Capítulo uno

335 32 6
                                    

Becca
Agarré mi cabello con exasperación y suspiré antes de hablar.
- Ryan quiero que dejes de meterte con esos chicos y mucho menos quiero que vayas a San Cárter, sabes lo peligroso que es, algún día ocurrirá algo y no pienso estar allí para afrontarlo contigo.

Observé como mi novio bebía un largo sorbo de su cerveza mientras echaba la cabeza hacia atrás y soltaba una carcajada.

Arqueé mi ceja con curiosidad y rabia.
- ¿Acaso te parece gracioso haber empeñado casi todos los muebles para pagar tus malditas deudas? -. Casi grité, mientras me acercaba a él con furia contenida.- Estoy completamente harta de ti y tus estupideces, debes madurar, si esto sigue así lo más correcto será terminar de una vez por todas esta relación.- hablé con voz aguda y ligeramente quebrada.

A pesar de que prácticamente no quedaba amor entre nosotros, si lo hubo en ese entonces, cuando estabámos en la preparatoria.

Conocí a Ryan Tanner en mi penúltimo año de escuela, el estaba en último año por lo cual era mayor que yo, recuerdo haber estado colada por el desde noveno grado, bueno, al igual que prácticamente todas las chicas de mi clase.

Nunca olvidaré lo dichosa que me sentí al verme escogida por el.

Lamentablemente cuatro años después ya no puedo decir lo mismo, a mis 21 años de edad, tengo los pies sobre la tierra y ya no soy aquella adolescente enamoradiza que lamía los pies de Ryan, ahora se que nunca debí haber seguido con el por todos estos años, y mucho menos haberme mudado con el a un apartamento de mala muerte en un barrio en el cual casi todas las noches podíamos escuchar fuertes disparos de las distintas pandillas que viven por aquí.

Giré hacia el susodicho cuando sentí como tomaba mi brazo con sus dedos tambaleantes y algo flojos.
- Beckie, seré mejor -. Me miró con sus ojos color avellana.- seré mejor por ti cariño.

Ya había escuchado eso incontables veces, y ya no lo soportaba más. El jamás cambiaría.

- Lo siento Ryan, empacaré mis cosas y me iré a casa de mi madre mañana por la mañana, entiéndeme, será mejor así-. Traté de tomar su mano pero este la apartó bruscamente.

Algo en su mirada cambió, sus rasgos se endurecieron a la vez que se preparaba para atacar, estaba borracho y enojado, lo conozco tan bien.

- De acuerdo, has lo que quieras, siempre los has hecho de todos modos, ¿no?-. Dijo con voz venenosa-. Estoy harto de ti Becca, siempre fuiste un puto grano en el culo, ¿y sabes que? Me alegra que te largues, podré traer de una vez por todas a Cindy-. Habló con una sonrisa de suficiencia en rostro.

No podía creer lo que estaba oyendo, no será esa Cindy, ¿cierto?
Mis picaron a la vez que susurré.
- ¿Que Cindy? ¿De qué hablas?

Ryan no parecía querer dar vuelta atrás cuando me miró con el odio reflejado en sus facciones.

- ¿Que Cindy?-. me imitó-. Cindy Harrison, tu hermanita la buenorra-. Dijo con sorna-. No me puedo creer lo ingenua e ilusa que has sido al no darte cuenta como te engañaba con tu hermana en tu propia cama-. Rió.

Los odiaba, los odiaba a ambos. En ese momento solo quise gritar y esconderme en mi cuarto para nunca salir, no por el hecho de que Ryan me fuera infiel, ya que poco y nada me importaba, si no por la traición de mi única hermana, a la cual quería con el alma.

Con la rabia a flor de piel me quise acercar a él con ademán de abofetearlo pero antes de que pudiera dar siquiera un paso la puerta se abre en un gran estruendo el cual me deja aturdida y asustada.

Observé el rostro de Ryan, y vi como este abría los ojos con pánico y su piel se tornaba sumamente pálida.

Pero, ¿Que diablos?

Con mi rostro desencajado vi como entraban tres hombres vestidos con trajes negros, y me atraganté con mi propia saliva al ver que portaban armas.

Sentí mi corazón latiendo frenético a la vez que miraba a Ryan, pero este no reaccionaba.

