siete.

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11 de enero.
CUMPLEAÑOS DE SHŌTO.

"¿Cariño?" Llamó Shōto al abrir la puerta del departamento que compartían, porque sí, ellos se habían mudado un año atrás.

El silencio en el departamento le hizo fruncir su ceño, Midoriya había estado distante los últimos días, sabía que era normal por las hormonas del embarazo pero, aunque estuviera distante, jamás le ignoraba.

"¿Izuku, amor?" Suspiró con pesadez al no recibir respuesta, se dirigió a la cocina, dejando las bolsas del mercado en la barra, sin percatarse de los individuos en su sala de estar.

Estando en la cocina, ladeó su cabeza lleno de confusión, ¿por qué había un pastel en el horno?

Sin pensarlo mucho, tomó su celular, tecleando el número de su prometido, pero aquella canción que se sabía a la perfección sonó en la sala; no pasó mucho tiempo cuando éste dejo de sonar, dándole a Shōto un aviso de que habían apagado el celular.

Un sentimiento que reconoció como miedo se instaló en su pecho.

¿Por qué Midoriya no contestaba el teléfono?

¿Por qué lo había apagado?

¿Quién mierda estaba en su sala?

Dejó de lado el miedo que fue reemplazado por furia; si alguien, cualquiera, se atrevía a tocar a su pequeño, lo mataría.

Fue precavido cuando se acercó al pasillo que daba a la sala, pero aquellos individuos supieron que se estaba acercando, porque apenas puso un pie en la sala; las luces se encendieron junto a los gritos de "sorpresa"

Su rostro permaneció serio, mientras escaneaba a todos sus compañeros de clase, no había rastro de su pequeño.

"¡Todoroki, hermano, feliz cumpleaños!" Felicitó Kirishima, entusiasmado.

"¿Dónde está Izuku?" Preguntó ignorando la felicitación.

"Él fue a-.." Kirishima fue interrumpido por un familiar «camina detrás de mí, Deku de mierda» junto al sonido de la puerta abriéndose.

Shōto enarcó una ceja al ver a Katsuki junto a su pequeño, éste último le sonreía al rubio ampliamente con sus mejillas sonrojadas.

"Chicos, no encontramos servilletas aunque creo que eso no importa. ¿Están listos? Shōto no tarda en lleg-.." Se quedó en silencio al darse cuenta que el mencionado se encontraba frente a él, mirándolo fijamente. "¿T-Tú que haces aquí?" Chilló llevando una mano a su pecho y la otra a su hinchado estómago.

"Me dejaron salir antes por mi cumpleaños." Se encogió de hombros, desinteresado.

Bakugō rodó sus ojos pasando directamente a la cocina. Maldita sea, él moría de hambre. Así que no esperaría a ninguno de esos bastardos, ni siquiera al cumpleañero.

"¿S-Sorpresa?" Midoriya hizo un puchero, quería sorprender a su novio y darle la fiesta de cumpleaños que él se merecía.

"Sí, supongo." Volvió a encogerse de hombros, mirando a sus compañeros.

Soltó un largo suspiro.

Midoriya había hecho aquello por él, aunque no le gustará hablar con más personas tendría que aguantarse, sólo por su pequeño.

Dos horas más tarde todos estaban en la terraza, algunos hablando entre ellos, otros-Kaminari y Bakugō- peleando por las botanas.

"¿Te esperabas la fiesta sorpresa?" Preguntó Momo, dándole un pequeño abrazo.

Midoriya frunció su ceño al verlos de lejos.

"No."

Momo sonrió.

"Izuku nos contactó hace días, dijo- él quería hacerte algo especial, te lo mereces."

Shōto asintió, tomando un poco de su bebida.

"Preferiría pasar mi cumpleaños con él. Nosotros dos solos. No era necesario todo esto, me conoces."

Momo suspiró soltando una pequeña risilla. "Lo hago, supuse eso al verte entrar a la sala. Tu rostro." Señaló, picoteando suavemente su mejilla. Shōto rodó sus ojos, ladeando una sonrisa. "Fue algo como «¿Qué mierda hacen aquí? ¿Dónde está mi pequeño? fuera, idiotas. Los odio.»"

"Exagerada."

"Es lo que es." La pelinegra rió.

"Hey." Saludo Izuku posicionándose junto a su prometido. "¿No quieren un poco de pastel?" Shōto negó. Momo hizo una mueca.

"No me gustan las cosas dulces, cariño."

"Yo estoy bien con mi bebida, gr-"

"Es tu cumpleaños, Shōto." Izuku hizo un puchero, ignorando la respuesta de la chica. ", debes comer aunque sea un poco, ¿por favor?"

Shōto enarcó una ceja, él había notado eso.

"Vale, te acompañaré a por un poco. ¿Está bien si te quedas sola?" Shōto le preguntó a Momo, la chica sonrió asintiendo.

"Estoy bien, s-.."

"Vamos, Shōto." Chilló Midoriya, tomándolo por la muñeca.

Shōto quiso reír, realmente quería hacerlo.

Midoriya estaba celoso.

No era la primera vez que se ponía celoso, pero sí era la primera vez que era grosero con alguien.

Cuando estuvieron en la cocina, Shōto decidió preguntarle.

"¿Qué sucedió afuera?"

Midoriya le miró confundido.

"¿De qué hablas?" Susurró, sirviéndose un pequeño pedazo de pastel.

"Sobre Momo."

Silencio.

"¿Qué hay con ella?" Dijo minutos después, haciéndose el desentendido.

"Dímelo tú Izuku, fuiste grosero."

El mencionado hizo un puchero, sus ojos se cristalizaron, dejó el plato con el pastel en la barra.

"¿F-Fui muy grosero?" Un gemido salió de sus labios, su madre estaría decepcionada si lo hubiera visto actuar de esa manera. "Yo no quería-así, s-sólo.. uh.. " balbuceó. "¿d-debería ir a disculparme? Claro que sí, debo ir, ay, yo-" los ojos verdosos se enfocaron en él, se quedó en silencio unos segundos y frunció su ceño. "Tú tienes la culpa."

Antes de que Shōto pudiera decir algo, Midoriya salió de la cocina.

"Hormonas del embarazo." Dijo Uraraka saliendo de la nada, provocando un susto. "¿Es difícil?"

Shōto asintió, soltando un suspiro. "Llora por helado."

La chica rió. "Lo supuse." palmeó ligeramente su hombro. "Shōto, te deseo suerte, todavía faltan cinco meses más."

baby : tododeku.Where stories live. Discover now