|Un|

35 3 9
                                    

10/09/2016

Observo la habitación intentando encontrar cualquier cosa de color azul, pero tras un par de vistazos desisto. Estoy en el que va a ser mi nuevo cuarto, en la casa de la abuela, con mi primo Christophe jugando al "Veo Veo" como si tuviésemos otra vez ocho años. Pero no, no tenemos ocho años ni estamos en la casa de mi abuela porque sean fiestas y tengamos que visitarla. Tampoco hay nada azul en la habitación. El tiempo pasa y lo que yo asimilaba inalterable y seguro ahora se ha convertido en un cúmulo de recuerdos cada vez más difusos y dolorosos.¿Recordaré dentro de unos años con melancolía la imagen que tengo ahora mismo de Chris tirado en esta vieja alfombra de lana mostrandome su traviesa sonrisa?¿Quién sabe?¿Qué se yo?.

-¡Va, venga! Te doy una oportunidad más-Hace mucho tiempo que hemos dejado de ser unos niños pero Christophe mentalmente se quedó estancado en esa etapa.-Mira a tu izquierda que estás a punto de verlo.

Decido hacerle caso para contertarle, pero antes de girarme ya se lo que me voy a encontrar, una silla coja de color rojo, polvo, un par de pelusas y nada más.

-¡Chris!, en serio, no veo nada de co...-Cuando me dispongo a darme la vuelta, ya con menos simpatía de la que tenía cuando empezamos a jugar, me encuentro con un sobre de color azul que Chris me acaba de lanzar a la cara.

-Antes de que te me lances encima y me intentes arrancar los ojos, te recomiendo que abras el sobre.

Le echo una mirada de advertencia para que sepa que sus palabras no van a estar tan descaminadas como siga sacándome de quicio. Empiezo a abrir el sobre, y para mi sorpresa me encuentro dos entradas para el musical de Les Misérables.

-Por los viejos tiempos ¿no?-Me dice Chris. Pero yo no reacciono, simplemente me quedo mirando las bonitas entradas y recordando, otra vez recordando.

-Un gracias estaría bien ¿sabes?. Hace mucho que no vamos y ya que vas a comenzar tu nueva vida parisina que mejor que estrenarla yendo a uno de los mejores musicales de toda la historia. Bueno, de hecho es tu favorito ¿o eso también ha cambiado?

-No Chris, todavía me sigo sabiendo del derecho y del revés todas las canciones, desde La Journée Est Finie hasta La lumière. Muchas gracias de verdad-Le digo mientras le doy un rápido beso en su mejilla.

Christophe no sólo es mi primo, es lo más parecido que tengo a un hermano, él ha sido mi compañero de juegos y mi complice en las travesuras. Entre los dos no hay secretos y nunca los habrá, es la única persona que me puede comprender en estos momentos y a pesar de que haya veces que lo quiera estrangular, detalles como el de ahora hacen que el amor que siento por él solo se multiplique.
A veces pienso que podría ser mi versión masculina, más que por la personalidad por el parecido físico, los dos tenemos los ojos verdes, el pelo castaño, somos demasiado delgados según la abuela y tenemos la piel muy pálida. Aunque él me saca algún que otro par de centímetros los dos podríamos pasar perfectamente por mellizos.

-Ves Babette como no costaba tanto dar las gracias.

-Mira que eres bobo-y no puedo evitar reírme-tanto lio para darme una entrada.

-¡Pero serás desagradecida!. Que sepas que mis padres no me han dado ni un céntimo, todo ha salido de mi bolsillo así que más te vale que se te vayan bajando los humos ¡eh!-Se hace el el indignado, se levanta de la alfombra donde estábamos tumbados y se sienta en mi nueva cama todavía sin hacer-De todas maneras el problema no lo tengo yo, seguro que a Léane le hace mucha más ilusión ir que a ti.

Léane es la novia de mi primo, no la conozco pero por lo que me ha contado Chris parece buena persona además de una santa por el simple hecho de aguantarle. Ella y el grupo de amigos de mi primo compondrán mi nuevo marco de relaciones, a pesar de no conocer a ninguno de ellos si que he podido escuchar muchas historias, ver alguna que otra foto y enterarme de cosas que ahora mismo preferiría no haberme enterado. Aunque siendo sincera todo lo referido a las relaciones sociales me importa entre poco y nada, hace un tiempo ya que me dejó de importar y actualmente es el último de mis problemas.

