Anécdota #1

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Bien, acá va una anécdota vergonzosa que me sucedió hace poco...

Iba casual de la vida caminando con mis padres y hermano menor por un centro comercial, mirando tiendas de ropa y de peluches (infantil, but let me beeeee). Todo normal hasta ahora. Pero la normalidad no duró mucho, pues pasando por una boutique así bien linda comenzó a sonar TNHMB, y yo como la madura chica que soy comencé a menear la cabeza levemente al ritmo de “I wanna follow where she goes, i think about her and she knows it...” sobra decir que mis padres me estaban viendo raro desde la tienda de ropa de niño de al lado, pero todo se descontroló en el coro...

“Oh i've been shaking, i love you when you go crazy, you take all my inhibitions...”

—¡Baby, there's nothing holding me back!— ¿Saben a quién perteneció ese grito/chillido estridente? Así es, de esta nena. Canté a todo pulmón la siguiente parte haciendo un baile raro. Llegados a este punto la gente sólo se dedicaba a mirarme entre raro y con diversión a la vez. Antes de que pudiera terminar la canción, mis padres me llevaron casi a rastras del local, dando una mirada de disculpa a las demás personas. Cuando salimos del centro comercial y llegamos a la camioneta, ambos comenzaron a decirme cosas del tipo: "¿Qué te pasa?" "¿Estás loca?" "¿Qué comiste?" entre otras, mientras mi hermano se limitaba a reírse fuerte. Muy fuerte.

Cuanta maldad en tan pequeño trozo de carne.

Al final de su sermón no pudieron contenerse y soltaron una carcajada. Pero aún estaban enojados, según mi padre.

Cabe resaltar que a pesar de la vergüenza me fui feliz. Por lo menos a alguien más le gustaba su música.

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El manual de las Mendes army.Where stories live. Discover now