Pesadilla

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Por Jack:

Desperté bruscamente debido a la pesadilla que había acabado de tener, eran las tres de la mañana y mi maldita pesadilla me había despertado por tercera vez. Ya no soportaba despertarme todas las noches debido simplemente por un mal sueño; No tenía lógica que alguien se despertara en la noche teniendo varias por delante para dormir plácidamente a causa de un estúpido sueño.

Sentí como un gota de sudor bajaba por mi frente, rápidamente busqué con la mirada a Miluzka, mi gata y la encontré durmiendo frente a la puerta de mi habitación, -Que suerte tiene- pensé. -Al menos alguien duerme bien esta noche- dije en voz alta. Entonces Miluzka despertó, me vio despierto y se dirijo a mi cama para continuar con su sueño. Froté levemente su espalda y esta respondió con un suave ronroneo. Me acomodé en mi cama para ver si podía conciliar el sueño otra vez.

Por suerte lo logré.

Eran las siete de la mañana, los rayos de sol entraron por mi ventana y eso me hizo despertar. Apenas abrí mis ojos me cayó toda la fuerza del sol en mi ojos.-Maldición- mascullé. De un salto me paré de la cama y corrí hacia mi baño personal para enjuagarme los ojos , pero desgraciadamente me caí estrepitosamente haciendo un montón de ruido. Rápidamente me puse de pie y me dirigí hacia el baño. Una vez ahí, abrí el grifo y me sobé los ojos, no soportaba tanta luz entrar por mis ojos, sentía que me ardían. Terminado el proceso me dispuse a verme en el espejo para ver si mi aspecto era igual de desastroso (como todas las mañanas).

Vi mi cara mojada y algunos de mis mechones de pelo estaban estampados con agua en mi frente, acomodé mi pelo para que se me viera mejor. Mi pelo negro, mi piel nívea, mis ojos café claro y mis pecas eran detalles imprescindibles  en mi persona.

Sospechosamente tuve la corazonada de que hoy iba a ser un gran día, salvo el "pequeño" episodio que había pasado al despertarme. Pude ver a Miluska aún dormida. Me parecía increíble que no se hubiera despertado con todo la bulla.

Me acerqué a mi repisa a ver mi talismán. Seguía ahí desde que tenía memoria, era un obsequio de mi madre, ella me dijo que me iba servir en algún momento pero ese momento aún no había llegado. Era de un color verdoso con toques de verde jade.

Aparté mi vista del talismán por un momento para fijarme en el reloj. Eran las nueve de la mañana, aún tenía tiempo para ir al desayuno real que se iba a servir; Así que me apresuré en vestirme para llegar con tiempo.

Apenas salí de mi puerta escuché un "¿Qué haces?" detrás de mi. Era Lucy, vestía un vestido morado con encajes violáceos y una sádica sonrisa estaba marcada en su cara.

-¿Qué haces?- repitió la pregunta.

-Estoy yendo al desayuno- respondí.

-Uhm...Creo que a ese "desayuno" le falta algo- dijo de una forma bastante satírica.

-Bueno, es cierta forma es desayuno real..

-Exacto- me cortó - Y por ser REAL- dijo remarcando la última palabra - No debes estar ahí- respondió groseramente.

-Por favor Lucy , no quiero empezar mal mi  mañana- dije

-Mira, sinceramente no sé por que rayos estas acá. Pero desde que has llegado al castillo has sido una molestia, especialmente para mí. ¿Sabes cuanto esfuerzo me ha costado soportar a un plebeyo, que con suerte llegó a para aquí?- respondió. - ¿Acaso no recuerdas lo que les pasó a tus padres?- Terminó con una sonrisa maliciosa en su cara.

Decidí no contestar ya que cualquiera que fuera mi respuesta, Lucy tendría una mejor e iba siempre ha disparar al flanco de mi debilidad: que era huérfano. No pude contener algunas lágrimas que resbalaran por mi rostro.

-Oooohhh...., te siente mal por decirte tus verdades- dijo. Entonces la miré directamente a los ojos y pude su expresión en su rostro. Se veía que se estaba divirtiendo hacerme sufrir.

-¡Responde!- ordenó. -Bueno, ya sabes lo que dicen: "Plebeyo naces, plebeyo mueres"- Dijo. Entonces una risa de malicia inundo su rostro y se fue por el sentido contrario al mío.

No pude contenerme. Quería desahogarme gritando de impotencia, quería romper todos los jarrones que se encontraban en ese pasillo, quería llorar desconsoladamente hasta que mis lágrimas me ahogaran. Empecé  sentir eso y más sentimientos de ira, resentimiento, tristeza y rencor.

Entonces corrí hacia el jardín. Allí había un muro enredado por rosales y había una grieta un poco grande ( lo suficiente para que yo quepa), ese era mi lugar favorito en todo el castillo. Podías ver todo el jardín desde allí pero lo suficientemente tranquilo, me encantaba sentarme ahí para pensar o para alejarme un poco del barullo del castillo.

Un vez llegado ahí , me trepé en algunos rosales hasta llegar a la grieta. Me senté en el borde de esta y empezé a pensar.

¿Acaso era mi culpa que yo fuera huérfano? No, entonces ¿ Por qué Lucy me lo recriminaba como si fuera mi culpa? ¿Por qué Lucy me odiaba tanto que en estos 9 años de estadía en este castillo me hacía sentir miserable? ¿Acaso era porque era plebeyo o soy huérfano? o ¿Por ambas cosas? ¿ Acaso era porque "no estaba a su nivel" , según ella?

Estas y más preguntas  inundaron mi cabeza durante los siguientes minutos o horas o días, no calculaba cuanto era el tiempo que pasaba pensando en mi "hermosa vida".

En Lucy.

En el castillo.

En mi orfandad.

En mis padres.

...









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⏰ Last updated: Jan 28, 2018 ⏰

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Luz de estrellaWhere stories live. Discover now