Chantaje en el dormitorio |Zayn Malik y tu| TERMINADA

Capítulo 6

Cuando llegó al orgasmo, ____ sintió que la habitación daba vueltas. Jadeó y dejó de respirar. Sobre ella, Zayn la embistió por última vez antes de gritar, satisfecho.
Unos segundos más tarde, se dejó caer sobre ella, aprisionándola contra el colchón. En vez de sentirse incómoda, sonrió relajada. Podía sentir su corazón latiendo con fuerza en su pecho.
Antes de lo que le hubiera gustado, él se apartó y se quedó tumbado sobre su espalda, con los brazos y piernas abiertos, mientras seguía respirando entrecortadamente.

—Vas a matarme, _______ —dijo, girando la cabeza para mirarla, y sonrió—. Pero moriré siendo un hombre feliz.
Antes de que ______ pudiera responder, Zayn se levantó de la cama al baño y cerró la puerta tras él.
De pronto, consciente de su desnudez y del hecho de que parecía una muñeca rota en aquella extraña posición, se levantó y se dirigió al armario para sacar un camisón.
Se lo puso y se miró en el espejo. Tenía las mejillas sonrosadas y el resto de la piel brillante. Tenía el pelo revuelto, se pasó la mano para atusárselo. Justo cuando se dio media vuelta, la puerta del baño se abrió. Zayn salió desnudo y, al verlo, su pulso se aceleró.

—No tenías por qué vestirte.
Ella sonrió, nerviosa.

—No estoy acostumbrada a pasearme desnuda.

— ¡Qué lástima! —dijo él.
Se acercó y se detuvo frente a ella. La tomó de la barbilla y la hizo levantar la cabeza hasta encontrarse con sus ojos. —Es algo por lo que pagaría dinero. Además, todavía no hemos terminado de tomar el postre. Tenemos que acabarnos las fresas y el champán.

—Bueno —comenzó ____, sintiendo mariposas en el estómago mientras se llevaba las manos a los tirantes y comenzaba a bajárselos—. Es sólo un trozo de tela. Puedes quitármelo si quieres.

— ¿De verdad? —preguntó él, arqueando una ceja.
Le ayudó a quitarse el camisón y, en seguida, sus pechos quedaron al descubierto. Al momento, el camisón cayó al suelo.

—Bueno, bueno. Otra vez estás desnuda. Así es como más me gustas.
De pronto, él la tomó por la cintura y la levantó, colocándola sobre uno de sus hombros.

— ¡Zayn! ¿Qué estás haciendo?
La llevó hasta la cama y la dejó caer en medio del colchón. Luego, dio unos pasos y tomó la botella de champán.

—Esta vez, quiero descubrir a qué sabe el champán tomándolo directamente de tu ombligo.

—Está bien —asintió ella—. Siempre y cuando yo pueda hacer lo mismo contigo.

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A la mañana siguiente, Zayn se levantó más pronto que de costumbre y salió de la habitación mientras _____ seguía durmiendo. Cerró la puerta para evitar que cualquier cosa que dijera pudiera ser escuchada, y se dispuso a cancelar las citas que tenía para ese día. No era una tarea fácil puesto que muchas de aquellas reuniones habían sido fijadas hacía semanas.

Pero para cuando _____ apareció, con aquel diminuto camisón verde que acentuaba sus ojos esmeraldas, su día había quedado libre y estaba dispuesto a poner su plan en acción.
Aunque deseaba ponerse en marcha en seguida, trató de comportarse con normalidad. Bebió café y leyó el periódico. Ella le obligó a comer algo de desayuno y accedió a tomarse media tortilla y unas salchichas que le pasó de su plato.

Una hora más tarde, se levantó de la mesa y volvió a repetir el mismo discurso del día anterior, que iba a estar ocupado hasta la cena y que saliera a divertirse a su costa. Volvió a darle la misma tarjeta dorada de crédito y el fajo de billetes que ella había dejado sobre la cómoda.

Una vez fuera de la habitación, Zayn tomó el ascensor hasta el vestíbulo, pero en lugar de marcharse, se quedó apostado tras unas máquinas tragaperras desde donde podía observar la entrada sin ser visto.
Esperó más de lo que pensaba, comprobando la hora a cada poco. Una hora más tarde, ____ salió del ascensor en dirección a las puertas, con unas oscuras gafas de sol en la cabeza y un gran bolso. Llevaba zapatos de tacón marrones, a conjunto con unos pantalones de lino y una blusa de amplias mangas.