-Sí, claro. Pero seguro que no lo disfrutarás tanto como si estuvieras conmigo-Le hago un par de pucheros y también me levanto para darle un abrazo- Ha sido una sorpresa genial, me ha encantado. Por supuesto que a Léane le haría ilusión, pero más que yo imposible. Como has dicho hace mucho tiempo que no vamos a verla y me gustaría comprobar que tal te funciona la memoria y si te acuerdas de nuestras canciones favoritas.

Hacía ya unos días desde que Chris y yo nos habíamos vuelto a ver. La última vez que nos vimos yo no era persona y ni siquiera era consciente de lo que pasaba a mi alrededor, y desde ese entonces ha pasado un verano. Por lo que haberle molestado de alguna forma me ha hecho sentir un cierto grado de comodidad y de normalidad que hace mucho que no sentía, como si todo siguiese igual.

-¡Christophe!. Ve recogiendo ya que nos vamos, y date prisa que tenemos la cena y antes tenemos que pasar por casa-Le chilla mi《no muy simpática, pero siempre correcta》tía que después de todo un día aguantando a mi abuela, a mi padre y a mi su cupo de paciencia ha tocado un límite- ¡Venga! Que cualquiera pensaría que no os habéis visto en siglos, además este año os vais a ver tanto que acabareis hartos el uno del otro.

Mi tía Prudence, como su nombre indica, es una mujer prudente pero cuando algo le resulta desagradable o disconforme no duda en mostrar su rechazo ya sea con una crítica sutil o una indirecta que al final acaba siendo muy directa. Esta claro que yo no le gusto, soy la sobrina del hermano de su marido y por eso aguanta mi presencia de vez en cuando. Alguna vez me he podido plantear porqué las mayoría de las veces que me ve me ignora o porqué ponía mala cara cada vez que me veía cerca de Chris y la respuesta siempre ha venido muy rápido, porque soy hija de mi madre. Pero yo nunca le he dado mucha importancia a esta situación, ni lo pienso hacer. Como dice mi abuela, Prudence no le tiene cariño a nadie, por no querer no quiere ni a su marido y si hay algo en esta tierra por lo que pueda sentir algo de aprecio esos son Christophe y su yorkshire Pénélope.

-¡Ah, Dios! ¡Qué mujer tan pesada!-Exclama Chris apartándose algunos rizos de la frente-Siento no poder quedarme más tiempo, de todas maneras mañana pasaré a buscarte después de comer. Recuerda que hemos quedado con Léane y los demás, y no suspires tanto que ya verás como te caen bien. Preocúpate más en si tú les vas a caes bien-Me suelta mientras me saca la lengua. Definitivamente es un niño pequeño.

-Lo que tú digas Chris...-Le digo mientras nos vamos acercando al salón-Oye, ahora en serio, lo de las entradas me ha emocionado mucho. Gracias por haber pensado en mi, te quiero.

-Que chica tan extrema, en un momento me arranca los ojos y al otro me quiere. Háztelo mirar Babette.

Nos sonreímos y nos damos un abrazo, me vuelve a recordar que mañana pasará a buscarme y yo asiento en forma de respuesta. Me despido de mi tío Thibault con un beso en la frente, mi tía en cambio ya se ha ido de casa y les está esperando abajo. Al menos no tengo que pasar el momento del《beso de Judas》cómo dice mi padre.

Cuando se van nos quedamos solos mi abuela, mi padre y yo. Les digo que me voy a duchar y a preparar la cama y ellos me dicen que cuando la cena esté lista me llamarán. Todo es tan extraño, todo es tan incompleto desde que te fuiste que llorar ya no me consuela, porque al contrario que ocurría cuando era pequeña por mucho que llore, lo que quiero, lo que deseo no lo voy a poder tener nunca más.

Tengo miedo, miedo de normalizar esta situación, miedo porque se que no me queda otra opción que hacerlo.
Terror de avanzar y dejarte atrás...

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 05, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Acorde Menor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora