El joven extraño

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Serena al sentir el contacto con la mano de aquel chico se quedó paralizada, viendo fijamente aquellas finas, pero masculinas facciones, sin decir nada su corazón latía muy rápidamente, no sabia lo que le ocurría, y a pesar de que aquello ya no era del todo nuevo para ella, si era diferente.

—Un gusto conocerte Serena.

Aquel chico vestido de traje negro hizo una reverencia, para besar el dorso de la mano de Serena, quien por alguna extraña razón no podía moverse, había algo en aquel chico sumamente hechizante. Al erguirse el chico, Serena nerviosa retiro su mano sosteniendo todavía la manzana, para no verle la mirada decidió darle una mordida al fruto. Que le trajo un sabor, fresco, jugoso y dulce a su boca, causándole un éxtasis en su paladar.

—Tienes un nombre hermoso, Serena.

Serena sentía una enorme ansia por probar los labios de aquel chico, descubrir si su sabor era igual a los de quien una vez fue su amada, aunque sabia que eso no era lo correcto, por lo que se mostraba tensa al ocultar su deseo.

—Gracias. No te había visto, no eres de aquí ¿cierto? —pregunto Serena, sospechando de que el Mirella fuesen del mismo lugar.

—Si, no soy de aquí, vengo de lejos—Ramille dijo con un tono de misterio.

Serena abrió la platica para preguntarle al chico de donde proviene exactamente, sin embargo, su madre fue más rápida.

—¡Serena! —grito la madre de Serena con potencia.

—¿Si mami? — pregunto la chica morena.

—Ven niña —ordeno la madre de Serena.

Serena no quería separarse de ese chico tan apuesto, al menos no todavía, deseaba conocer más de él, descubrir que era ese sentimiento tan intenso que se originaba con tan solo mirarle esos bellos y azulados ojos.

—Me tengo que ir— dijo Serena con tono de tristeza—haciendo ademanes de querer abrazar a Ramille

El chico atendiendo a los deseos de la Joven le abrazo, provocando en ella una corriente eléctrica que le recorrió de los pies a la cabeza, Serena cerro los ojos al verse envuelta en aquellos brazos, y por un instante creyó que quien la había abrazado era Mirella.

—¿Nos podemos ver mañana, en el quiosco? —propuso Ramille.

Serena abrió los ojos para entrar de nuevo a la realidad, de que su amada Mirella no se encontraba ahí, pero se encontraba dispuesta en darle, sin dudar, una oportunidad a aquel extraño.

—De acuerdo, ¿a qué hora? —pregunto Serena.

—A las 10 de la mañana.

—¡Serena! — volvió a gritar la madre de Serena.

—¡Voy mami! — exclamo la chica.

Serena le dio un beso en la mejilla al chico, triste se dio la vuelta y fue hacia donde estaba su madre hablando con el sacerdote. Al llegar con ellos se dio la vuelta para verificar que Ramille ya no se encontraba en aquel lugar,

Pronto seria la fiesta de la virgen de la candelaria, santa patrona de la capilla donde se encontraban, por lo que el padre le pidió a la familia de Serena que apoyaran con la celebración de aquel dia, sin embargo, Serena no le puso mucha atención debido a que se encontraba distraída con la imagen de aquel chico y el deseo de volverse a ver para probablemente hacerse uno con él.

Esa noche fue larga, volvió a ver a aquella figura en el pastizal, envuelta por una capucha oscura, iluminada por la luna creciente. Aquel ser miraba hacia abajo, de la túnica le sobresale un guante, de brillo metálico, con garras largas y afiladas, amenazando con el a algo que tenía a sus pies, pero de pronto volteo a verla.

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⏰ Last updated: Sep 08, 2019 ⏰

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Pasion del fruto.Where stories live. Discover now