Escritor

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—Papi, vamos a jugar—la chiquilla quería salir corriendo al parque, no puedo decirle que no nunca.

Corrimos por el parque, la lleve a jugar en los "sube y baja", la pequeña reía y reía, estaba tan feliz que no preocupe de nada más. Estaba tan perdido en mis pensamientos que no me di cuenta de que Phoebe estaba jugando con alguien, no se porque se me hacía conocida esa persona. Mi pequeña se acercó de la mano de la chica aún riendo.

—Papi, mira ella es Megan, ¿Verdad que es bonita?—ese nombre me sonaba, la mire bien y fue ahí cuando la reconocí, era Megan Sully, una de las amigas de Naty.

—Si linda,¿por qué no vas a jugar con las demás niñas? Después iremos por helado—le sonreí y ella se fue chillando de la felicidad, me di vuelta para enfrentar a Megan—Antes de que digas algo o me preguntes alguna cosa, por favor no le digas a nadie—lo mire suplicante y con el corazón en la boca.

—Mira, a mi no me incumben tus asuntos, no tendría porque decirle a alguien sobre esto, pero tampoco soy estúpida, se que eres tú el que le envía las cartas a Nat, te vi poniendo una en su casillero—estoy al borde de un patatus, sabía que no estaba loco—Oh! Y antes de que me pidas que no se lo diga, te lo vuelvo a repetir, tus asuntos no me incumben, chao—se fue no sin antes despedirse de mi pequeña, al menos ya tengo con quien hablar sobre Nat, aunque sea una adolescente de diecisiete años.

Siempre has sido tú [ST #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora