Capítulo 24

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Llamé a Zafiro millones de veces, le escribí mensajes pero no tuve respuesta alguna. Su padre posiblemente le haya quitado su teléfono celular. Decidí verla en la escuela, por eso es que estoy llegando una hora antes, para poder hablar con ella.

Me gustaría decir que Mal está desistiendo con el tema de la varita, pero no es así.  Cada día la encuentro más nerviosa, más cansada. Evie me contó que Mal no duerme bien por las noches, suele despertarse agitada y se va de la habitación.

Evie es otro tema, está mucho tiempo con el primo de Zafiro, Doug, hace muchos deberes y confecciona mil vestidos para Mal y para ella. Y que yo sepa nada del plan.

Y Jay, bueno él es puro deporte y fanfarroneo. Nada del plan.

Al parecer nosotros dejamos a Mal bastante sola con Ben y con todo lo de la varita. Eso explica porque se enamoró de él. Es apuesto, listo, simpático, educado y valiente. Sería un excelente rey. Lástima que debemos arruinar su vida.

Si no fuese por él yo jamás hubiese conocido este mundo... Ni a Zaf.

Y de nuevo ella visita mi mente. ¿Dónde está? El día de hoy siempre llega temprano, tenemos sus materias favoritas. Su padre no es malo, jamás la castiga. Algo me dice que esto es obra de su madre. Y la mano oscura de Oliver también está ahí.

Esperé en la entrada durante horas, pero jamás llegó. Sólo deseo que esté bien.

-No creo que venga, Villano.

-Al parecer no fue suficiente la paliza para ti, niño bonito.

-No me rebajaré a pelear con alguien como tú.

Nada me molestó más que su cara de desagrado.

-Nada me hace diferente a ti.

Una carcajada brotó de su garganta.

-No te compares conmigo, Villano, solo saldrías perdido. Mirame, soy un hombre culto, con un futuro prometedor. Y tú, tu no eres más que un marginado. Y creeme jamás serás más que eso.

La ira se apoderó de mi, en una fracción de segundo mis manos están en tu cuello.

-Yo no tuve tu maldita suerte, yo no nací en una jodida cuna de oro, mis padres no me dieron todo servido en bandeja de plata. Todo lo que soy es gracias a mi esfuerzo. ¿De qué te sirve un futuro prometedor si lo que te falta es saber abrirte el camino por ti mismo? - Solté su cuello. - De que te sirve todo lo que dices que tienes, si igual terminarás sólo, porque ni siquiera pudiste enamorar a la chica.

Eso último fue lo que lo hizo explotar.

-Primero, no te golpearé de nuevo porque tengo clase. Segundo, no hables de mi jodida vida si no sabes todo los que mis padres tuvieron que hacer. - Aclaró su garganta y desvío la vista. - Tercero, esta vez se acabó el niño bueno. Zafiro se equivocó en jugar con fuego, su madre hará que entienda de una buena vez, que ella es mía.

-¿Qué hiciste, Oliver?

-No verás a la princesa en varios días, y cuando la veas tal vez ya no sea ella.

Narra Zafiro.

Empiezo a tener conciencia, hay partes de mi cuerpo que no siento, otras son simples hormigueos y otras son un gran vacío.

Mis oídos comienzan a funcionar y dejan de pitar.

-Hace tres días que está aquí, ha pasado dos días prácticamente inconsciente. Es suficiente.

-Yo diré cuando sea suficiente. - Esa es mi madre. - Cuando era pequeña podíamos hacer que olvidara el poder, quiero lo mismo ahora.

-Ella creció, Blanca Nieves, su mente está llegando a su madurez, no es más una niña. Su naturaleza siempre estará ahí y no existe manera de eliminarla.

¿Y qué? Descendientes. [Carlos De Vill]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora