Historia de terror 5

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Yo crecí en un pequeño pueblo en él istmo de Tehuantepec en Oaxaca, aunque me mude a Monterrey al terminar la universidad.

La historia comienza hace aproximadamente 16 años cuando a mi abuelo le dió un derrame cerebral y por consecuencia perdió la memoria, los doctores recomendaron que le hiciéramos algún entretenimiento para que su mente se mantuviera ocupada, por ello decidieron comprarle un par de borreguitos que mi abuelo muy feliz cuidaba y que al paso del tiempo se hicieron docenas, él los llevaba a pastar a un terreno que teníamos a lado del panteón del pueblo y ahí se la pasaba todo él día por cierto él terreno tenía un ojo de agua que estaba muy bonito.

En fin mi abuelo nuevamente recayó y fue hospitalizado, esto sucedió en la temporada de vacaciones de verano, por ello como todos estaban ocupados en mi abuelo, mi prima y yo nos hicimos cargo de los borregos, yo tenía como 7 y ella como 11años.

El segundo día que fuimos al terreno nos sentamos a descansar era un día muy caluroso y solo se escuchaba él sonido del viento rozar con los árboles y con los cables de las torres de luz. El terreno estaba separado del panteón por una malla de alambre de púas, pero se veía perfectamente todo él panteón a lo lejos porque parecía una pequeña montaña llena de árboles y tumbas (él panteón está a las afueras del pueblo) entonces mi prima y yo nos sentamos a descansar sobre un tronco que quedó cuando cortaron un árbol, nos sentamos espalda con espalda, yo viendo hacía él panteón ella hacia la entrada, después como a medio día exactamente, yo quede viendo justo hacia él panteón que como ya dije era semejante a una montaña, estaba mirando cuando de repente me di cuenta de que entre los árboles y tumbas se veía algo que yo pensé era como él tronco de un árbol quemado que se mantenía en pie, sin embargo de tanto que me quede mirándolo me di cuenta de que era alguien no algo, pues se había movido, [[se los juro cuando cuento esto siento que se me cae la cara a pedazos y se me llena los ojos de lágrimas]]

Cuando me di cuenta no era un tronco quemado, era alguien parado ahí que nos observaba todo él tiempo, tenía su mirada en mi cara lo podía distinguir a lo lejos, estaba parado de lado y de repente se dio vuelta quedando de frente y pude ver perfectamente que parecía un hombre vestido de CHARRO!!

En medio de la luz de medio día bajo él sol, estaba él ahí parado, parecía simplemente una silueta sólida completamente negra, solamente podía distinguir esa sonrisa macabra que solo un demonio posee.

Por supuesto me quede congelado de lo que veía frente a mí, solamente alcancé a gritar: “Cristina!!” Que es él nombre de mi prima y ella dijo “que tienes Xenia!!” Yo solo levante la mano señalando lo que estaba viendo, ella volteó y asustada me tomó de la mano y me sacó corriendo de ese lugar.

Llegando a casa ella le contó a mi mamá lo que habíamos visto sin hacernos tanto caso porque pensó que era nuestra mi imaginación, al día siguiente yo me enfermé gravemente de fiebre y del estómago, mi familia creé mucho en la medicina tradicional, por lo que me llevo con un curandero que yo después de eso creo mucho en él.

El me hizo unas limpias con hierbas y lociones, y sin decirle nada aún, él ya sabía porque enferme, me dijo: “Viste algo que te espantó mucho, lo viste en él panteón, lo que viste es él charro, que es el mismo diablo”.

Mi mamá quedó perpleja al igual que yo, pues en ese momento como dije era un niño que simplemente pensó que había visto un fantasma.

Después de eso tuve varias sesiones para curarme pues me enfermaba constantemente debido a lo que vi, y después de unas semanas me repuse.

Hace años no me he ido a parar a ese terreno ni al panteón y la única vez que volví a ese panteón fue cuando fuimos a enterrar a mi abuelito, que ya falleció como dos años después de eso, por cierto los borreguitos fueron vendidos o regalados porque nadie podía hacerse cargo de ellos. por supuesto toda esta experiencia me hizo más fuerte para las cosas que mi familia y yo íbamos a pasar con él paso del tiempo.

El curandero es mi tío, y tiene su capilla adentro del terreno donde esta la casa de mis papás, ahí llegaba gente de todas partes del país a curarse, dejando ahí sus malas vibras y demonios, por lo que después de mi experiencia en mi casa ha pasado muchísimas cosas que uno creería que no es verdad, pero cuando lo ves con tus propios ojos, te das cuenta que es verdad uno se va de este mundo pero llega a otro, y nuestros seres queridos siguen entre nosotros, en forma de aire pero ahí están, tal vez otro día me anime a escribir sobre esas anécdotas que como ya dije, cada que hablo de mi experiencia siento muchas cosas en mi cara y cuerpo y es difícil para mi, por algo decidí salir de mi casa independizarme, olvidar y alejarme de esas cosas paranormales que tanto me afectan.
Saludos!

Xenia vuestra escritora  que esto es una cosa que me paso de verdad solo tu decides si creerla o no comentar y votar seguiré subiendo mas historias.

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