XXVIII

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2 años después

JAMES

—Niñas, dejen a su hermano en paz, ya les he dicho que no deben perseguirlo para maquillarlo, él es hombre —les reprocho por milésima vez.

—Pero él nunca quiere jugar con nosotras —responde Crystal señalándolo.

—Es cierto —Josie le da la razón a su hermana y hace un puchero.

—Es porque a él no le gustan los juegos de niñas, busquen algo que puedan hacer los tres juntos como por ejemplo... ¡las escondidas! —Les doy un beso a cada una y salen corriendo tras su hermano.

Me siento en el sofá al lado de Kate, ella está como loca organizando la boda de Lindsay. Matt le propuso matrimonio hace cuatro meses y le pidió a mi esposa que se encargue de todo.

—Cariño, tranquila, ya casi has acabado. —Acaricio su cabeza.

—No puedo, falta el vestido y los zapatos, Lindsay no ha podido, se ha sentido mal estos días... —hace una pausa y creo saber lo que piensa.

—¿Crees que ella esté...? —Me mira y asiente.

—Hablaré hoy mismo con ella —Se levanta y va donde nuestros hijos.

Me quedo un largo tiempo mirando la televisión, estoy agotado, tener trillizos no ha sido nada fácil y menos ahora que no se quedan quietos ni un segundo. Mi teléfono suena y descuelgo al ver el nombre de Joe.

—Amigo, hace tiempo no llamabas, ¿ocurre algo?

—Sí, Matt me ha invitado a su boda, no tenía idea y bueno, ya que es mañana, estoy llegando de Londres. Quería saber si podrías ir por mí al aeropuerto... —Lo medito unos minutos, sobretodo para ponerlo nervioso.

—Claro, dime la hora y estaré allí —le contesto, él me informa y cuelga.

Decido llamar a Matt para que me acompañe, ellos dos juntos son todo un dúo cómico, quiero ver qué va a suceder luego de tanto tiempo sin verse.

—¿Hola? —contesta Matt algo adormilado.

—Matt, quería avisarte que Joe llegará dentro de poco y pidió que lo fuera a buscar. ¿Quieres venir?

—Claro, en diez estoy en tu puerta y vamos. —Dicho ésto cuelga.

Me doy una ducha corta y me visto. Me llega un mensaje de Matt diciendo que está abajo esperándome, saludo a Kate y a los niños, y bajo.
En el camino hablamos de cosas triviales hasta llegar al aeropuerto, bajamos de mi coche y vamos en busca de Joe.

—¡Hola! —grita Joe y corre hacia nosotros.

—¿Qué tal todo, amigo? —le pregunta Matt.

—Muy bien, ¿vamos? —Asiento y nos subimos a mi auto.

(***)

A mitad del camino Joe estira la mano para acceder a la radio y cambia de estación hasta encontrar una canción movida, le hace gracia y comienza a bailar intentando que Matt lo siga. Y como dije que eran un dúo cómico, pues aquí están, bailando los dos como locos. Yo no puedo parar de reír al verlos por el espejo retrovisor, la gente que pasa los mira como si estuviesen locos, ¡y lo están!
Termina la canción y llegamos, llamo reiteradas veces a Kate y no contesta, los niños tampoco están así que decido mandarle un mensaje.

De: James.

Para: Mi hermosa mujer.

¿Dónde están? ¿Están bien? Ya estamos en casa con los dos locos. Contesta, los quiero.

Su respuesta no tarda en llegar.

De: Mi hermosa mujer.

Para: James.

Tranquilo amor, estoy en casa de Lindsay, estamos bien, le preguntaré ya sabes qué... Besos de los cuatro. Dale un saludo de mi parte a Joe.

Me quedo más tranquilo y preparo unos cafés para nosotros.

KATE

—Tranquila Lindsay, todo saldrá bien. ¿Necesitas algo? —Está algo pálida.

—Sólo iré a vomitar. —Sale corriendo al baño y da un portazo.

Ha llegado la hora de su boda y según ella son los nervios, pero no me creo esa excusa, temo por su vestido en éste momento.
Sale del baño bastante pálida, tendré que maquillarla y peinarla otra vez.

—Lindsay, dime, ¿estás embarazada? Sabes que puedes confiar en mí, y sabes que no puedes mentirme, ya tengo tres hijos, sé lo que se siente— Ella baja la mirada.

—De acuerdo, sí, estoy embarazada, pero no sé cómo decírselo a Matt. ¿Y si no lo quiere? Estoy a punto de casarme. ¿Qué tal si me abandona en el altar? Tengo miedo Kate... —Comienza a sollozar y la abrazo.

—Por supuesto que lo quiere Lindsay, por Dios, ¡se van a casar en unos minutos! ¿No te parece que quiere formar una familia contigo? Tú tranquila, y deja de llorar que a este paso no terminaré de arreglarte nunca... —Ella ríe, asiente y me deja arreglarla.

La boda comienza, Crystal y Josie caminan delante de Lindsay arrojando pétalos de flores y Will lleva los anillos. Joe y James son los padrinos y yo la dama de honor, me siento tan feliz por ellos.
Todo transcurre perfectamente y se van de luna de miel. Lindsay prometió decirle a Matt apenas llegaran y me llamaría para contarme su reacción.

—Están agotados —le digo a James viendo a nuestros hijos que apenas llegaron cayeron rendidos del sueño.

—Así es, y veo que tú también. Déjame que yo los visto para dormir y los llevo a sus camitas.

Asiento, me da un beso y se pierde en la habitación de nuestros hijos. Me acuesto en la hermosa cama, que en estos momentos se torna mucho más cómoda que de costumbre, y apenas toco la almohada, caigo en un sueño profundo.

Mi Profesor de ViolínWhere stories live. Discover now