❝ White Soul ❞ [ SeHun Y Tú ]

De un sueño a nuevos sentimientos

Ring! Ring! Ring!

Sonaba la estúpida alarma, es tan molesto ser despertada por un objeto que no sirve para nada, si uno no se quiere parar pues es por qué aún no ha recargado su energía y se les ocurre inventar este tipo de cosas, por eso yo no tengo alarma.

Me quité las sábanas blancas y apagué el estúpido objeto de la mesa de noche que ni siquiera sabía que tenía. Me levanté y me estiré como todos los días, había dormido bien, cuanto mis pies tocaron la fría superficie me exalte y busque mis pantuflas, no las encontré pero había otras mucho más grandes, sencillas y de un color gris enfrenté de un enorme clóset donde en una de sus puertas se haya un espejo.

Solté un bostezo y me talle mi ojo derecho, cuando me mire pude notar que tenía todo mi cabello despeinado y que aún seguía con la ropa de la noche anterior ¿Por qué? No lo sé, abrí el clóset para ponerme algo más cómodo, me llevé una enorme sorpresa cuando vi que de todas las cosas que había ahí ninguna era mía.

Abrí los ojos más de lo normal y busqué con la mirada algo que me dijera que era una casa conocida, al no reconocer nada busqué en la habitación mis zapatillas y me las coloqué, cuando miré a un rincón encontré un pantalón y una camisa... de hombre. De inmediato me llevé las manos a mi ropa verificando que estuviera completa.

¿Qué si es un violador? Digo, es violación ya que yo no estaba consciente de nada aquella noche, todo por la estúpida idea de esos bastardos.

Escuché un ruido providente de un lugar de la casa, con los nervios saliendome de los poros me dirigí hasta el lugar, abrí la puerta de la habitación y casi caigo por qué había un estúpido escalón. Me encaminé y vi que la sala estaba limpia, nah...! Era una bonita sala.

El ruido me guío hasta la cocina y entonces lo vi, sé encontraba lavando los trastos y muy concentrado cantando algo, bien era imposible no reconocerlo con tremendo tamaño.

-Chan...- susurré-

Pegó un brincó y me miró con una mano en su pecho- Hey! Casi me matas del susto, recuérdame no verte despeinada cada mañana- rió- ¿Qué sucede?

-¿Dónde estoy? - pregunté-

-¿No es obvio? Estás en mi humilde hogar.- dijo como si nada-

-¿¡QUÉ CARAJOS HAGO AQUÍ!?- pregunté exaltada- Dios! No! ¡Dime qué no pasó nada anoche! ¿Mis papás sabrán? No, no lo pueden saber ya que escapé, me matarán cuando llegue, ¡Todo por la culpa de esos malditos! Cuando los vea me las pagarán- hablé rápido-

-Hey... hey... tranquila.- me tomo de los hombros e hizo que me sentara en una silla enfrente de la barra- No te preocupes, te traje a mi casa por la simple razón de que lo pediste, dijiste que no querías llegar a ti hogar y más aparte no pasó nada entre nosotros si es lo que te preocupa- dijo, en todo momento, mirándome a los ojos.

-Y... los chicos...

-Ellos se marcharon mucho antes.

-Lo siento Chan, no quise causarte molestias!- suspiré-

-Oh! No tienes por qué, no te podía dejar sola en el club, no después de lo que pasó...!

-¿Qué sucedió?

Colocó una mano en mi cabello desordenandolo aún más- ¿No lo recuerdas? Es obvio que lo que pasó con el portero, ese imbécil te faltó al respeto.

-Ah... es cierto, gracias por todo Chanyeol- sonreí-

Mentiría si dijera que todo a partir de ahí fue una plática larga pero no, mi caso no fue ese. Lo miré, ahora yo, a los ojos y vi que ellos estaban clavados en mi, me puse nerviosa cuando su mano se alzó acercándose a mi rostro, sus largos dedos acariciaron mi mejilla derecha y después habló: