Más allá de la pasión (Pasión de Gavilanes)

Capitulo 8

- Juro que no perdonaré a Franco, ¿qué le pasa?

- ¿Aún sin ninguna comunicación con mi hermano?- preguntó Juán- Esto me parece muy extraño... Demasiado extraño.

- Por favor, está vez no quiero que excusen a Franco. Sara tiene toda la razón en molestarse con él.

- Nadie lo está excusando, mujer- le respondió el mayor de los Reyes a Jimena- Es más, ni él sabe lo que le espera para cuando regrese.

- Yo creo que mejor...

- Mejor nada Oscar. Tú siempre excusando a quien ha faltado. ¿Acaso será porque eres igual que tu hermano y me harías lo mismo?

- Oyeme no, Jimena. Yo nunca...- el sonido del teléfono interrumpió el tenso momento que se vivía en la casa de los Reyes-Elizondo - El teléfono, yo contesto.

- Déjamelo a mi- habló Juan- Diga... Sí, esta es la casa. ¿Franco? Aún no ha llegado. Perfecto, yo le aviso. Quien puede conversar con usted es su esposa, Sara Elizondo. Ahora mismo se la paso.

- ¿Quién es?

- Una de las madres del orfanato. Dice que Franco aún no llega para allá y La Niña ya está esperando.

- Ay Dios mío- se levantó inmediatamente a atender la llamada- Dígame madre. Soy Sara Elizondo.
Claro, entiendo. Mi esposo ha tenido un contratiempo y yo también estoy a su espera para ir a recoger a Belén...

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- Entonces usted tampoco sabe del paradero del señor Reyes. Disculpe la molestia, sólo que como sabrá, desde hace meses habíamos coordinado todo, la fiestita de despedida para Belén... Ella misma los está esperando.

- Madre, ya llegaron.

- Discúlpeme usted un momento Señora Reyes.

- ¿Qué pasa Sor María? Estoy manteniendo una conversación muy importante.

- No creo que más importante que el recibir a los futuros padres de la pequeña Belén, diré... los nuevos padres.

- ¿Pero qué está diciendo? Si ahora mismo estoy conversando vía teléfono con la señora Reyes.

- Pues que raro, la madre superiora hace un momento ya había conversado con el señor Reyes y él le dijo que ya estaba en camino, o al menos fue lo que entendí.

- ¿Aló? Sí, señora Reyes ¿me dice usted que no ha sabido de su esposo desde la tarde?- la madre estaba totalmente confundida, si ella estaba en su casa esperando por su esposo, quienes podrían ser las personas que estaban afuera y más, cómo es que la madre superiora había conversado con Franco Reyes- Me acaban de informar que supuestamente usted y su esposo acaban de llegar. Sí como escucha señora, y es más, que la madre superiora ya conversó y sabía de esto desde hace unos minutos con el señor Reyes.

- Madre, me retiro. Seguro necesitarán ayuda afuera. La espero en el patio.

- Está bien Sor María. Disculpe la interrupción señora Reyes, pero es como le informo. Es más ahora me están esperando, veré ahí de quien se trata... Por supuesto, la esperamos. Saludos.

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- Sarita, ¿qué tienes?, ¿a dónde vas?

- Déjala Norma.

- No, Juán. Acaso no viste cómo se fue mi hermana. Estaba furiosa. Jimena anda con Sarita.

- Sarita, a donde vas tan apurada. Te acompaño.

- Pues si vas, vamos rápido que se hará más de noche.

- Pero dime, ¿a dónde vas?

- Al orfanato. Franco está ahí, con alguien más.

- ¿Qué? ¿Y tú cómo sabes eso?

- Me llamó una de las madres del orfanato. Dice que Franco se comunicó con ellas hace unos minutos y les dijo que estás en camino, por favor que lo esperarán.

- ¿Cómo es eso? Pero si ni ha llamado a la casa.

- Lo más raro de todo es que mientras que hablaba con la madre, le avisaron que supuestamente Franco y yo habíamos llegado. O sea que Franco estaba con una mujer.