Inazuma Eleven (personaje y lector)

Mamoru Endou 4

Nunca había pasado por tantos nervios en menos de una semana, ni siquiera con los finales a la vuelta de la esquina estoy tan nerviosa, hoy conoceré a mis suegros, y por lo que escuché por parte de Endou su madre es muy estricta y su padre muy permisivo; que el cielo me acompañe. Cuando estuve a mitad de camino me llego un mensaje del susodicho informándome que, encima, estará presente su abuelo. Ahora si estoy hundida.

Cuando me encontraba en la entrada, antes de tocar la puerta, solté un pequeño suspiro para después poner mi mejor sonrisa y relajarme un poco; una vez conseguido eso toque la puerta esperando emocionada a que me abrieran la puerta sorprendiéndome de ver a un señor de avanzada edad, seguramente es su abuelo.

Abuelo: hola niña, pasa estamos en la sala- dijo sonriéndome y pude ver que tenía una sonrisa muy grande en sus labios, seguramente es parte de familia.

TN: perdón por la intromisión- dije mientras me dirigía al lugar señalado encontrando a un señor y señora- buenos días señor y señora Endou, soy A TN, la novia de su hijo, perdonen si me demore- me incline haciendo un ángulo de 90°, la señora me miraba fijamente mientras su padre me sonreía.

Padre: buenos días niña, soy el padre de Mamoru, cuida bien de mi despistado hijo- dijo haciendo una reverencia con su cabeza, yo asentí.

Madre: me sorprende que mi hijo se enamorara de una chica tan educada como tu- dijo sonriendo sinceramente- pensé que se terminaría casando con una pelota de fútbol- dijo riéndose de su ocurrencia, no pude evitar soltar una pequeña carcajada.

Abuelo: yo soy su abuelo, es un gusto que mi nieto se enamorara de una chica tan linda como tu- sonrió amplia mente mientras me sonroje pareciéndome a un tomate maduro- a, Mamoru se fue a hacer un mandado para su madre, estará al caer en un momento a otro.

Los nervios con los que llegue se fueron tan rápido que no podía creer que estuve temblando desde que me deserte en la mañana; los padres del moreno son muy simpáticos haciendo que no me pusiera tan nerviosa como tenía pensado que estaría y lo que su madre es estricta, si bien es cierto, no es tanto como la mía.

Después de charlar un tiempo sentimos la puerta de la entrada abrirse, al poco tiempo ingresó Mamoru cargando dos bolsas llenas con comida y bebidas, al pasear su mirada y encontrar la mía sonrió calmada mente al ver que me estoy llevando bien con sus padres y abuelo.

Madre: no te quedes ahí parado, lleva las cosas a la cocina y vuelve con nosotros- le reprime al ver que se quedaba parado y no hacia nada.

Mamoru: si madre, ya voy- dijo mientras iba a paso lento hacia la cocina acomodando todo para volver y sentarse a lado mio depositando un tierno beso en mi mejilla.

Seguimos conversando de diferentes cosas hasta que empezó a esconderse el sol, así que lentamente solté la mano de Mamoru, que no sé en qué momento la empecé a acariciar tierna mente.

TN: disculpen que los interrumpa, pero mis padres se podrían enojar conmigo si llego a casa cuando oscurezca- dije poniéndome en pie.

Madre: no hay problema cariño, espero que nos vengas a visitar dentro de poco- me sonrió mientras los hombres, y ella, me acompañaban a la puerta- Mamoru, acompañarla hasta su casa- ordenó, este estaba ya saliendo de la casa acompañándome.

Mamoru: en eso estoy- dijo despidiéndose con una mano de sus familiares mientras nos íbamos de su casa.

Al comienzo de la caminata nos concentramos, únicamente, en estar tomados de las manos mientras mirábamos entretenidos el paisaje; el primero en romper el silencio fue el moreno.

Mamoru: y... ¿como te pareció mi familia?- pregunto aun mirando el camino.

TN: la verdad, son muy escandalosos- dijiste también mirando el camino, sentí al moreno tensarse un poco- pero son muy divertidos, me hicieron entrar en confianza enseguida. Me gustó mucho estar con ellos- dije sonriendo, pude sentir a Mamoru tranquilizarse.

Mamoru: me preocupe un poco cuando me mandaron a comprar al supermercado, no porque no confíe en ti, es que no sabia que te iban a decir o hacer- dijo mirándome ahora de reojo sonriendo tímidamente.

Sonriendo le conté todo lo que me contaron, también que Vi imágenes de él de bebé, consiguiendo que se sonroje como un tomate; también conversamos sobre la graduación y nuestro futuro que estaba a la vuelta de la esquina y que decidimos, hace una semana, irnos a vivir juntos a Argentina (ya que él tiene una beca en un club de fútbol de allí y porque la educación para maestra es gratuita. Además de que no quiero estar cinco años lejos de él).

Una vez que llegué a casa nos despedimos en un beso lento, prometiéndome que al día siguiente me pasaba a buscar, aunque calculo que seré yo la que lo busque a él.