24. Heroicidades.

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Liam se encontraba herido, la debilidad emocional y física se lo debía a Steth y a Killer, por haber hecho de su estadía una tortura. Sin embargo, el mayor daño se lo debía a Seth. Killer y sus nudillos solamente lo visitaron un par de veces.

Adam caminó sigilosamente delante de él, mientras él le seguía con lo que quedaba de sus fuerzas.

El muro se sentía áspero contra su hombro y le producía raspaduras donde se apoyaba, pero no iba a quejarse. La vieja fábrica era lo bastante grande para guardar mercaderías y para que trabajasen más de doscientas personas, poseía varias salas que funcionaban como habitaciones del personal de seguridad. A diferencia de una verdadera fábrica abandonada por sus dueños, ésta aún tenía barriles de madera apiladas en una de las bodegas. Así como una estantería llena de botellas de vino de buena calidad. Era como si los dueños originales hubieran desaparecido sin llevarse nada. Quizás era cierto. Esas personas no tenían piedad, se adueñaban de lo que le gustaba a cualquier precio.

Era inusual que ese lugar estuviera vacío. Quiso preguntarle a su amigo, pero se quedó sin habla cuando se dio cuenta que un grupo de personas armadas con chalecos de la SWAT barría uno de los corredores.

Adam asintió hacia uno de los tipos que estaba liderando el grupo, el tipo asintió en respuesta y luego desapareció por el pasillo llevándose a su equipo.

-¿Swat? ¿En serio? -preguntó Liam con incredulidad.

-De algún modo debíamos sacarte de aquí.

Adam se relajó al ver que no había peligro y guardó el arma en la funda de su cinturón.

Liam no tenía todas sus dudas aclaradas. Y necesitaba saber todo. -¿Cómo fue que supieron dónde me encontraba?

Él se encogió. -Una llamada anónima. Dijeron que fue un hombre que ha estado proporcionando información al servicio de investigación por un tiempo. Vítor lo descubrió a través de sus contactos en el FBI.

Liam lo estuvo asimilando mientras más preguntas se acumulaban en un tumulto. Desconfió que Adam supiera las respuestas. ¿Quién era el tipo? Necesitaba saberlo para agradecérselo.
Liam y él fueron hacia el exterior. La luz de los autos estacionados a su alrededor le hizo arder los ojos, las personas deambulando libremente pusieron a un Liam con un desánimo de mierda a reventar. Su cabeza empezó a dolerle.

Un paramédico se acercó y lo tomó del brazo, llevándolo a una ambulancia donde le lavó las heridas con agua oxigenada y los vendó con gasas esterilizadas. Poco a poco, recuperando las fuerzas que habían sucumbido, recordó a la chica que lo había atendido.

Se puso recto. Como si en una recta vara de metal se hubiese transformado su columna.

Miró a su alrededor. Adam había desaparecido. No había caso de preguntarle algo.

Se levantó y caminó hacia la vieja fábrica, justo en ese momento unas cuantas chicas eran escoltadas hacia el exterior. Unas cuantas fueron atendidas por el médico, las otras estaban siendo interrogadas, fueron once chicas que Liam pudo contar. Ninguna se parecía a la chica que lo atendió.

Algo estaba jodidamente mal.

No veía a Seth en ninguna parte y mucho menos a Killer.
Como si sus malos presentimientos se hicieran realidad, Seth salió de su escondite con una horrorizada mujer como rehén.

-¡Suéltala! -bramó Liam. Ellos estaban demasiado lejos de los oídos de las demás personas lo que significaba que eran sólo ellos tres.

Seth parecía nervioso. Estaba actuando sin pensar, nadie se atrevería a enfrentar a mas de cien polis armados con una preparación especial. Al parecer no se iba a rendir.

-No lo haré. Tengo que irme de aquí y ella es mi pasaje de ida. ¿No es así Clary?

La chica hizo una mueca, Seth había presionado su arma en su carne.

Liam estaba sin oportunidad. Las posibilidades de que alguien muriera eran exorbitantes. Sabía que a Seth lo apresarían, solo no podía ver que la chica muriera.

Liam abrió la boca para cellar su destino. No importaba si eso significaba no ver más a Jess. La chica rehén tenía familia en Alabama, gente que siempre estuvo preocupada por ella. Y él no era nadie. -Te propongo un cambio. La dejas ir y me tomas a mí.

Seth rió nerviosamente, la chica lo miró con ojos desesperados. -¿Escuchaste Clarissa? El idiota quiere que te deje ir. Ja ja.

Si él no podía convencerlo no podría dejar de culparse toda la vida por no intentarlo.

-Por favor -levantó las manos en rendición -si voy contigo será más fácil salir de aquí, puedo hacer que se retiren

-O puedo hacer que tú te retires -dijo Seth, esta vez con la pistola apuntando en su dirección.

Joder. El hijo de puta. Liam apretó los puños a los costados.

-No quieres eso. Si lo asesinas tendrás cientos de personas detrás de tu miserable culo -dijo Adam, apareciendo detrás de él.

-¡Hijo de puta! Debiste haberte quedado atrás.

-¿Y ver como matan a mi mejor amigo? -inquirió Adam, levantando una ceja. Sus ojos verdes brillaron con orgullo-. No podría vivir con el peso de la culpa, no sabes lo que se siente que tu familia se desangre frente a tus ojos. Lo he vivido ¿recuerdas?, no voy a dejar que a mi único hermano le pase lo mismo.

Sí, lo recordaba. A causa de una venganza los padres de Adam fueron asesinados. Adam fue quien los encontró desangrándose en la casa y vio el último respiro de su madre. Para ser sólo un niño eso debió haberlo roto en pedazos.

No creyó que Adam pensara en él como un hermano, pero desde luego, siempre fueron uña y carne, más o menos desde que se conocieron en la organización y empezaron a entrenar juntos.

Y ahí estaba algo por lo que luchar, la organización era su familia, Adam era su familia. Ellos serían capaz de vengar su maldita muerte. Aquellas personas que lo abandonaron en un callejón sin salida nunca tuvieron una huella en su vida. Ahora tenía gente que lo apoyaba y eso era importante.

Siempre habría algo por lo que seguir adelante y ahora lo sabía. Puede que solo fueran recuerdos, pero los recuerdos de Jess lo mantuvieron con vida. Y por esos recuerdos valía la pena vivir para recordar.

Se irguieron juntos, un plan descabellado. Lucir desafiantes cuando por dentro sabían que era en vano. Que la muerte esperaba y que no serviría de nada huir de él.

-¡Vamos! Una jodida reunión familiar. Que porquería ¿Y si mejor los quito del camino? -se asqueó el tipo.

Demasiado rápido. Adam se interpuso entre él y la trayectoria de la bala.

Se escuchó el disparo y luego un grito de sorpresa de la chica.

Liam no podía creer lo que había hecho Adam. Estaba loco. Debió haberlo imaginado. Que se pondría delante de él porque su heroísmo era descabellado, casi aterrador.

Todos se quedaron paralizados. El tiempo se detuvo.

Un ruido sordo provino del cuerpo tocando el suelo.

Seth estaba muerto.

Mientras un tipo salía de las sombras detrás de la escena, Liam pudo reconocerlo. Debido al chaleco sabía que pertenecía a la SWAT y que estaban fuera de peligro.

Él siempre estuvo frente a sus ojos y nunca se dio cuenta. Y siempre fue el maldito informante.

Que me condenen, pensó.

Seduciendo al Mejor Agente. Where stories live. Discover now