CAPITULO 9

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POV CALLE

Comencé a caminar hacia mi salón hasta que sentí como una lágrima rodaba sobre mi mejilla, no hice más que limpiarla y seguir caminando. No volvería a llorar por el, no una vez más.

Entre a clase de cálculo, me fui hasta la banca del fondo y me puse el gorro de  la sudadera que traía.

La maestra comenzó  con su clase pero por más que intente concentrarme no pude, sentía un dolor indescriptible, pensé que ya lo había superado pero al verlo me di cuenta de que no.

¡Maldita sea! ¡¿Por qué tenía que regresar?!

Sentí como mis ojos empezaban a llenarse de lágrimas ya no aguantaba más, tenía muchas ganas de salir corriendo, de irme a mi casa a gritar y llorar hasta quedarme sin fuerza alguna pero no podía hacer eso, tenía que quedarme aquí hasta el final de las clases, lo único que podía hacer era salir al baño para que nadie de la clase me viera.

Una vez afuera del salón comencé a correr lo más rápido que pude, me detuve en la puerta del baño y entré cuidadosamente, el piso estaba más mojado y resbaloso que de costumbre, me senté en el suelo sin importar que pudiera mojarme, me recargue en la pared del fondo, abracé mis rodillas y recargue mi cabeza sobre ellas, cerre mis ojos y mis lágrimas empezaron a salir descontroladamente.

¿Por qué regresó? ¿Por qué tenía que regresar? Justo ahora que me sentía mejor ¿En serio cree que lo voy a perdonar? no entiendo por que regresó después de lo que hizo,estaba sumergida en el llanto y en mis pensamientos cuando escuché una voz en la entrada del baño.

-¿Estás bien? Escuché que me decían desde la entrada.

Levanté la mirada y no podía creer lo que veía, era ella, la chica de aquella fiesta, la de los ojos bonitos acababa de abrir la puerta y me había visto así.

-Si, estoy bien no te preocupes- hablé tratando de levantarme y limpiarme las lágrimas que tenía en el rostro.

-¡Espera! Te ayudo- me dijo acercándose pero al parecer no había notado el pequeño charco que había y cuando menos me di cuenta ella estaba en el suelo, tirada de espaldas y más roja que un tomate.

No pude evitar reír, la manera en la que cayó había sido demasiado graciosa.

Me controlé un poco y me acerqué a ayudarla.

-¿Estás bien?-ahora fui yo la que le preguntó a ella.

-Cuidado, el piso está resbaloso.

Cuando dijo eso ambas reímos y le extendí mi mano para ayudarla a levantarse.

Cuando nuestras manos se tocaron me sentí un poco nerviosa pero no fue nada comparado con lo que sentí cuando logré enderezarla, quedamos frente a frente y sentí su respiración chocando con la mía, nos vimos a los ojos y puedo jurar que los de ella tenían un brillo indescriptible, podría haberme quedado viéndolos toda una eternidad, ambas estábamos igual, nos veíamos directamente hasta que ella bajó la mirada a mis labios, quería besarla, ahí, en ese momento.

-Calle ¿Estás aquí?- escuché decir con una voz que me parecía familiar, ambas bajamos la mirada e inmediatamente nos separamos, pude notar que estaba nerviosa, tanto como yo, voltee a la puerta y vi a mi hermana parada observandonos.

-Perdón, ¿Interrumpí algo?- dijo mi hermana algo confundida y divertida a la vez.

-¿Que haces aquí, Juli?- sentía como mis mejillas ardían de la pena.

-Vi a Mario desde lejos y...- Por un momento habia olvidado a Mario pero en cuanto Juli lo nombró volví a sentir el golpe en el pecho.

Al parecer Juli lo notó.

La Chica Que Llegó A Mi Vida- Caché 💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora