Sólo un juguete, 「Momona X Deku」

Juguete; Midoriya, primera parte

"Shaaaz", una y otra vez se escuchaba el horrible sonido del látigo ser agitado y cortando el viento como exhibición, una proeza total, después de todo eran años de practica, pero, ¿Cómo se podía considerar proeza si ese mismo látigo estaba zanjado la piel del primer esclavo de entretenimiento de la noche?.

Los clubes privados es algo que han existido toda la vida, desde las primeras civilizaciones los señores de mayor importancia disfrutaban de otros intentando causarles gracia, mucho de ellos eran entretenidos por simple actos como el canto, malabares, pintura, música, un Sin fin de ellos, pero dentro de esos señores había un grupo especial, ese grupo mísero y pequeño que casi siempre reunía a las peores escorias de la sociedad, esas mismas que tenían en mayor poder en todo, los sádicos, aquellos que les gustaban ver sufrir a otros como entretenimiento.

Los clubes se fueron dividiendo y la mitad de la edad moderna esos últimos eran casi nulos, pero existían, ¿Quién no disfrutaba de una linda especie siendo maltratada?, porque si, los humanos que eran esclavos perdían el rango de humano, solo eran una especie más, sobretodo los raros, como ese pobre chico que ni nombre tenía, solo un apodo "peliverde".

Los grilletes en su cuello indicaba un dueño, muy diferente a los de sus brazos y piernas que solo demostraba que no era humano. Entre los esclavos, aquellos con dueño únicos eran bien especiales, algunos pensaban que recibían mejor trato, pero no, ese peliverde no lo hacía, su dueño era un bastardo que adoraba ver como sus invitados profanaban de diferentes formas al pequeño pero resistente cuerpo del chico.

Los azotes nuevamente llegaron sin dejar sanar los anteriores, el espectáculo principal le llamaban, pero, eso había comenzado a aburrir a la esposa del hombre, esa mujer rica que a diferencia de su esposo disfrutaba más directamente de cosas asombrosas, como la magia.

El cuerpo del peliverde fue dejado en el escenario, con la espalda llena de sangre y sus mejillas heridas por la punta del látigo que de vez en cuando fallaba, tanto como su cuello y brazos poseían feas cicatrices, clara muestra de intento de suicidio, pero como era obvio fueron fallidos.

El nuevo espectáculo se dio a conocer y el espectacular mago Monoma fue llamado a escenario, siendo éste chico horrorizado al ver al pequeño herido a un lado de sus pies, pensar que creyó que eso sería una oportunidad para dar a conocer su nombre, estaba demasiado equivocado.