(VIII)

5 2 0
                                    

Hace eras, la gente siempre relataba -junto al cálido y envolvente fuego de la hoguera que lo incineraba todo, hasta el alma de las viejas brujas- qué cuando ocurría una escena trágica: una lluvia de sangre cae.

Cuando la oscuridad lo cubre todo, una lluvia de sangre cae al mismo tiempo. Un ciclo que nunca cesa ni deja de repetirse.

Y sin embargo, con un sentimiento de hondo y singular afecto la contemplé -como he contemplado a los humanos toda mi vida- con tal fervor. Habiéndola conocido por casualidad, mi alma ardió con un fuego que nunca antes había conocido.

RemembranzasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora