Cap.01

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Y así...

Exactamente igual que todas las noches anteriores, después de exactamente las mismas palabras de todos los días cerré con la misma fuerza la puerta de mi habitación, pero esto, como ya sabia no silenciaba los gritos del exterior

-Es la misma mierda todos los días! Cada vez que se habla de esto terminamos peleando!

-Es su culpa! Y encima tiene el descaro de encerrase en su habitación? Así no conseguirás nada!! Sal y enfrenta tus problemas como hombre!!-

Silencio

Igual que ayer y todos los días me quedé callado, con los puños blancos por la presión y la mandíbula tensa, de pie en medio de mi desorden

-Ya estoy harta de esto! El si puede darse el lujo de no hacer nada?! .....-

En ese momento ya había dejado de escuchar, aunque sabía perfectamente lo que vendría a continuación; gritos encarandome cosas que hice mal a su juicio, reclamando por mi comportamiento y actitud.
Ganas de salir y vaciarles los pulmones encima no me faltaban, pero me contuve, como todos los días.

Porque?

Que ganaba contestándoles? Si eso no pararía nada? Sería un desgaste de mi tiempo el discutirles y decirles algunas verdades, solo conseguiría más quejas y mis errores fregados en la cara como su medio de defensa; las personas son tan incapaces de mirar más allá de su propio ombligo que por más que se intente jamás admitirán otras perspectivas de sus errores.

Además que despertaría cosas que ya no quiero recordar, cosas que evito pensar para que no salgan a la luz y causen estragos en mi... O me vuelvan a convertir en aquello que tanto me costó dejar de ser.

Respiré, hondo y muchas veces, cerrando los ojos con fuerza mientras picaban por las lágrimas que querían salir

Rabia, impotencia

No iba a llorar, jamás lo haría, no mostraría debilidad.
Menos por cosas tan insípidas como una discusión familiar.

No pierdo mi tiempo en estupideces

Salí a la oscuridad de mi balcón, me puse los audífonos para sumergirme en el trance que me ofrecía la música, y como todas las noches, observé
Conocía cada mísero detalle de aquella vista y el lugar donde vivía, lo había estudiado muchas veces, hasta los horarios de los vecinos aprendí de manera inconsciente. Cada maldito detalle

Aunque hoy había algo nuevo

Tan común pero difícil de ignorar, esa pequeña silueta encapuchada y vestida de negro captó de inmediato mi atención; transitaba a un paso lento por la vereda del frente, fumando un cigarrillo y prácticamente obligándose a avanzar. Me sorprendí a mí mismo contemplando con detalle cómo el humo se escurría por su nariz y boca hasta perderse en la nada.

Hombros caídos, brazos flojos, el cigarro se consumía rápido. Con el frío que hacía podría jurar que estaba retrasando algo.
Me incliné más hacia delante apoyando mis brazos en la baranda, observando con más cuidado

Entonces se detuvo, levantó la cabeza al cielo dando una última gran calada y reteniéndola más tiempo del necesario, para soltarla en un pesado suspiro. Una tonada algo escandalosa le provocó un sobresalto, sacó el aparato de su bolsillo y con un movimiento rápido volvió a guardarlo quedando nuevamente el envolvente silencio de la noche
A pesar de la pobre luz de los faros pude apreciar el perfil de su nariz y lo que la capucha me permitía ver; tan delicado como sus manos que con descuido lanzaron la colilla al suelo para darle fin a ese tuvo de cáncer, emprendiendo nuevamente el camino con la misma pesadez de antes.

Mis sentidos despiertos, el instinto activo

Con movimientos estudiados y muy sigilosos baje del balcón hasta caer de pie en el jardín, sin perderla de vista en ningún momento, comencé a andar a su misma velocidad, sin ser notado. Un par de cuadras, dobló a la izquierda caminando con aún más pesar hasta detenerse en la única casa de allí que tenía las luces prendidas, vaciló en si entrar o no, hasta que volvió a guardar las llaves en el bolsillo y rodeó sigilosamente la casa para entrar por una puerta alterna a la principal. Fue en ese momento de descuido antes de que cerrase completamente la puerta cuando volteó y logró verme, apenas unos segundos que sus ojos coincidieron con los míos.
Para cuando volvió a abrir la puerta para ver quién era el extraño que la observaba yo ya estaba doblando la esquina para volver a mi habitación.

Subí con la misma facilidad a mi balcón, aún algo aturdido por el contacto visual

Jamás deje que me viesen, no al menos las primeras veces.

Una vez estuve entre las mantas de mi cama pude escuchar con claridad las risas provenientes de abajo, como si nada hubiese pasado, como si nunca hubiesen habido gritos acusatorios de actos que fueron justos pero horribles a sus ojos, de opiniones realistas y sin filtros pero aberrantes a sus oídos y de consecuencias satisfactorias solo a mi juicio.

Esa era la mecánica de mi familia: de la completa calma por cosas insignificantes se transformaba en una completa tempestad, reclamando y encarando cosas que no han podido superar, eximiéndose de toda culpa para luego sentirse serenos y volver a la normalidad, acallando sus conciencias hasta sentirse nuevamente con ganas de que el mundo los escuche

Tan emocionales

Sinceramente me da igual, no me comprometo con ellos ni ellos conmigo. No pienso desgastarme por quienes se estresan por insignificancias, por quienes exigen presencia y preocupación cuando no son capaces de darlo
Para mi son solo un número más...

Vacío, imperturbable

Mientras que en mi cabeza ya estaba creándose un esquema de manera casi automática de algo que no hacía hace mucho

Mi proceso de caza

Sacudí la cabeza eliminando todo pensamiento de ese tipo, esa muchacha encapuchada era solo eso, alguien totalmente ajeno a mi, solo un humano más igual de insignificante que todos los demás. No entiendo por qué ese lado de mi había querido despertar al verla, quizá fue porque me vio seguirla... Ahora que lo analizo tampoco tengo motivos para justificar eso, demonios, no debí seguir ese jodido impulso; no puedo permitirme volver a pensar de ese modo y mucho menos a actuar así

Como Depredador

No, definitivamente debo ignorar esa corazonada, nublar mi instinto y olvidar todo esto. Seguramente ella mañana tampoco me recordará...

The Hunter.  {sykes}Where stories live. Discover now