Narra Lauren
-¿Qué te paso? – mis padres entraron al cuarto por la mañana después de sentir mi grito – Lauren te hice una pregunta – mi padre se acercó y me quedo mirando - ¿Por qué estás llorando? Despertarás a Camila – lo miré a los ojos.
-Ella… ella… ella no reacciona – mi padre miró a Camila quien estaba tranquila sobre la cama – está helada, no respira – mi padre me sacó de la cama y agarró a Camila para verle el rostro.
-Camila… - golpeaba lentamente sus mejillas – Camila, hija despierta – mi madre me tenía a un rincón abrazada.
-¡¿Qué le pasa?! – grité con la esperanzad de que despertara pero nada - ¡Papá! – el volteo a mirarme.
-No sé que le pasa pero tenemos que llevarla al hospital ahora.
Mi padre cargó a Camz en sus brazos y bajó las escaleras con ella, mi madre nos dijo que se quedaría con Taylor. Ni siquiera nos dio tiempo para vestirnos. Nos subimos en el auto con pijamas, me senté atrás con Camila quien estaba helada, estaba pálida, sus labios eran de un color morado. Sentí como una lágrima comenzó a caer por mi mejilla y cayó a sus labios, se la limpié con uno de mis pulgares.
-Llama a Sinu y Alejandro – escuché que dijo mi padre.
-Yo… yo no puedo, con suerte puedo juntar las palabras.
-Hazlo de una maldita vez – me miró por el retrovisor – Camila se está muriendo hija, llámalos.
Como pude cogí el teléfono y marqué el número de Sinu, apenas escuché su voz me largué a llorar. Traté de explicarle como pude lo que estaba pasando. Me dijo que la lleváramos a otra clínica y que allá me explicarían, le di la dirección a mi padre, corté y me aferré al cuerpo de Camila con la esperanza de darle calor, quería que volviera a tener ese color hermoso que tenía su piel, que sus labios volvieran a ser rosados ¿Qué te pasa mi amor?
-Llegamos.
Bajamos a Camila entre los dos y cuando volteamos nos estaba esperando una camilla y el mismo doctor que vi la vez que Camz se desmayó en la playa, me reconoció, me saludó y se fue con ella.
-Espere – grite – no se puede ir así como así – El doctor me quedo mirando – no se puede ir sin darme respuestas – dije llorando – El doctor hizo un gesto para que se la llevaran y caminó hacía donde estaba yo.
-No te puedo decir nada – dijo mirándome, sabía que quería decirme tantas cosas – no está en mi poder hacerlo.
-¿Qué no está en su poder? La chica que acaba de entrar en mi vida entera y sé que usted sabe mas de lo normal.
-Los doctores siempre solemos saber mas de la cuenta – me dio una sonrisa irónica – si quieres respuestas no es a mí a quien tienes que preguntar y si me disculpas tengo que salvar la vida de la persona que amas – lo quede mirando, se dio media vuelta y entró a la clínica.
-Lauren – giré mi cabeza y eran las chicas, me lancé a sus brazos - ¿Qué paso amiga? – me preguntó Alexa mientras mis rodillas ya no aguantaban mas, caí al suelo y ellas se agacharon para estar a mi altura.
-No sé que paso – dije mirándolas – me encantaría saber que paso porque anoche… anoche estaba bien, ustedes la vieron.
-Es verdad – dijo Dinah – ayer estaba radiante, sonreía a cada instante.
-Se veía hermosa – dijo Normani - ¿Si algo de lo que comió le hizo mal? – la quede mirando.
-Estaba congelada, su piel era pálida, les juro que podía ver perfectamente el contorno de sus venas, sus labios eran morados y su respiración… su respiración era casi nula. Esas cosas no lo hace una indigestión – todas nos miramos.
