Eres un ángel #1 (Tate Langdon)//Fanfic corto\\

■El verano incluye un maratón de películas■

Me desperté pronto, como siempre.

Me duché y me vestí con esto:

Escribí un poco en el diario, y luego me puse a leer Ojos de Fuego.

-Me gusta ese libro-dijo la voz de Tate

Levanté la mirada y al verlo apoyado en la pared cruzado de brazos, sonreí.

-Buenos días, Tate.

-Sí, hasta que alguno viene y te lo jode.

Reí y dejé el libro a un lado para mirarle.

-Viva la positividad-reí

-¿A que sí?-contestó burlón-¿Estás lista?

-Sí Tate, pero queda media hora para ir al Instituto.

-Ah. Que fallo.

Se sentó en la cama.

-¿De verdad leíste el libro?

-Ser un chico que siempre viste de negro no significa que no pueda leer libros de Stephen King.

Sonreimos.

Pasamos la media hora hablando sobre nuestros gustos,y resulta que tenemos gustos parecidos.

Después me acompañó al Instituto, y luego se fue.

Las clases fueron muy lentas, sobre todo el trabajo.

Sí, el día que nos daban vacaciones nos obligaban a trabajar.

Pero ese día estaba feliz. Aquella casa, Moira, Tate y Ben me aportaban una alegría que jamás tuve.

Al salir del Instituto, lucía una gran sonrisa, y los comentarios me resbalaban a más no poder.

Fui corriendo a la casa, no fuera a ser que algún idiota decidiera arruinarme ese día.

Moira me recibió con una sonrisa flamante.

-¡Melissa! Ven, te presentaré a Nora Montgomery.

La seguí al salón.

En el sofá estaba sentada una mujer de cabello rubio un poco blanco.

-Hola señora-la saludé educada

-Hola querida. Llámame Nora y tutéame por favor, si no me hace sentir más vieja de lo que ya soy.

-Melissa, as de saber que en esta casa vive mucha gente. Cada una más extraña que la anterior.-dijo Ben entrando en la sala, junto con Tate-. Y no me gustaría verte sola con ellos, solo con Nora, Moira, Troy, Bryan y Tate.

Tate me sonrió, cálido.

-De acuerdo. Si no os importa... iré a mi habitación.

Me retiré de allí, y subí a mi habitación. Me tiré en la cama, miré el techo y sonreí.

Era verano.

-Ya llegaron las vacaciones, ¿Eh?-rió la voz de Tate

Miré el marco de la puerta, donde él estaba recargado.

-Sí. Las deseaba tanto...

Él sonrió.

-¿Te hace ver una película?-me preguntó

-Claro.

Se fue y luego regresó con tres carcasas.

-¿Stand by me, El Corredor del Laberinto o Deadpool?

-Agh, maldito Langdon. ¿Por qué me tuviste que poner Stand by me y Deadpool juntas? Te odio-él rió-. Pon Deadpool.

Lloramos de la risa con la película, la cual vimos tirados en el sofá que había en la habitación.

Luego él propuso ver las otras dos, por lo que nos hicimos un maratón, alimentándonos sólo de palomitas

Cuando las películas ya habían terminado, estábamos así:

-Fue bonita la noche-le agradecí

-La noche solo acaba de empezar, Melissa.

Y antes de yo poder responder, noté sus cálidos labios en los míos.

Me estaba besando.

Le seguí el beso, que estaba cargado de pasión.

Él me abrazó con fuerza durante el beso.

-Te amo, Melissa. Y solo nos conocemos de hace un día.

-Yo también te amo. Y el tiempo no importa.

Me atrapó de nuevo en sus labios, y esta vez jugueteó con mi labio inferior.

Luego pidió acceso a mi boca y se lo permití.

Nos separamos por falta de aire.

-Buenas noches Melissa

Se iba a ir

-¿Puedes... Puedes quedarte a dormir conmigo?

Él sonrió.

-Claro, preciosa.

Me fui al baño y me puse mi pijama corto negro.

Salí de allí y me encontré a Tate sin camiseta, ya metido en la cama.

Me acosté a su lado y él se puso en la posición de cuchara grande.

Estábamos en la cucharita.

Nos quedamos dormidos.

Me despertó su voz en mi oreja.

-Mel...-susurró para luego morder ligeramente esta. Solté un gemido en bajo.

Sonrió y besó mis labios.

Me fijé en que había poca luz, como si no fuera de día.

-Tate ¿Qué hora es?

-Las doce de la noche.

-¿Pasó algo? ¿Por qué me despertaste a esta hora?

Me fijé en sus ojos. Tenía... las pupilas dilatadas...

-Quiero hacerte mía-me susurró de nuevo al oído

-Tate... yo creo... es que... eso... aún es... yo... eh, uh... pronto

Él asintió y esbozó una sonrisa triste.

-Pues entonces, dinero haberte despertado.

-No es nada, Tate.

Nos volvimos a dormir.