*~Extra~*

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Los diminutos rayos del sol apenas podían asomarse por el cielo lleno de nubes grises y otras negras, las gotas pequeñas de agua caían con fuerza desmedida, poco a poco aumentaban con velocidad, aumentaban y disminuían con calma, el lugar estaba solo, tan solo había unas cuantas personas colocando algunas flores en aquellos floreros incrustados en aquella tumba de mármol. Negra, y con aquellos escritos del nombre de esa mujer que ya había fallecido hace diez años atrás, la niña se inclina hacia adelante colocando un par de flores de colores llamativos, azul cielo, amarillo y otras color blancas. Una pequeña sonrisa está plasmada en sus labios, sus ojos azul verdoso destellan felicidad, felicidad porque, aunque no haya conocido a su abuela paterna al menos se ha llevado maravillas de ella en las charlas que su padre y tíos tienen sobre ella.

─ ¿Crees que le gusten las flores a la abuela papi? ─la niña solo lleva la vista hacia su padre quien le regala una corta sonrisa y un asentimiento corto.

─Seguro que si pequeña, eran sus favoritas.

─Pensé que siempre le comprabas estas flores porque no sabías que otras escogerle a la abuela.

El hombre solo sonríe y niega un par de veces, antes de ver a su segundo hijo quitar algunas ramas de la tumba de mármol, rompe una ramita con sus dedos para después bajar la mirada al césped, Michael coloca su mano en el hombro de su hijo antes de decirles que la hora de marcharse a llegado, los tres giran sobre sus talones y caminan fuera de aquella zona verde con varias tumbas en todo el camino, cuando están frente al auto el niño camina al asiento del copiloto, abriendo la puerta y subiéndose al auto con serenidad.

Paris, la niña pequeña sube al auto con ayuda de su padre, cuando está dentro de este, abrocha el cinturón con dificultad mientras su padre cierra la puerta con delicadeza.

Una vez dentro del auto, el hombre comienza a conducir en silencio, mirando de reojo a su hijo el más grande quien, molesto tuvo que venir con su padre y hermana menor al cementerio. Ayer, por desgracia se vio metido en una pequeña pelea en el receso, no estuvo solo, tal parece que Cannan estuvo de la misma manera metido en esa pequeña pelea.

El niño va dibujando cosas en el cristal que poco a poco va empañándose debido al aire frío de afuera y a su respiración cálida que choca con el cristal, su mirada recorre lo que parece ser ya la salida del cementerio, después de segundos salen a las calles húmedas y transitadas de Forks.

─Papi ─la niña habla con ternura mientras el hombre la mira por el espejo retrovisor─ ¿Por qué mamá y Blanket no vinieron?

─Bueno, ella dijo que hoy iría a casa alguien muy especial, y se quedó en casa para preparar la cena.

─Oh... ¿Llevaran alguna niña? Quiero jugar con mi juego de té.

─Supongo que lo harán, aun no lo sé cariño ya veremos.

─Está bien.

La niña no dijo más, callo al instante en que su vista se guio hacia la ventanilla del auto, comenzó a tararear con gracia, el hombre solo sonreía mientras la miraba mover sus manitas en son gracioso, la miraba mientras convertía su tarareo en canto.

─Eitan me invito a su casa hoy ─habla Prince mirando a su padre, el sigue con la vista al frente─ dudo que pueda quedarme a conocer a esa visita.

─ ¿Es una afirmación de que iras o me estas avisando Prince?

─Papá por favor...

─No Prince, creo que claramente te dije ayer que te olvidarás de ir a jugar con Eitan ¿me he equivocado?

─ ¡Teníamos planeado muchas cosas papá!

─Debiste pensar las consecuencias Prince.

─ ¡Pero papá!

La Nerd  |[Libro #2]|Onde histórias criam vida. Descubra agora