Capítulo 6.

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Mathias.

Tanteo la cama buscando a Luci, sin embargo no siento nada, así que abro los ojos y me sorprende ver que no hay rastro de ella por ninguna parte. Ni siquiera una nota explicándome por qué se ha ido sin despedirse. Ella tendrá sus razones. Sin embargo le envío un mensaje.

MATHIAS: La he pasado genial anoche. ¿Qué haces?

Dejo el teléfono en mi mesa de noche esperando su respuesta. Me coloco unos calzoncillos y me dirijo al baño. Tengo el cabello hecho un desastre y bolsas negras debajo de mis ojos. Últimamente he dormido muy mal, me he desvelado todas las noches pensando tonterías. Me cepillo los dientes y luego levanto la tapa del retrete para orinar.

Mi empleo en Phoenix Dreams no era una casualidad, el dueño de la compañía quería aliarse a mi empresa, justos podríamos ser un dúo dinámico. Además sabía que allí encontraría a Luciana Montalbán. He estado al pendiente de aquella increíble mujer desde hace unos cuantos años. Si supiera de donde nos hemos conocido anteriormente, lo más seguro es que no quiera volver a verme. Lavo mis manos al terminar.

Bajo a la cocina y saco del gabinete una bolsa de pan para sándwich, busco lechuga, tomate, jamón, queso amarillo y preparo un huevo frito. Me preparo el sándwich untando las respectivas cantidades de mayonesa, salsa de tomate y mostaza.

Me siento en el mesón de la cocina y comienzo a devorar mi sándwich acompañado de un vaso de jugo de naranja.

Esta casa se siente tan vacía desde que mi tía Otilia se suicidó. Era una buena mujer, pero la depresión pudo con ella. Luego de 40 años de matrimonio su marido Rodrigo decidió albergarse en una nueva aventura, y la reemplazo por una chica con la mitad de edad que mi tía Otilia. También se compro un Ferrari, y comenzó a usar ropa para hombres más jóvenes. Supongo que debe haber estado pasando la crisis de los 60. Es difícil mantener un matrimonio luego de tantos años, pero debe ser más difícil aun, verlo derrumbarse.

Ella dedicó su vida entera a él y a su trabajo. Era una diseñadora de modas muy reconocida, dueña de la gran empresa Oasis situada en la quinta avenida de Devon. Después de que su matrimonio colapsara, perdió inspiración. Ya nunca visitaba la empresa, ni creaba nuevos diseños. Fue triste ver como tantos años de éxito y arduo trabajo se iban al caño.

Ella me recibió de brazos abiertos cuando decidí seguir mi sueño de fotografía y periodismo. Se ofreció a pagarme la universidad con la condición de ayudarla en su empresa, sin embargo luego de presentar mi examen me dieron beca completa por mis buenas notas en la secundaria. Acepté sin pensarlo. Quería aprender más de ella.

Fotografía siempre fue mi carrera soñada. En la secundaria me encargaba del anuario. Todos mis años de escuelas las pase escondiéndome detrás de un lente de cámara. Aún conservo incontables fotografías que guardo en cajas, tengo unas mejores que otras. En el momento en que capturaba a los demás haciendo cosas cotidianas, sin fingir sonrisas ni obligar a sus rostros a hacer gestos forzados, me di cuenta de la belleza de una buena fotografía.

Lo único que me quedaba de familia era mi Tía Otilia, el primer año estando en Chicago recibí una llamada a las 2:21 de la madrugada. El mal presentimiento de recibir una llamada a tales horas solo trae con sí un sinfín de malas noticias.

*Flashback*

El tono ruidoso de mi teléfono me despierta de mi dulce siesta. Miro la hora en el reloj de mesa y visualizo las 2:21. Me levanto de un salto y tomo el teléfono. Visualizo un número que no conozco en la pantalla de mi movil.

-Alo- Mi voz suena ronca a causa de la siesta.

-Disculpe la hora. ¿Hablo con Mathias?- La voz de una mujer se escucha en la otra línea.

-Si soy yo, dígame. ¿A qué se debe su llamada?- Tengo un mal presentimiento y mi corazón realiza un intento fallido de salir de mi pecho.

-Necesito que venga al Hospital Hopes en la calle 12 con Avenida 5 de Illinois. Sus padres acaban de ser ingresados con traumatismo cerebral. Al parecer un chofer borracho perdió el control y arremetió con el coche de sus padres. Causando una colisión del mismo.-

La voz de aquella mujer se sigue escuchando desde la bocina de mi teléfono, sin embargo mi mente está en otro lugar. El nudo en mi garganta amenaza con dejarme sin aire. Y no siento mi corazón latir.

-Alo. ¿Mathias sigues ahí?- Su voz insistente me hace concentrarme de nuevo en ella.

-Si, en breve estaré allá-. Mi voz sale entrecortada y una lágrima se desliza por mi mejilla.

Cuelgo la llamada. Despierto a mi Tía Otilia y nos disponemos a volver a mi antiguo pueblo Illinois.

*Fin del Flashback*

Ese día los doctores hicieron todo lo que pudieron para salvar la vida de mis padres. Mi padre Mateo entró a urgencias con derrame cerebral y mi madre Florencia ya estaba muerta en el momento de ingresar. El mayor golpe se lo llevó ella ya que el conductor arremetió del lado del copiloto. No tenían oportunidad de sobrevivir.

Desde ese día mi vida cambio. Al principio se me hizo difícil vivir con la ausencia de mis padres. Mateo siempre me apoyaba y me daba buenos consejos, fue un padre maravilloso. Y Florencia hacia el mejor pie de manzana, iluminaba nuestro hogar con su bella sonrisa, y su risa era como música para mis oídos. Éramos nosotros 3 contra el mundo.

Si tuviera que volver a nacer y tuviera que elegir a mis padres los volvería a elegir, una y otra vez. No puedo decir que tuvieron suerte de tenerme como hijo. Todo lo contrario, fui yo quien tuvo la grandísima suerte de tener los mejores padres del mundo.

Actualmente soy dueño de Oasis. Mi tía antes de casarse hizo una división de bienes. Por ende la empresa y la casa eran totalmente de ella, así que cuando Rodrigo cometió la insensatez de abandonarla, él no pudo llevarse nada porque nada le pertenecía. Mi tía Otilia no pudo tener hijos, así que yo era lo más cercano a serlo. Nunca le pedí que me diera más de lo que me daba, su compañía incondicional y su apoyo cuando los tiempos oscurecieron. Así que fue una sorpresa escuchar al abogado de ella leerme su testamento.

2 años después de su muerte y un año después de graduarme espero que mis padres y mi tía me estén viendo con orgullo. Intento hacer lo mejor para que donde sea que estén, sientan que todo el esfuerzo que hicieron criándome, enseñándome y sobre todo amándome, haya sido con un propósito más grande que solo mi existencia.

Aún puedo escuchar la voz de mi tía Otilia dándome ánimos para ir detrás de aquella mujer que siempre me ha gustado. Ya no soy el niño asustadizo, esta vez estoy decidido a conquistarla.

Subo a buscar mi móvil para ver si Luci respondió, sin embargo si no lo ha hecho seguiré insistiendo. De mi no se va a librar tan fácil.

♣♣♣

Mathias parece ser un chico bueno ¿Que será aquello que oculta?

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No Intentes Cambiarme●Where stories live. Discover now