Zona segura (Remake)

Capitulo II "el Virus

Capitulo II
“El virus”

Tome el celular de Ann y conteniendo mis lágrimas jure encontrarla, pude ver que varios caminantes se asomaban a la casa y corrí antes que llegaran allí, eran ágiles pero no lo suficiente, cerré la puerta detrás de mi y subí la escalera, allí estaba Solei, aun tirada al pie de la subida al desván, tomé su pulso y note que aún respiraba.

— Solei, despierta, ya pasó por favor despierta — pedía moviendo su rostro y gracias al cielo abrió sus ojos.

— Andrés, mis padres… —logró decir y se desvaneció, aún estaba débil por la falta de alimento.

La lleve al comedor y la senté en un asiento del que no se pudiera caer.

— Solei, vamos toma, despierta — insistí nuevamente con un basó de sumo de naranja en la mano.
Abrió sus ojos y me miro, puse el basó en su boca para que bebiera el líquido y la sostuve para que no se cayera, cerró los ojos y de a poco volvía en si con el sumo de naranja.

— Toma esto — le di ensalada de frutas para que recupere algunas vitaminas.

— ¿Que esta sucediendo Andrés? ¿Ann? ¿Dónde está mi hermana? — preguntó con debilidad en su voz.

— Escúchame bien lo que te contaré, hace unos meses recibí un mensaje de Sam por mail en el que un informe decía que se estaban investigando con cosas ilegales y habían logrado revivir a una persona, este comenzó a morder a los científicos y todos empezaron a mostrar patrones salvajes, intentaron aislarlos y saber por qué actuaban de esa forma, pero al parecer se les fue de las manos, no sabemos como pero ese virus llegó aquí y ahora la gente actúa así — le informe el asunto.

— ¿Y mis padres estaban así? — atisbo ya con más fuerza.

— Lamentablemente si, intentamos llegar pero de alguna manera ya estaban infectados con el virus, por cierto ¿como sucedió tal cosa? — indague por lo sucedido.

— Papa estaba lavando su auto, el día iba muy normal hasta que resbaló en el piso jabonoso — profirió mientras sus ojos se llenaban de lagrimas.

*Flashback*

John cayó de espalda dando su cuello contra el balde de lata que usaba para lavar la mini Band, era un hombre de gran porte de unos sesenta años con algunas canas, espalda ancha y bien formada por su ejercicio en el ejército. La cubeta se doblo y el quedo inconsciente pero al ser tan grande fue escuchado desde adentro por su esposa la que salió a ver que había pasado, al ver a su marido tendido en el suelo se apresuró a socorrerlo y noto que no tenía pulso.

— ¡Solei! ¡llama a un hospital urgente, pide una ambulancia para tu padre que se golpeó! — grito Sara la madre de las jóvenes.

Solei corrió al teléfono y marco rápidamente al 911.

— Si. Operadora, por favor envíen una ambulancia mi padre esta grave, se golpe…. — fue silenciada por la operadora.

<Señorita dígame donde se encuentra>

— En la zona este 35 calles abajo — respondió rápidamente.

<Lo sentimos pero no tenemos ambulancias disponibles y son muchas cuadras para enviar un para médico, por favor si puede acérquese en algún vehículo con el herido>