Corazones De Tinta

Capitulo 1

El reloj del aeropuerto marca las 17:47 y yo sigo aquí esperando mis maletas. Hace ya 35 minutos que he bajado del avión y no aparecen. Estoy sola en un banco sentada, escuchando música y con mi libro en la mano, observando como pasa la gente. Nunca me ha importado estar sola, pero ahora, tengo miedo porque voy a empezar una nueva vida en una ciudad, que casi no recuerdo, y sin nadie a mi lado. Cuando por fin vuelvo a la Tierra, veo mis maletas pasar por la cinta del equipaje. Tengo la costumbre de llevar un lazo rojo atado a las maletas, era de mucha utilidad cuando me iba de acampada con el colegio. Justo en la puerta de salida del aeropuerto tomo un taxi que me lleva a mi nuevo apartamento. Durante el camino paso un buen rato hablando con el taxista. Él me ha recomendado muchos lugares de la ciudad para visitar y yo le he hablado sobre mi antiguo pueblo.

El taxi se detiene delante de un pequeño edificio. No tiene muchos pisos y es bastante nuevo. La mujer que ha llevado mi mudanza me dijo que este era un barrio joven en el que residían muchos estudiantes. Varían las edades, hay desde universitarios hasta estudiantes de instituto, aunque estos últimos en menor cantidad. No muy lejos había una parada de metro y también un instituto a unos 15 minutos de mi nuevo apartamento. Descargo mis maletas y sale a recibirme un señor de mediana edad, con el pelo canoso y unos ojos azules muy grandes. Yo soy un poco mas alta que él. En el lado derecho de su camisa lleva una chapa en la que pone  "Román". 

- Buenas tardes señorita, mi nombre es Román, soy el conserje del edificio. ¿ Puedo ayudarla con algo? - Dice el hombre sin esconder ni un solo momento su sonrisa.

- Buenas tardes. Yo soy Erika, encantada . Acabo de llegar a la ciudad y si no me equivoco, este debería ser el edificio número 23 de la calle Walmer. - El hombre entro en su garita y rebusco en unos papeles que tenía encima de la mesa. Apenas tardó unos segundos en salir.

- Oh si, así que usted es la señorita Erika Thompson. Le doy la bienvenida a Ronsville, una ciudad preciosa. Su apartamento es el  3·B, en el tercer piso. ¿ Quiere que le ayude con las maletas?

- Gracias, se lo agradecería mucho- Le dedico una cálida sonrisa.

Román cogió dos de las maletas, que eran las más pesadas. Yo cogí la que quedaba. Aparte llevaba la mochila y el bolso. Subimos en el ascensor. Román dejo las maletas justo en la puerta y de su bolsillo saco dos juegos de llaves con un llavero en el que ponía "3·B" y me las entregó. 

- Muchas gracias señor. Siento de verdad no poder ofrecerle ninguna bebida ni nada.

- Oh por favor señorita llámeme Román. Y no se preocupe, estoy aquí para ayudarla a usted. Si necesita cualquier cosa ya sabe donde estoy. Por cierto, me han avisado de que el camión de las mudanzas llegará mañana, han tenido un problema con el motor. Espero que haga pronto amigos, y suerte con poder dormir esta noche. Que pase una buena tarde - Una risilla se le escapa mientras baja las escaleras.

- ¡Espere que quiere decir con eso!- Pero ya es demasiado tarde, ya se ha ido.