Capitulo 14:(Parte 2)

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—Es un documento oficial de la escuela, tiene el escudo y está sellado.

Miro el desorden de papeles y de nuevo consulto la hora en mi móvil.

—Creo que ya es muy tarde —le informo— no nos dejaran entrar.

—Yo trabajo ahí. Puedo entrar.

—Pero yo no —alego.

—Deja eso en mis manos. Además solo es un poco tarde.

—¿Llegaremos al mismo tiempo?

Casi puedo escuchar la voz ronca del director gritándole a ella y llamando a mis padres.

—Déjalo todo en mis manos —dice de nuevo.

Parece muy confiada. ¿Qué rayos se trae entre manos? Quiero repetir lo que le dije en el auto pero al verla tan concentrada en su búsqueda prefiero no discutir y me apuro a revolver entre las hojas para buscar el dichoso documento, aunque con la mano derecha sin funcionar al 100 no voy tan rápido como me gustaría, ni soy tan ágil, accidentalmente un folder se escapa de mis manos y las hojas salen regadas en todas direcciones.

—Maldición.

Corro a recuperar las hojas. La profesora Jihyo se agacha para ayudarme.

"Estúpida" "Estúpida" "Estúpida" es lo único en lo que puedo pensar.

Por no poner atención mi profesora y yo llegamos al mismo tiempo a recoger la última hoja, como ocurrió tiempo atrás en la biblioteca. Y de nuevo estamos en esa cercanía peligrosa donde solo existen nuestros labios y el miedo.

Pero esta vez ella no se levanta, ni se mueve. Y yo me siento incapaz de tomar la iniciativa para hacer cualquier cosa que mate ese pequeño instante donde somos dos seres humanos, compartiendo el aliento y el calor que mana de nuestros cuerpos. En ese momento, en la privacidad de esa biblioteca, nadie
señala, nadie juzga y no es delito tenerla tan cerca.

Nuevamente estaba ahí. A pocos centímetros de sus labios, pero a una eternidad de sus besos.

Finalmente se puso de pie y yo la imité con una mezcla de emociones muy variadas. Mareo, tristeza, deseo, y miedo.

Tenía que calmarme. Le di la espalda y fingí buscar las hojas mientras ella
miraba el papel que acababa de levantar del piso.

—Tzuyu —susurró.

— ¿Qué ocurre? —le pregunté sin mirarla, temiendo que su capacidad para interpretarme la llevara a darse cuenta que me estaba enloqueciendo.

Ella se acerca, siento de nuevo el calor de su cuerpo y me vuelve a tomar del brazo obligándome a girar despacio.

La mano con la que me sostenía el brazo desciende lentamente hasta mi cintura.

—Necesito probar algo.

Mis latidos iban tan rápido que tuve la sensación de que ella podía oírlos.

Levanté la vista y mis ojos se detuvieron en sus labios, esos labiostan adictivos.

Necesitaba desesperadamente de ella, necesitaba su calor, sus manos, sus
besos, necesitaba que fuera mía.

Leyendo mis pensamientos me acercó más a ella, me envolvió con sus brazos y mi débil empeño por mantenerme lejos se esfumó.

Ella me dominaba.

Yo era suya.

—¿De verdad quieres poner distancia? —preguntó en un susurro.

Su aliento caliente se estrelló directo en mis labios y cegada por el deseo tomé la iniciativa. Reclamé ese beso que tanto anhelaba.

Esa era una respuesta. No quería alejarme de ella, de una forma casi egoísta no podría mantenerme lejos, aun cuando era consciente del peligro en el que la ponía.

SI FUERAS MIA(JITZU)Where stories live. Discover now