Si sente sola, Fragile, vulnerabile

Nana Sawada

Y comenzamos con la madre del Decimo Vongola, así que bueno espero les guste. En si intentaré no ponerme brigida.(?) xD

Pov Normal

Porque para todos ella no sabía que pasaba a su alrededor, que siempre estuvo despreocupada de su hijo y caía con todo. 

"Ama de casa"

"Esposa"

"Madre"

Simplemente dar esa imagen que no entendía, era solo la portada.

Pero ella sabía lo peligroso que podría ser, su esposo esta en la mafia, no esa absurda mentira de que viaja por el mundo. 

Aún recuerda cuando aún era joven y tenía a un Tsunayoshi de 3 años entre sus brazos, estaba sola..."Desprotegida" en palabras de sus vecinos y vecinas.

"Ella no tenía a su hombre que la protegiera...de simples asaltos"

Esa noche ella apenas había dormido a su pequeño castaño, cuando sintió golpes, su mirada se ensombreció e hizo una mueca. Vaya que no tardaron en enterarse.

Su mirada bajo a su hijo antes de acariciar ese suave cabello castaño anti-gravedad, una sonrisa suave y cálida se poso en sus labios.

Dicen que una madre es capaz de sacar las garras por proteger a su hijo, tanto en la vida humana como en la animal era visible aquello.

Disparos...

La ventana fue rota, la puerta destruida.

Esos no eran simples asaltantes.

Debía proteger...ella va a proteger su hogar, su hijo.

Su propio bienestar.

Una energía tranquila circulaba por sus venas, su mirada estaba fija en los puntos de escape, pero debía esconder a su pequeño. Ellos no pueden verlo.

Su vida peligraría...

Por mas que amara a su esposo, lo maldecía en esos momentos.

Tomo a su niño en brazos y lo oculto con cuidado, con cojines alrededor para luego besar la frente del pequeño.

-Mamma te protegerá Tsuna, mi pequeño ángel de paz.-Susurra antes de levantarse y avanzar hacia un mueble, en donde saco una katana, reliquia de su fallecido padre..

Unos hombres trajeados al entrar a la casa de los Sawada encontraron a una mujer que les veía con miedo.

-Q-que quieren?!-Exclamo con miedo Nana, o eso es lo que aparentaba, ella sin darse cuenta su katana se cubría con llamas de lluvia.

Por Nana era calma, tranquilidad.

Pero ella protegería a su pequeño cielo de esos seres, protegería su hogar.

Porque ella puede protegerse sola y no necesita que Iemitsu corra hacia ella para salvarla.

-Es la mujer de ese maldito Vongola, hay que matarla. Haremos que Iemitsu sufra por matar a nuestra famiglia.- Oh Iemitsu, ella solo quería tranquilidad.

Al escuchar aquello frunció su ceño y solo dejo escapar una sonrisa amable, tan así que parecía mentira.

-Lamento las molestias que les hizo pasar mi marido...-Su mirada se volvió afilada y el tipo que portaba una katana le apunto al igual que el otro que llevaba una pistola.

-Cállate mujer, tu no debes hablar maldita puta.-Hablo el hombre de la katana, con una sonrisa maniática.-Vamos, igual eres linda, que bien seria violarte mientras te hago sufrir, que tal gemirías para mi maldita perra.