¡Especial de cumpleaños!

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Hey, Gaara —habló Naruto, pero el mencionado no le prestó ninguna atención. 

El pelirrojo solo guardó silencio mientras miraba fijamente a la chica pálida que le miraba con horror.

—Gaa... —comenzó a hablar la chica, pero no hubo tiempo de completar siquiera el nombre. 

Cuando Kazashi volvió a tener plena conciencia de lo que ocurría estaba entre los brazos del recién llegado.

—¿Dónde diablos te metiste? —preguntó Gaara con la voz ahogada. Estaba demasiado emocionado, realmente había creído que no volvería a ver a esa chica jamás—. Te busqué por todas partes sin ningún resultado.

Kazashi, por su parte, no entendía absolutamente nada. ¿Por qué ese chico se emocionaba al punto de abrazarla en público?, ¿por qué la había buscado con esmero?, como mencionaba y, más importante, ¿por qué lo decía en público sin inmutarse?

La incomprensión se tornó en dolor de cabeza, y el abrazo del pelirrojo le dolió al corazón de la peliplata, así que esta última terminó por llorar aferrando sus manos a la espalda del que la abrazaba. 

Eso fue hasta que otras dos manos se aferraron a la ropa del Kazekage y lo jalaron, apartándolo de una confundida chica.

Gaara sintió el jalón y vio como lo alejaban de Kazashi, luego vio a un rubio y un peliplata mirándolo con cierto recelo.

—¿Por qué Kazashi chan está llorando? —preguntó el rubio molesto. Gaara le miró confundido y volvió a reparar en la peliplata que, en efecto, lloraba mientras le veía—. ¿Qué fue lo que le hiciste?

—Yo no... —comenzó a hablar el Kazekage—. Ni siquiera lo sé, ella solo desapareció sin decir nada.

Naruto le miró confundido, igual a la chica que no refutaba dichas palabras. Por eso le soltó. Pero Kakashi no lo soltó, él lo levantó hasta dejar la cara del pelirrojo justo frente a la suya.

—Yo sé justo lo que pasó —dijo el peliplata entre dientes—. Estoy molesto con ella, por supuesto. Es su culpa, después de todo. Pero también estoy muy molesto contigo. Dime Kazekage sama, si el padre de la chica con la que dormiste te rompe la cara, por ser el Hokage, ¿se consideraría incidente internacional?

—¿Su papá? —preguntó Gaara al mismo tiempo que Naruto preguntaba a Kazashi si era él su esposo.

—No somos esposos —respondió Kazashi—, nosotros solo pasamos el rato.

Un bufido y un quejido fueron sucedidos por el Kazekage estampándose en la pared frente al peliplata furioso.

» Espera —pidió la chica evitando que su padre fuera hasta donde el hombre de treinta y dos años no buscaba ni levantarse—. Me haré cargo de esto, ¿sí?

—¡Kazashi! —gritó el hombre, pero la chica no se inmutó siquiera.

—Dijiste que esto era mi culpa —recordó ella—, así que deja que me haga responsable.

—Si tú fueras responsable no estaríamos en esta situación —farfulló el Hokage, molesto.

—Sí, lo sé —admitió la chica—. Pero voy a hacer mi mayor esfuerzo esta vez. Lo prometo.

Kazashi pegó los labios a la mejilla cubierta por una máscara que su padre nunca se quitaba, le sonrió de nuevo y respiró tan profundo que se notó el lento entrar y salir del aire a su cuerpo.

» Vamos —pidió tendiendo una mano al pelirrojo en el suelo—. Hablemos afuera, necesito respirar otra cosa que no sea el enfado de mi padre.

Gaara aceptó la mano de la chica, pero fue solo después de levantarse. Entonces caminó con ella por un rato, hasta que el bosque comenzó a cubrirles de los ardientes rayos del sol.

—No sabía que Kakashi san era tu padre —dijo el pelirrojo cuando al fin se detuvieron, cuando Kazashi soltó su mano.

—Yo no sabía que conocías a papá —dijo la chica mintiendo. 

Ella, mejor que nadie, sabía que no podía haber alguien que no conociera a Kakashi Hatake, el ninja copia y ahora Sexto Kage de la aldea de la hoja.

—Pues es un poco famoso —dijo Gaara y sonrió ante la sonrisa de la chica—. ¿Por qué te fuiste? —preguntó volviendo a tomarla de la mano, obligándola a mirarle.

—Tenía que hacer algunas cosas, ya sabes, trabajo —dijo la chica mintiendo de nuevo. 

Salir huyendo de él y lo que le dolía no era algo por lo que le pagaban.

—¿Aquí, en Konoha? —preguntó el hombre y la chica negó con la cabeza.

—Por aquí y por allá, terminé hace nada. Volvía a aquella aldea cuando me encontré con Kakashi que volvía acá, vine con él.

—¿Por qué no dijiste nada? —cuestionó el pelirrojo—. Lo hubiera entendido, además de haberte esperado.

—Bueno, creí que tendrías cosas más interesantes que hacer. Además, fue una emergencia lo que me sacó de aquella pequeña aldea. No hubo tiempo, lo siento.

—Entiendo —dijo el pelirrojo—. Y al fin te encontré, así que en realidad no importa.

Gaara se abrazó a la chica y ella se estremeció aguantando esas encomiables ganas de llorar y salir corriendo. Pero las siguientes palabras le detuvieron los pies, además de empujarla a profundizar la cercanía que tenían.

» Sabes —dijo el Kazekage—. Hoy es mi cumpleaños. —Kazashi miró al pelirrojo con sorpresa—. Vine a pasar el día en casa de mi hermana y su familia, además de con mis amigos. Pensaba pedir, como deseo de cumpleaños, encontrarte pronto. Mi deseo se cumplió por adelantado.

Kazashi sonrió con ternura. La sonrisa que Gaara tenía en ese momento le hacía enloquecer. Tal vez esa fue la razón de empujarse a besar a ese que adoraba.

—Feliz cumpleaños —dijo la peliplata al pegar su frente a la del pelirrojo mientras sonreía después del beso.

Gaara sonrió de nuevo al sentir como su corazón recobraba una paz que no recordaba bien, esa paz que solo saberla cerca le hacía sentir.


Continúa...

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Hoy, 19 de enero, es el cumpleaños de mi amado pelirrojo. Así que he escrito este hermoso especial. La verdad el capítulo cuatro sería un poco explosivo, pero no sería un buen regalo para mi ojiazul adorado. Dejemos los problemas para después. 


AMOR... ¿IMPOSIBLE?Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang