Tres

194 19 2
                                    

–Matteo, quiero que te largues de mi casa, inmediatamente–Le señale la puerta.

–No hasta que hablamos de todo.

Suspiré. Me senté en un sillón cerca suyo y tomé mi teléfono. Matteo no hacia ni decía nada.

–Está noche va a ser muy larga...–Me levanto–¿Quieres algo para tomar?

–¿Chocolate caliente puede ser? Recuerdo que los hacías deliciosos...–El sonrió con esto último, pero yo solo asentí con la cabeza.

Volví con una bandeja en la que traía dos tazas de chocolate caliente y un tazón de galletitas echas por mi mamá.

–Sabía que todavía te quedaba eso dulce en tu persona...

–No se de que hablas, solo traje algo para comer.

–¿Puedo hacerte una pregunta?

–¿Qué?

–¿Por qué no me dijiste que eras Sol Benson?

–¿Vamos a tener la misma discusión que antes? Cuando no te conté que estaba buscando a mis padres.

–No Luna, quiero entenderte–Dijo Matteo en tono comprensivo.

–Por cosas que me sucedían a mi, internamente, y porque no sabía como iba a reaccionar Sharon y Ámbar...

–Pero Luna ¿Qué cosas te sucedían? Quiero comprenderte, apoyarte...

–Tarde Matteo, debiste confiar en mi en su tiempo, nada me sirve que me digas esto ahora. Además ponte a pensar un segundito ¿Acaso yo podía confiar en ti? ¿En Nina? Si analizas bien todo, al fin y al cabo, solo en Simón pude confiar, y aún estando enamorado de Ámbar.

–Tienes razón...–Dijo cabizbajo.

–Bueno, si de eso querías hablar, puedes irte.

–Quiero hablar de algo más...

–¿De qué?–Pregunté intrigada.

–De nosotros.

–Ya no hay un nosotros Matteo, hubo, pasado, pero en el presente no existe y en el futuro no existirá.

–¿Qué acaso ya me olvidaste?

–¿Qué no te das cuenta que estás con Nina?

–Aún nos odias ¿Verdad? No volverías conmigo ni para vengarte de ella ¿Cierto?

–¡Que no los odio! Y no volvería contigo por mi, no me vengaría jamás de Nina, no quiero que sienta lo que sentí yo, va a sufrir, y no quiero eso para ninguno de los tres. Además, no quisiera volver contigo, ya no siento lo de antes.

–¿Por qué hablas con tanta razón y madures?

–Quizás porque madure ¿No te parece?–Conteste cortante, como siempre.

–¿Qué pasó con el "madurar es para frutas" de Luna Valente?

–Cambie. ¿Necesitas más explicaciones?

–Si–Afirmó el–¿Por qué no eres dulce como antes, colorida y llena de vida?

–Matteo, si no te molesta, ¿Te puedes ir, por favor?

–Llamé a Nina para que me venga a buscar, pero no creo que lo haga, va a comenzar a llover en cualquier momento.

–Esperemos entonces, sino te pido un taxi.

Minutos pasaron y comenzó a llover fuerte, el timbre sonó y fui a atender.

–Hola Nina, Matteo está en la sala, si quieres pasar al baño ya sabes dónde están las toallas, digo, por la lluvia–Dije sin que pudiera decir una palabra.

–Hola Luna, si gracias...

Nina fue al baño, se secó un poco el pelo y fue a la sala con Matteo, luego entre yo, retiré la bandeja y volví.

–No creo que nos podamos ir con esta lluvia–Alcanzó a decir Matteo.

–Si quieren pueden quedarse en mi habitación anterior, pero por favor no hagan cochinadas, gracias.

–Claro que no–Dijeron al unísono.

Los guíe y fui a buscar unas mantas y alguna que otra almohada, se las deje y luego de que me agradezcan maldije por dentro. ¿Por qué son tan perfectos? ¿Por qué se llevan tan bien? ¿Por qué? Luego de unos minutos volví para decirles algo, pero ambos estaban acostados hablando.

–¿Todo bien con Luna, cariño?–Preguntaba Nina.

–Si, linda, todo perfecto.

–¿Debería preocuparme?

–Claro que no, yo nunca volvería con ella, por eso te elegí a ti ¿No es cierto?–Matteo le contestaba mientras Nina se acostaba sobre su pecho, como yo lo hacía.

Me tiré sobre la pared y lloré, lloré con angustia, con bronca, lloré con el alma, con el corazón y hasta con la cabeza. Lloré como hace tiempo no hacía y como había jurado nunca volver a llorar: por ellos.

Love me againOnde histórias criam vida. Descubra agora