I

76 5 1
                                    

2024


Pasaron cinco años desde que pisé este lugar por última vez. Los casilleros ubicados en los pasillos, algunos decorados por alumnos como si fueran obras de arte, me recuerdan la totalidad de mi adolescencia. Mis tacos resuenan contra las baldosas y tengo que evitar recordar el baile de graduación para no deprimirme cuando la noche recién comenzaba. Finalmente llego a la puerta doble que da lugar al gimnasio, seguramente decorado por el alumnado actual, donde se celebra casi toda festividad escolar. Una vez dentro comienzo a sentirme nostálgica. Un gran cartel que informa la razón del porqué estoy aquí, ''Reencuentro Ex Alumnos 2019'', se encuentra colgado donde deberían ir los aros de baloncesto. Hay mesas con aperitivos por delante de las gradas y del techo cuelgan esferas espejadas de distintos tamaños que, combinados con las luces de colores, dan un efecto maravilloso en el lugar.

− ¡Blair! ¡Al fin! Estaba pensando qué sería de mí en este lugar si no llegabas a venir -exclama mi mejor amigo acercándose, hablando atropelladamente−. Aún no encontré a los chicos.

No sé bien en qué momento comencé a juntarme con Mikhael Cox, solo estoy segura que desde el segundo en el que nuestros mundos colisionaron, sabíamos que no nos podríamos separar jamás. Forjamos allí una amistad irrompible a través de los años. Definitivamente, mi adolescencia no habría sido la misma si él no se cruzaba en mi camino. Travesuras, juegos hasta el amanecer, viajes de desconexión, anécdotas a la luz de la luna y frente a una fogata de película junto al grupo que logramos formar tiempo después. Mikhy y yo, los fundadores de lo que alguna vez llamamos ''Sauvage'' y que terminó siendo una palabra para definirnos completamente. Eli, Lanie, Lucas, Phillip (o mejor conocido como Lip), Mikhy y yo, el mejor grupo de amistad que pudo formarse en la Secundaria Woods.

−He visto a Lanie y Lucas cerca de los bocadillos, estaba por ir a buscarlos hasta que apareciste -contesto encogiéndome de hombros.

− ¿Cómo es que no los vi? ¡Llevo dando vueltas hace minutos!

Caminamos hasta donde se encuentran nuestros amigos mientras doy suaves palmadas en la cabeza de Mikhy.

−Eres despistado, eso es lo que pasa.

Está por discutir lo que digo hasta que se da cuenta de que tengo razón. Como estábamos lo suficiente cerca de Lucas y Kalani, ellos concuerdan. Nos ponemos al día, aunque nos habíamos juntado hace unos días, y comentamos lo cambiados que están algunos de nuestros ex compañeros. Pronto llega Eliza con su habitual energía y, después de unirse a la conversación sobre nuestros compañeros, me toma de un brazo y me aleja del grupo diciendo que iríamos al baño. Sin embargo, me lleva hacia el centro de la cancha, la cual ahora es una pista de baile, y mira hacia todos lados antes de cuchichear conmigo.

− ¿Has visto quién llegó? Es tu momento de hablarle, B.

Debí saber que lo que tenía para decir era algo como eso. Suelto una carcajada por tal absurda idea, jamás podría hacerlo.

Estoy enamorada de Nil Sallow desde el día que lo vi en su patio desde la ventana de mi habitación, cuando él y su familia se mudaron en la casa frente a la mía. Había llegado a mitad del año escolar por lo que, en aquel momento, fue el centro de atención de la mayoría del alumnado. A pesar de que faltaba año y medio para que nos graduásemos, y teniendo en cuenta que todos tenían sus grupos de amigos formados, él se las arregló para agradarle a todo el mundo. ¿Cómo no podría hacerlo si era la persona más alegre que había visto? Incluso cuando ambos caminábamos hasta nuestras casas, él por la acera de enfrente, me parecía verlo sonreírle a la nada.

−Pasaron cinco años, Eli. Seguramente tiene novia o está casado.

Phillip se acerca a nosotras y nos rodea con sus brazos.

