Helpless when she smiles.

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Ana, quiero a Ana, solo quiero estar en casa en donde ella me haga cariñitos, tuve un día fatal en la empresa, los inversionistas no están de acuerdo con lo que les corresponde, quieren el 75% de toda la ganancia y que yo me quede con el resto, enserio, he invertido más de 2 millones en esa empresa para que me den solo el 25%. Que se jodan.

El auto entro al estacionamiento de la Escala, estaba impaciente, solo quería salir y correr al ascensor, para que me llevara a con mi esposa. Ni bien paro, baje y corrí hasta el pequeño cubículo de metal, piso 20.

Las puertas se abrieron y el llanto de una mujer fue lo que me recibió, era desgarrador, mire por todas partes y la vi, era Ana. Sentada en el taburete de la cocina llorando sostenía un papel en manos, se tapaba la boca y sus lágrimas se desbordaban por sus ojos, me rompió el corazón, la última vez que la vi llorar fue esa noche en la que me entregue por completo a ella.

— ¿Ana? ¿Qué te pasa?—intente no asustarla pero fue en vano, ella salto de la silla y corrió al otro lado de la cocina, mirándome con miedo.

—Por favor no me odies...no lo hagas por favor—resbalo por la pared hasta caer al suelo, ¿Odiarla? Jamás podría hacer eso, por más que se fuera de mi vida jamás la odiaría.

—Nunca lo haría—susurre. Señalo el papel que estaba sobre el taburete, lo tome y vi que era un examen clínico. ¿Estaba enferma? Por qué no me lo dijo. Leí detenidamente.

PRUEBA DE EMBARAZO

HCG SUB-BETA EN SANGRE..............................................POSITIVO

¿Embarazada? ¿Un bebe? Dios no, ahora no.

— ¿Estas...estas embarazada?—mi voz salía entrecortada. Su mirada estaba llena de miedo, se tocó su estómago, asintió.

—No maldición ¡NO!—comencé a tirar todo lo que estaba sobre la mesa, asustándola, ella brincaba cada que algo se rompía.

— ¡NO AHORA! ¡YO NO QUIERO HIJOS! ¡NO HOY!—estaba bajo los efectos de la ira.

—Perdón—susurro, sus ojos estaban rojos pero su cara pálida, parecía enferma.

—No...no puedo, lo siento—sin más la deje, ahí, sentada en la esquina de la cocina, llorando.

— ¡CHRISTIAN! ¡No te vayas!—fue lo último que escuche antes de que las puertas del ascensor se cierren.

Calles vacías, uno que otro auto por la pista, camine sin rumbo, meditando ¿Qué hare ahora con hijo? ¡Yo!, tuve una terrible infancia, yo no quiero que él o ella carguen con eso, no lo soportaría. Dos cuadras más abajo encontré un bar, entre y me senté en la barra, pedí el trago más fuerte, un par de minutos después una canción comenzó a sonar y una voz para nada melodiosa canto.

And I'd give up forever to touch you

'Cause I know that you feel me somehow

You're the closest to heaven that I'll ever be

And I don't wanna go home right now

Y daría lo que fuera por siempre tocarte

Porque sé que me sientes de algún modo

Tú estás más cerca del cielo de lo que yo jamás estaré

Y no quiero irme a casa justo ahora

¿Ironía, no? Ella un ser puro y lindo al lado de un ser oscuro como yo.

Me entregaron el trago y me lo tome de golpe, mi garganta ardía, pero qué más da, estoy acá para pensar o eso creo. Pedí otro, la canción se acabó y unos cuantos aplaudieron. No sé cuánto tiempo paso pero ya estaba por mi tercer vaso y una melodía suave y una agradable voz de un hombre se escuchó.

Helpless when she smilesWhere stories live. Discover now