aprisionados por un oso de peluche

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En una habitación tapizada por un papel rojo con puntos negros, una chica de cabello azabache cuyo largo no sobrepasaba los hombros había despertado de un profundo sueño. Abrió pesadamente sus zafiros azules solo para encontrarse con una habitación que no reconocía en absoluto; a parte del papel tapiz había notado que las trampillas que llevaban a la panadería y a la terraza habían desaparecido, había un ropero de madera de abedul barnizada, y al abrirlo encontró varios conjuntos similares al que usaba en ese momento junto a varios pares de zapatos.

La joven azabache no reconocía ese lugar en absoluto, intento buscar en la ropa que traía puesta algo que la ayudase a recordar algo, se tocó los bolsillos de la chaqueta hasta bajar a su pantalón rosado, sintió algo y e descubrió un celular último modelo. Al prenderlo la sorprendió un mensaje de un número privado
«ve a la sala principal, tus amigos te están esperando »
Las joven no sabía de lo que hablaban, ni tampoco quién le envió ese mensaje, pero bueno, estaba a punto de saberlo.

Abrió la puerta y se tropezó con un chico desconocido; cabello negro un poco largo y desordenado, tez pálida, ojeras algo marcadas y una vestimenta que recordaba al estilo Dark. Este fijó sus ojos grises en los azules de ella y pareció perderse en estos - ah...¿e..estas bien? - su tono de voz era algo tímido y tartamudeaba un poco
- ah...si, estoy bien - dijo la chica - perdoname...no te vi
- no...está bien - la ayudó a reincorporarse, pues casi cayó al tropezarse con el - ¿como...te llamas?
- soy...- fijó la vista hacia los ojos del pelinegro y un vago pensamiento invadió su mente - soy Marinette Dupoint Cheng - dijo casi de forma instintiva, ella se sorprendió porque en un principio no supo ni quien era - ¿y...?
- Luka - dijo el chico ofreciéndole una mano - Luka Couffine - Marinette estrechó su mano y un a extraña calidez invadió su cuerpo y su corazón latió más rápido.

Ambos chicos llegaron a una amplia sala de estar llena de muebles lujosos; con sofás de cuero, una alfombra negra con estampado de mariposa, sobre ella una mesita de vidrio redonda, nos sofás eran muy largos y eran 3 en forma de U frente a una televisión de pantalla plana, las paredes eran blancas con retratos de mariposas.

En la sala había más gente, adultos y adolescentes, todos esperando pacientes en los sillones, Marinette y Luka se sentaron en un sillón junto a un rubio ojos verdes que checaba su celular, pronto advirtió la presencia de ambos jóvenes y apagó el móvil dejándolo sobre la mesa - ¿ustedes también despertaron en una habitación desconocida? - ambos jóvenes asintieron - no quiero alarmarlos pero siento que algo malo está por pasar
- ¿tu quien eres? - preguntó Marinette
- mi nombre...es Adrien Agreste
- soy Marinette y el Luka - dijo señalando al pelinegro
- ¿quienes son estas personas? - preguntó Luka
- no lo sé, poco a poco fueron llegando, no sé quienes son pero si les soy sincero, todos mee parecen conocidos

Frente a la mesita de centro un pelirrojo estaba concentrado en un cuaderno dibujando un retrato de una mariposa posada en una flor. A un costado de Adrien había un chico moreno con gorra roja y audífonos al cuello revisando algo en su celular. Al lado de el una chica rubia de ojos azules se pintaba las uñas con aires de superioridad, le pidió una vez acabado con ello una sombra de ojos azul a una pelirroja con lentes que solo se limitó a seguir sus órdenes. Junto a esta había un hombre de quizás 40 años de esgrimista que revisaba una espada de hoja puntiaguda con punta redonda al lado de una pelirroja vestida formalmente, tendría unos 30 años y no apartaba la vista de un libro de historia universal.

En otro sofá a la izquierda de la pantalla había una joven de rasgos japoneses sentada con apariencia de estar aburrida. Le seguía una chica pelinegra que se delineaba los ojos de un tono violeta, se miró en un guante con espejo con aire melancólico mientras se apartaba un flequillo con mechas moradas del rostro mirando el extraño tono naranja en sus ojos. Junto a ella había una morena se cabello castaño y grandes proporciones que intentaba llamar a alguien desde su móvil con un colgante similar a un caparazón de mariquita, sin embargo una voz aguda le decía que no podía llamar y luego colgaba. Un moreno alto con suéter rojo tenía una "charla amistosa" con una chica bajita (1.60 metros aproximadamente) y de cabello rosa sobre quién ganaría una carrera.

Miraculous: MonokumaWhere stories live. Discover now