capitulo 38

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Capítulo 38

Alexander

Desde hace varios años yo le había hecho una promesa a mi mama en su lecho de muerte. Y en parte eso fue lo que me llevo a actuar como mujeriego, pensando que no me iba a enamorar. Pero el tiro me salió por la culata cuando conocí a Ada Smith. Siempre fue una chica callada, sin muchos amigos, que vivía leyendo libros. No sé, si la apuesta que me hicieron mis amigos fue lo peor del mundo porque gracias a eso conocí a la mujer de mi vida.

Pero como siempre tuve que estropear todo y la perdí. Sé que si siguiera insistiendo para que estemos juntos, ella terminaría cediendo. Pero prefiero que sea feliz con alguien que la ama y que va estar con ella para toda la vida.

Aunque me me duela no ser yo, sé que es lo mejor. Pero se lo debo a mi mama, y la mujer más importante de mi vida es ella, antes que cualquier otra.

Miro la hora ya van a ser las doce. Tengo que pasar a buscar a mi hijo.

Hijo, todavía no puedo creer que soy papa .Aunque soy joven para tener un hijo, estoy encantado con la idea. Es lo mejor que paso y quiero estar ahí para el toda la vida.

Será complicado, compartir con Ada y Carlos. La crianza y el cariño de Ariel. Pero como mi mama me decía todo es muy difícil hasta que es sencillo. Sé que mi hijo crecerá con el amor de sus padres y nunca le faltara nada. Así que por ese lado me siento satisfecho. Pero por otros que el amor de ella me va a faltar toda la vida.

Salgo de la casa apurado para llegar cuanto antes a buscar a Ariel. Miro mi look para hoy me veo bien , un pantalón de vestir negro ajustado , una camisa beige metida adentro del pantalón y un saco negro hecho a la medad. Trate de acomodarme el pelo lo más prolijo posible, a mi padre no le gusta que lo tenga tan largo.

Camino hasta el auto y me dirijo a la casa de Ada. Cuando llego, golpeo la puerta.

Y me habré, para mi sorpresa, Carlos, no sabía que había vuelto. Valla estos dos no pierden el tiempo. Sentí como algo se me rompía en el pecho, pero trato de disimularlo con una sonrisa. Su cabello Marrón estaba revuelto. Y su mirada era tranquila y pacífica, a diferencia de la primera vez que lo vi.

- Hola Alexander.-Dijo de manera formal extendiendo me su mano.

- Hola Carlos.-Dije de la misma forma, estrecho mi mano con la suya.

- Ada está terminando de cambiar a Ariel. ¿Quieres pasa?- Dijo de una forma muy tranquila que me sorprendió. Si yo fuera el, lo dejaría afuera esperando.

-Dale está bien.-Dije mientras lo seguí hasta la sala.

Me senté en el sillón y él se sentó a mi lado. Si antes era raro, ahora es peor la tensión se puede cortar con un cuchillo. Sé que este es un tema del que debemos halar así que empiezo primero.

- Carlos...-Empecé atrayendo su atención.- Sé que Ada te eligió a vos y no estoy enojado. Creo que fue la mejor decisión. –Dije con todo el dolor en el alma, Carlos me miro sorprendido.- No me la interpretes la amo. Pero ella te ama a ti.-Dije con una mueca en mi cara, aunque no quiero que me duela lo hace y decirlo es mucho peor.

El me mira sorprendido como si no estuviera esperando esta reacción de mi parte, capaz que pensaba que nos íbamos a garrar a las trompadas.

- Alexander...-Empezó el pero lo interrumpí.

- Sé que amas a mi hijo, pero Ariel tiene que entender que yo sos su papa biológico. Y tú eres su padrastro.-Dejo en claro eso, por que aunque Ada lo elija a él como pareja. El único papa de Ariel soy yo. -No quiero que te alejes de Ariel, solo que el entienda eso que yo soy su papa.-Dije serio.-Y la otra es que los cuides a ambos, que veas por los dos.

Mí jefe, el papá de mí hijo [1]Where stories live. Discover now