− ¡Las encontré! No pueden creer lo que acabo de oír -murmura y seguidamente se toma unos segundos para continuar, algo que siempre hace para generar suspenso−: Nil Sallow está buscando a un viejo amor de secundaria del cual nadie sabía.

Eliza se deshace del abrazo de Lip para ponerse frente a mí y guiñarme un ojo.

−Eso indica que está soltero.

Niego con la cabeza intentando no reír. Kalani, Lucas y Mikhy se acercan segundos después y, para mi suerte, comienzan a hablar de que hay fotografías nuestras que no recordaban que nos habían tomado. Lamentándonos de que seguramente salimos muy mal en esas fotos, nos acercamos a las pizarras con recuerdos de nuestro último año escolar.

Reímos de una foto nuestra en una obra del taller de teatro, donde Lanie y Lucas dieron su primer beso después de años como mejores amigos. Encuentro otra donde Mikhy y yo hacemos poses graciosas en los pasillos vacíos.

A medida que voy viendo las fotos, no puedo parar de sonreír por lo distinta que me veía. Mientras que ahora llevo el cabello bastante largo y castaño, flequillo, y con ondas naturales, en aquellas fotos lucía desde un fucsia extremadamente llamativo a un azul eléctrico. Tenía el cabello cortado un poco más arriba de los hombros y no salía de mi casa si no lo alisaba.

Me separo de mis amigos mientras sigo las pizarras hasta que logro dar con una foto de un Nil Sallow de diecisiete años. Allí aún usaba brackets, pero eso no le impedía sonreír de manera brillante. El cabello largo de un castaño claro cubría parte de sus anteojos redondos. Era bastante alto y delgado, algo que le facilitó un puesto cuando decidió ingresar al equipo de baloncesto.

−Aún recuerdo ese día -murmura alguien con voz grave detrás de mí. Por más de que suene más adulta, reconozco inmediatamente la voz−. Era mi primer día y estaban tomando fotos para acto de fin de año. No conocía a esas personas y aun así aceptaron que me quede para aquella foto. No sabía que serían tan importantes para mí desde aquel simple acto.

No hago nada más que quedarme en silencio, sorprendida de lo que acaba de ocurrir. Por el rabillo del ojo lo veo pararse a mi lado para observarme con curiosidad antes de volver su vista a la pizarra.

−Es así como surgen las verdaderas amistades, ni siquiera sabes que están ahí hasta que ocurre algo tan sencillo como eso que une sus caminos -murmuro después de un tiempo y me aplaudo mentalmente por no decir alguna estupidez, algo que hago cuando estoy nerviosa.

−Concuerdo -dice Nil. Luego, vuelve a observarme. Finjo seguir mirando las fotografías mientras mis manos sudan−. No recuerdo haberte visto antes. ¿Eras una alumna o solo acompañas a alguien?

Aquella pregunta hace que me dé cuenta de que en realidad jamás supo de mi existencia. Tenía la más mínima esperanza de que al menos supiese mi nombre, más teniendo en cuenta que recorríamos el mismo camino para volver nuestras casas y que éramos vecinos. Si esto hubiese ocurrido cuando tenía diecisiete, me habría partido el corazón. Ahora... Bueno, digamos que ahora siento algo parecido.

−Alumna -susurro.

Lleva una mano a su cabeza para revolverse el cabello y forma una sonrisa incómoda.

−Oh, lo siento, yo... Soy bastante malo para recordar rostros y nombres -se excusa y no puedo evitar que una sonrisa bobalicona se instale en mi rostro como si, de repente, dejase de tener veintitrés años.

−Tranquilo, cambié bastante.

Eso hace que suspire aliviado y dirija su vista a una de las fotografías de otra pizarra.

− ¿Cuál es tu...?

− ¡Nil! ¡Veo que la encontraste!

No tengo ni idea de lo que quiere decir BlakeMorris con eso... pero, por alguna razón, mi corazón comienza a latir aún másrápido. ¿De quién está hablando?

Una noche memorableWhere stories live. Discover now