Paso 14º.

27.5K 2.9K 1.7K
                                    

"Paso 14º: Los clientes son la más alta prioridad".

~N.H.

Near.

Era un olor intenso, dulce, pero si abrías la boca podías percibir amargura. Se adentraba en lo profundo, como una pequeña tormenta contenida en los labios, y se aferraba al cuello para estrangularte. Vainilla, odiada por unos y amado por otros, simple, aunque a veces caótica en caso de consumirla sola.

Era mi olor favorito, y no hablo de algo sexual por si eso se entendió. No es viernes de ahorcar rucas, puagh. Prefiero los jueves de depresión.

Detestaba el sabor de la vainilla todo asqueroso, pero el olor me extasiaba.

—¡Hiray! —El grito del profesor y su golpe al escritorio hizo que mis manos se resbalaran y golpeara mi frente contra el pupitre.

Vamos, vamos, ¿no puede ser más silencioso? ¿No tiene consideración por quienes tomamos siestas? Maestros crueles, Dios, este mundo está cada vez más sucio y perdido. Satán los salve.

Mi mente seguía clavada con el nombre, que no podía recordar, pero estaba en la punta de mi lengua. La corriente de aire lograba que el olor se dispersara pero volvía a golpear contra mi uniforme.

—¿Sí...? —Respondí con fastidio mientras me inclinaba en el asiento.

Este hombre me desconcertó, estaba muy ensimismado intentando recordar. Lo añadiré a mi lista de personas que aventar por las escaleras...

—¿Cuál es la respuesta? —Preguntó irritado. Sus ojos de chivo parecían deseosos de salir huyendo junto a la próxima campana.

No recuerdo...

—¿2.888.9? —Inquirí con una sonrisa, pasando la punta de mis dedos por mi flequillo. Cuando me sentía confiado me gustaba sentir algo suave, o más bien, algo lindo. En pocas palabras, yo soy lindo.
—¿Puedes callarte?—

—Si ya tenía la respuesta pudo haber hablado, ¿en qué perdía el tiempo? —La pregunta del profesor reveló molestia, el viejo amargado que no me permitía descansar 5 minutos en mi vida. En serio, necesitaba sentirme muerto un rato para rendir la semana.

Cómo era... Banila... Vala... No...

—Estaba pensando en vainilla. ¿Alguien trajo consigo? Porque huele muy bien... —Dirigí mi vista al resto de la clase, deseoso de poder distinguir el rastro de olor que andaba en los rincones con polvo.

El maestro reaccionó a mi voz lambiscona con cansancio. Esperen, ¿estaba cansado? Dormía entre cada ejercicio, cada 10 palabras, cada 10 segundos. Me sentí decepcionado de estar pagando una colegiatura tan ridícula por solo mala educación.

El ruido de los lápices escribiendo y la tiza sobre el pizarrón, demostraron que no habría nadie más que me respondiera. Either giró medio cuerpo con lentitud, encorvado, con los párpados caídos y la mirada de un completo jugador de póker. Parpadeó, sus pestañas eran largas. Me miró sobre su hombro y entreabrió los labios, diciendo de la forma más fría posible:

—Tú hueles a vainilla. —Volvió a parpadear como muñeco, ya parecía ser un gesto normal para él—. Usas un perfume de vainilla demasiado fuerte.

Oh, lo recordé.

—¡Vanilla Salt! ¡Dios, ¿notaste mi perfume?! —Either se asustó por mi grito repentino, hasta su lápiz se cayó. El profesor levantó la cabeza de golpe sin entender qué rayos me pasaba—. ¡Me excita la atención!

Cómo ser un acosador en 90 días y no ser arrestado en el intento [FINALIZADA]Where stories live. Discover now