Solo los Dos.

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El reloj despertador comenzó a sonar, sacando a JongIn del valle de los sueños. Con pereza se removió en la cama en busca del calor de su amado novio, pero KyungSoo ya no estaba a su lado, en su lugar, una hoja de papel doblada sobre la almohada.

"Buenos días dormilón, te espero en el café Universe dentro de media hora. No tardes.

Pdta.: Feliz cumpleaños."

Luego de leer la nota de su chico, se levantó de un salto. No le tomo más de diez minutos el prepararse para ir a su encuentro, solo quería ver esa hermosa sonrisa acorazonada, sus grandes y brillantes ojos, en su aniversario de vida solo quería compartir con su amado KyungSoo.

Ya en el lugar, fue recibido por MinSeok quien le guió a una mesa.

-Feliz cumpleaños JongIn, Soosie me pidió que te entregue esto.

-Gracias Min, pero...

Su amigo se retiró antes de que pudiera completar sus preguntas. Sobre la mesa, una taza de chocolate y un cupcake con una velita de cumpleaños fueron servidas para él. Min le había dado una carta.

"Sé que no te gusta el café así que preparé para ti un desayuno tan dulce como lo eres tú

No te sientas triste por desayunar solito, ya pronto nos veremos J

Pdta.: ¿Recuerdas esta mesa? Aquí fue donde estabas la vez que me viste por primera vez, allí junto a la ventana, si vuelves a mirar, veras algo para ti.

Elevó la vista emocionado al pensar que Soo estaría en aquella mesa, pero en su lugar halló una caja envuelta con un gran moño azul. Dentro, una bufanda de lana con detalles de ositos.

"Tendrás frio más tarde, luego de desayunar, ve a la estación de trenes. ¿Recuerdas la parada en donde nos quedamos varados por cuatro horas? Busca esa banca en donde nos sentamos."

Animoso, enrolló la calentita bufanda alrededor de su cuello mientras disfrutaba de los alimentos que su amado había pedido solo para él.

La estación no quedaba lejos así que se decidió por caminar, la ilusión de encontrarse con su amado le daba el calor necesario para soportar las blancas calles de invierno.

Ya hasta predijo que no lo encontraría en el lugar citado, en su lugar, una caja de regalo más grande que el de la cafetería, en ella, un saco negro que cubría sus rodillas.

"con esto te mantendrás abrigado mientras esperas el tren, no te preocupes, no te tomará cuatro horas esta vez. El de las 10:15 es el tuyo, no lo pierdas."

-Oh, me pregunto a donde me llevaras...- comentó mientras contemplaba los suaves trazos que dibujó su amado al escribir la nota.

El tren indicado arribó y el guarda ya tenía preparado su boleto. Soo había pagado el tiket con anticipación y con él una última nota le fue entregada.

"El amable señor que te atendió va a avisarte cuando debes de bajar, luego de eso caminaras unas tres cuadras al este, no te desvíes ¿de acuerdo? Encontraras algo familiar y entenderás que llegaste a destino.

Te amo Innie."

JongIn estaba emocionado, ansiaba encontrar su tesoro y reclamar sus muchos besos de cumpleaños. El transporte lo condujo al otro lado de la ciudad, deteniéndose luego de unas dos horas de viaje.

-Llegó a destino señor, buena suerte.- avisó el hombre con una amable sonrisa. JongIn imitó el gesto y agradecido, salió del tren.

Camino las tres cuadras pertinentes e interrumpió la marcha frente a un conservatorio. El mismo que presenció su primera audición a los 14 años. El moreno no pudo evitar sonreír con nostalgia, le había contado esa historia a Soo unas cien veces. Y ese nerviosismo que lo invadió ese día, era el mismo en ese momento.

Todo estaba exactamente igual, como si el tiempo se hubiese detenido en aquel establecimiento. Las puertas estaban abiertas así que se adentró sin muchos inconvenientes.

Una vez dentro, las luces del escenario se encendieron descubriendo la sorpresa que su KyungSoo le tenía preparada.

Una mesa para dos, cubiertas con manteles blancos y azules. De fondo, el escenario de una noche estrellada de luna llena, la iluminación azul completaba el fantasioso ambiente. A JongIn nada de eso le importaba, pues estaba concentrado en su amado novio, vestido de traje azul marino, tan simple como el precioso corazón en su sonrisa.

-Sabía que podrías llegar a mí.- afirmó al tenerlo de frente.

-Siempre podré llegar a ti.- respondió a escasos centímetros de sus labios.

-¿te gustaron mis regalos?- cuestionó al cerrar los ojos.

-Tanto como fue mi deseo de tenerte cerca...-

Una vez más, sus labios se unieron en un necesitado beso, como si estuvieran sedientos del otro, ratificando una vez más que no podrían vivir separados, que eran un solo corazón latiendo en dos cuerpos.

-Tengo... un regalo más...- murmuró con dificultad debido a su agitada respiración. De sus bolsillos, descubrió una pequeña cajita de gamuza azul, dentro, había una sortija de oro blanco con pequeños diamantes incrustados. -...no sé qué pensaras tú, pero yo... ya no se vivir si no estás a mi lado. ¿Qué me dices Nini? ¿Nos casamos?

El más alto sonrió enternecido, al borde de las lágrimas por la emoción. Sin responder, sacó de sus bolsillos una cajita similar, dentro, una sortija de oro con diamantes negros incrustados de tal forma que dibujaban un delicado corazón en el centro. –Me ganaste la mano, literalmente.

Ambos rieron por la curiosa situación.

-Te toca responder Innie. ¿Te casas conmigo?

-por supuesto amor, quiero casarme contigo, tener bebes, una casa en el campo y un perro también...- comenzó a citar, ganándose melodiosas risas de parte del más bajo.

-Primero, ¿Qué te parece si comemos?- propuso mientras se dedicaban a intercambiar sus anillos.

-Bien, luego empezamos por los bebes.

-Oye... pero es... pronto ¿no crees?

-Quizás, pero hay que practicar desde ya...- se explicó elevando las cejas con picardía.

KyungSoo nunca imaginó que encontraría en otra persona el complemento que necesitaba para dar color a sus días grises hasta que conoció a JongIn esa tarde de invierno, observándolo desde la otra esquina del café. Desde entonces ese chico alegre, sensible y malditamente sexy al mismo tiempo se convirtió en su sol, tan necesario para su vida como él no era en la suya. Y a partir de ese día, en el que celebraron el cumpleaños de su personita especial, Soo cerró el trato más importante de su vida.

Después de tres días de fiestas sorpresas y muchos, muchos besos de cumpleaños, terminaron juntos, abrazados y felices en su habitación. Solos los dos.

Porque mientras estén juntos y se amen, todo lo demás pierde relevancia.

No podía pasar este 14 de enero sin publicar algo por el cumple del osito mas hermoso♥

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No podía pasar este 14 de enero sin publicar algo por el cumple del osito mas hermoso♥

Espero les guste este corto momento^-^/ 

Desde ya, gracias por leer mis amores♥ hasta la próxima obra♥♥

Fiestas, Sorpresas y besos de CumpleañosWhere stories live. Discover now