Uno de ellos habló dando la señal para que alguien entrara.

Lleve mis manos a mi rostro a la vez que sentía como mi cuerpo fallaba y se pegaba contra la fría pared del cuarto.

Sentí unos zapatos repicar contra el viejo suelo de madera del apartamento.

Al percatarme de un suave olor a perfume italiano levanté mi mirada para ver a un alto y esbelto hombre entrar, probablemente 1.90, oscuros ojos azules, los cuales me recordaban al océano, su cabello oscuro perfectamente peinado hacia atrás, con un traje que se adaptaba de manera sensual sobre su cuerpo y que probablemente costara el doble de este apartamento.

Me sentí embelesada por su adictivo aroma, era demasiado atrayente, tan atrayente que olvidé por completo mi miedo, y que estábamos en medio de un gran lío.

- B-Blake-. Tartamudeó Ryan, con el miedo latente en sus facciones y voz-. ¿Q-Qué haces aquí?

¿Con que el pequeño RyRy está asustado?-. pensé para mis adentros a la vez que rodaba los rojos internamente.

El tal Blake ignoró su pregunta a la vez que calaba hondo el cigarrillo que contenía en su mano.

Yo me pegada a una de las paredes sin poder decir ni hacer nada, era muy peligroso intentar algo teniendo a aquellos hombres armados.
De mi boca se escapa un sollozo casi inaudible. Casi.

Rápidamente este me da una mirada, y su rostro inexpresivo se convierte en una sonrisa de medio que estuvo a punto de robarme un suspiro. Claro, si no fuera por la situación en la que nos encontrábamos.

Abrí mis ojos desmesuradamente al ver que se acercaba a paso lento hacia mi, en ese momento temí por mi vida más que nunca, así que cerré los ojos. Mierda, voy a morir.

Mi labio inferior tembló al sentir su respiración caliente contra mi rostro.

- ¿Tienes miedo bonita?-. contuve la respiración, pude sentir la sonrisa en su voz-. No deberías estarlo...aún-. Respiré con normalidad a la vez que sentí que se alejaba de mí.

- Vaya Tanner al parecer no pierdes el tiempo, siempre creí que eras un puto perdedor adicto al crack hundido en la miseria, y lo eres, pero-. Hizo una larga pausa a la vez que me inspeccionaba de arriba a abajo, deteniéndose precisamente en mis ojos, mirándome tan profundamente que no pude evitar apartar la mirada a la vez que este sonreía con suficiencia-. Al parecer te has sacado la lotería con esta joyita.

Mis rodillas temblaron al escuchar sus palabras.
- Si, ella es...Rebecca-. Habló rápidamente mi ex novio-. Es...mi novia-. Dijo nervioso.

Fruncí el ceño ante sus palabras, yo no era su maldita novia, ni en sueños.
- ¿Ah si?-. Blake me observó con una mirada que no pude descifrar-. ¿Eso es cierto bonita?

Negué con la cabeza repetidas veces incapaz de modular siquiera una palabra, el miedo era más fuerte que yo.

Solté un pequeño grito cuando este repentinamente se abalanza sobre Ryan y lo golpea contra la pared.
- Vayamos al grano hijo de puta, tu y yo tenemos cuentas pendientes, sabemos que me debes mucho dinero, y que ni en esta ni en otra vida podrás pagarme-. Dijo amenazadoramente.

Jadeé cuando este golpeó fuertemente a Ryan, dejándole el pómulo derecho hinchado y rojo.
- Pero te tengo una propuesta-. Dijo animoso, para luego dar una pausa para mirarme con una sonrisa maliciosa -. ¿Qué tal si me llevo a Rebecca como pago de tu deuda?

Que mierda.

Ryan abrió con dificultad sus ojos hinchados a la vez que estos se les iluminaban y asentía rápidamente con la cabeza como un niño pequeño. ¿Qué?

Mi corazón dejó de latir por un segundo, mientras sentía mi cerebro martillear.
¿Escuché bien?

Ryan hijo de puta.

~•~
Hola! por el momento prefiero estar en el anonimato (así le da más misterio al asunto 🤫) si te esta gustando la historia me ayudarías muchísimo con un voto ✨
IG: @grungegxrl

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 30, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mafiosos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora