En Egipto, una nueva etapa

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Mí primer día como arqueóloga fue increíble. La gente valoraba mucho todos mis conocimientos, y el señor Roberson me enseñaba muchas cosas. Pero después de una semana el señor Robenson enseñó su cara oscura. Me empezó a mandar que trabajase más de doce horas. Cuando descubría algo yo, él lo cogía y hacía que lo había descubierto él y yo me quedaba callada, llorando, sin decir nada mientras veía como le daban premios por mis descubrimientos.

 Cuando descubría algo yo, él lo cogía y hacía que lo había descubierto él y yo me quedaba callada, llorando, sin decir nada mientras veía como le daban premios por mis descubrimientos

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Mi primer descubrimiento...fue todo un orgullo para mí...


No me llames NefertitiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora