Cap 4. Encantada

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   No podía dejar de pensar en ella. Estaba encantada de tener una profesora extranjera, por lo que eso era mi único tema de conversación.

   Los días en la escuela se hacían cada vez más pesados. Ya nos daban tarea y estudiábamos para exámenes. También hacíamos tarea para portugués.

   Hoy salí a caminar con mi novio. Nuestra relación iba bien, pero me sentía culpable por fantasear con otra persona. Casi no le daba la atención que merecía.

- Amor, que te parece si vamos a tomar un helado? Para festejar nuestros cuatro meses juntos. Te acuerdas de eso?

    Rayos, lo olvidé por completo.

 - Me parece una buena idea! Pero no pude comprarte regalo.

- No te preocupes, lo que importa es el tiempo que pasamos juntos.- dijo besándome.

     Este hombre es muy bueno

    Entramos en la heladería y como era día domingo, había mucha gente. Nos pusimos al final de la fila mientras él me abrazaba. Es mucho más alto que yo.

   De repente sentí una voz detrás mío. Una muy conocida. Me di vuelta y vi a la profesora Valeria con un hombre y un chico como de mi edad. Mi corazón se aceleró.

- Profe! Que sorpresa, como esta?

- Buenas tardes, Isabella- sabe mi nombre! – andas paseando?

- Si, vine a comprar helado- eso es obvio! Pero estaba nerviosa y no sabía que decir.

- Te presento a mi marido, Damián, y a mi hijo Lucas.

  Su hijo parecía tener mi edad, era alto y medio rubio. Era muy lindo y tenía un parecido de los dos. Realmente me puse nerviosa.

- Hola, mucho gusto! – los saludé a los dos, que fueron muy simpáticos y luego nos quedamos en silencio. Fue un momento incomodo, pero luego decidí darme la vuelta y seguir en lo mio.

  Sentía una sensación rara, como de celos, al verla a ella con su familia. Lo sé, soy estúpida. Un rato después nos atendieron y nos sentamos a tomar el helado.

  Fernando estuvo poco comunicativo y no tuvimos ningún tema de conversación. Así que al rato nos fuimos cada uno para su casa, luego de un beso de despedida.

   Al otro día nos tocaba clase con ella y por supuesto que estaba muy feliz. Pero antes tuvimos que soportar la aburrida clase de ética con el aburrido profesor, y a la tediosa y gruñona profesora de matemática.

   En esas horas suspiré impaciente. Ninguno era como ella.

   Luego tuvimos el almuerzo. Nos íbamos a sentar las tres juntas cuando Luna nos dijo

- Axel, el chico con el que me hablo, me invitó a almorzar con él.

- Ah, que pena que le tengas que decir que no.- dije confiada.

- Lo siento, pero es que acepté.

- Nos cambias por alguien que ni siquiera conoces? Traidora

- Entiendan, es mi gran oportunidad. Nos vemos en clase.

- TRAIDORA- gritamos Julieta y yo. Ahora nos quedamos solas.

    De repente veo a lo lejos que en la mesa de profesores estaba Valeria. Sonreía y charlaba con los demás mientras se servía comida. Estaba vestida con una chaqueta de cuero, pantalón de jean, botas altas y con el cabello recogido en una cola de caballo.

        Cielos, es tan linda

- Que miras tanto? – Julieta me sacó de mis pensamientos. 

- Nada, por qué?

- Por tu cara de boba, hey te hago una pregunta

- Si, dime.

- Saldrías con una chica?

- Em... no lo sé la verdad, ahora tengo novio.- ya me estaba poniendo nerviosa pero la campana me salvó. – vamos a clase, ahí viene Luna.

- Hola traidora, como te fue?

- No me digan así, y me fue muy bien. Ya se viene el casamiento.

- Tonta

    Al fin tuvimos la tan esperada clase de portugués y mi corazón aceleró cuando ella entró al curso.

- Meninos, para el próximo lunes quiero que formen grupos de 2 o 3 y hagan una presentación sobre la cultura de Brasil. Tiene que tener mucha información.

- Podemos hablar sobre futbol? – dijo un compañero y los demás lo siguieron cantando "Brasil decime que se siente"

- Pueden, pero siempre que tengan respeto.

   Luego seguimos en la clase e hicimos juegos. Cada vez que ella pasaba por mi lado no dejaba de oler su perfume, tan suave de vainilla.

   A la hora de salir, caminaba con Luna y Juli, íbamos rápido porque el bus se nos iba a pasar. En  un momento, Valeria también estaba saliendo por la puerta y chocamos. Se le cayeron los libros y yo la ayudé a levantarlos.

- Perdón, lo siento mucho, soy muy torpe. No volverá a pasar.- dije pidiéndole mil disculpas mientras levantaba el último libro.

- No hay problema. Gracias por ayudarme, amor.- me dijo sonriendo y mirándome con sus ojos azules, su mirada fue muy intensa. En un momento que la ayudaba, nuestras manos rozaron. Sentí algo en el cuerpo, como un cosquilleo.

     Creo que me sonrojé.

Estuve días pensando en ese roce, en que me había sonreído y me dijo "amor"

ENAMORADA?Where stories live. Discover now