Introducción

1.5K 59 15
                                    


"¿Cuánto tiempo necesitamos para darnos cuenta de que nuestra vida dio un cambio radical? Yo solía creer que esto ocurría a largos periodos. Que los cambios se producían una vez y, después de mucho tiempo, al notar las consecuencias de ese mismo cambio, nos percatábamos de lo que realmente había ocurrido.

Poner una estimación sobre cuánto tiempo llevaría darse cuenta, sería inconcreto, demasiado para mi gusto. O al menos lo era antes, porque después de lo ocurrido, me doy cuenta de que los cambios, se producen en segundos."



  Estaba en un sueño tan profundo, que ni siquiera un terremoto superior a los 7 grados podría haberme despertado. Creo que en mis 20 años, jamás había formado parte de tal estado de somnolencia, o al menos eso creía, porque nada más mi despertador marcó las 06.00 de la mañana, una canción de "The Eagles" empezó a sonar, llevándose por completo cualquier oportunidad que me quedaba para descansar cinco minutos más y despertándome por completo del increíble sueño que estaba teniendo. 

Pegué un salto y salí de la cama en a penas dos segundos. Eso debería haberse grabado porque estoy seguro de que, si se hubiera hecho, tendría el récord mundial al "chico que más rápido se levantó de la cama". Un récord bastante peculiar, pero era un récord al fin y al cabo.

Una vez ya estuve de pie, hice cuatro pliegues rápidos a mi cama para que mamá no me regañase y así no pudiese decir que no cuidaba de mi habitación, lo cual era cierto porque mi cuarto era fácilmente confundible con una leonera. Sin embargo, no quise entretenerme mucho más recogiendo porque hoy era un día realmente especial. Mi primera entrevista de trabajo. Dicho así no parece gran cosa, sin embargo lo era a mi parecer. Incluso podría decir que era el trabajo de mis sueños, y conseguir eso con a penas veinte años, era todo un logro para mí.

No es ninguna exageración decir que los nervios se podían palpar por todo Montgat, pero debía intentar controlarlos porque, de lo contrario, sabía que la entrevista sería un puto desastre.

Cogí la primera camiseta blanca que encontré en mi armario, y para asegurarme de que no cometía ningún error en el mundo de la moda, la complementé con unos tejanos azul marino y unos zapatos adidas blancos también. Una vez escogí el atuendo que llevaría para el día más importante de mi vida, entré corriendo al baño para lavarme la cara, los dientes y afeitarme los cuatro pelos que tenía en la barbilla. No tardé más de cinco minutos en terminar todos mis quehaceres, así que una vez los hice me fui corriendo a la cocina a hincharme a comer como nunca. 

Comer. La mejor parte del día.

Mamá me esperaba allí con un enorme bol de cereales y con una sonrisa dibujada en su rostro más enorme si podía ser:

- Buenos días, cariño.

- Hola mamá.

- ¿Estás preparado para lo que te espera hoy? me preguntó ella.

Me gustaría decir que lo estaba, pero no me veía preparado y tenía un enorme miedo a estropearlo todo. Aún así, tampoco quería quitarle la sonrisa a mi madre de la boca, así que respondí con un simple:

- Sí.

Mientras, intenté comerme los cereales lo más rápido que pude, ya que eran las 6:35 y aún debía coger el tren e ir para Barcelona.

- Tienes pensado peinarte, ¿o vas a ir con el nido de hurracas que llevas como pelo encima? dijo mi madre, soltando una risa floja entre palabra y palabra.

- ¡Oye, mamá! No seas así. Ahora se lleva el peinado de este modo. Encima sabes que peinado estoy muchísimo peor. ¡Parezco sacado del coro de una coral francesa!

No En IbizaWhere stories live. Discover now