fuese recordar su mano en la mía o mi brazo en torno a su cintura. Esto estaba acabando conmigo.


Seguía sin poder conciliar el sueño, no había dejado de dar vueltas desde que me había metido en la cama. Miré la hora en el reloj de mesilla. Eran las 03:17AM y yo aún sin dormir.  Me levanté y me fui a la cocina a por algo para llevarme a la boca porque tenía mucha hambre al no haber cenado. Quería algo ligero así que tomé una manzana verde del frutero y empecé a comérmela mientras revisaba mi móvil.


Tenía un par de mensajes a los que no respondí, pues el nombre que buscaba no estaba entre ellos. Me bebí un vaso de agua tras la manzana y me volví a la cama. Estaba muy cansado.




Cuando sonó el despertador, no quise hacer otra cosa que no fuese apaga el dichoso aparato y volverme a dormir. Seguía igual de cansado y no me apetecía volver a ver el careto de Faysal. Suspiré y me levanté. Lo primero que hice fue darme una buena ducha y después me tomé un par de tazas de café. Me coloqué los auriculares y me dispuse a salir de casa con un aire renovado. Me vestí con unos jeans negros, una camiseta de manga corta blanca y mi chaqueta azul vaquera. Mis Adidas blancas y mi pelo despeinado como siempre.

Además de mi barba sin cortar desde hace una semana. Me veía realmente atractivo a juzgar por mi reflejo en el espejo del ascensor. Me sonreí a mí mismo y caminé con ganas de volver a verla. Aunque eso no iba a pasar hasta la tarde.


Al igual que el día anterior, Faysal ya estaba en la puerta, esperándome. Me saludó con un asentimiento de cabeza y le contesté de igual manera.

Inteligente por su parte el querer mantener las distancias. Espero que dure así por más tiempo pensé y sonreí para mis adentros.


Empezamos a preparar todo y los clientes no tardaron en empezar a llegar. Estuvimos toda la mañana bastante tranquilos aunque ajetreados por la clientela. Tampoco mantuvimos conversación por ello me extrañó tanto que, una vez llegada la hora de cerrar por la hora de la comida, me sacara tema para hablar.


Intente ser directo en mis contestaciones para ponerle fin cuanto antes a nuestra charla. Si es que ni en pintura quería verle yo.


-¿Te estás liando con Najima o algo? –la preguntó no me pilló por sorpresa porque sabía que tarde o temprano saldría, lo que no me esperaba es que lo dijera con ese tono de reproche ni de esas formas tan feas.


-¿Perdona? –le dije de forma brusca. Tal y como quería sonar.


-Pues que si estás en una relación con ella. –me explicó como si no le hubiera entendido.


-Eso a ti no te incumbe lo primero, y no voy a permitir que la trates como a una cualquiera, ¿Me entiendes?


-No la he tratado como a una cualquiera en ningún momento. –me desafió con la mirada. Eso era lo peor que se le hubiese ocurrido hacer.


-Pues mira por donde que yo no estoy de acuerdo contigo. Te lo advierto, mantente alejado de ella si no quieres problemas conmigo. –le amenacé con toda la ira que pude simular.


-¿Y quién te crees tú para decirme lo que tengo o no tengo que hacer yo?


-Me creo quien soy. Yo te he avisado, ponle una mano encima y te dejo sin descendencia. –creo que me estaba pasando un poco pero es que era imaginármelo con ella en cualquier situación y me ponía furioso.


-Eso ya lo veremos. –me retó con la mirada para después darse media vuelta e irse. Si es que ya sabía yo que no me traería más que problemas. Suspiré de cansancio y bajé la puerta metálica con fuerza para irme después.



Quería verla. Necesitaba verla urgentemente. No sabía si habría salido o todavía no pues no me conocía su horario, pero nada perdía si iba a buscarla. Con una gran ilusión en el pecho me encaminé hacia su encuentro.


Sabía que a lo mejor iba ahí por nada, por eso mismo, estaba replanteándome el volverme a casa con mis ganas locas de verla. Unas ganas locas que incrementaron con los latidos de mi corazón al verla absorta en unos papeles y saliendo de la puerta principal.

La seguí un par de pasos y la rodeé con mis brazos por la cintura con fuerza y ganas.

Hasta luego a mi decisión de mantener las distancias y hola chillido y golpe en pleno pecho de Najima.


Vale, eso no me lo esperaba.

Najima VS MundoWhere stories live. Discover now