Mis alas

653 69 5
                                    

-Vuela, él realmente vuela, flota-


Afirmaba Brian Orser sobre mí para cierto programa de televisón en el que segundos más tarde yo también participaría.


-Me cuesta soportar la presión y gracias a Javi puedo hacerlo; cuando me siento nervioso suele decir cosas graciosas... así que, siento que le debo mis triunfos-


Había pasado un año desde que pronuncié aquellas palabras pero seguía creyéndolas firmemente, así que cuando te acercas y nos unes en un abrazo a los tres aprovecho para decírtelo.


-Quería que te alzaras campeón- expresé de corazón, del mismo que tus siguientes palabras romperían en solo un instante.


-Solo uno de nosotros puede serlo, vuelve a casa y luce la medalla...-  dijiste con una sonrisa antes de seguir -quizá estas sean mis últimas olimpiadas-


Respiré hondo, aparté la mirada un momento mientras la vista se me nublaba por las lágrimas que empezaban a escaparse de ellos para después devolverla de nuevo a ti -No, no puedo, no puedo hacerlo sin ti- me quejé con una voz que se quebraba cada vez más a medida que pronunciaba las palabras, apoyándome en tu hombro, en el cual mi llanto pese a breve encontró descanso; incluso si nunca te había dicho con detalle cuan grande era lo que sentía por ti bien lo sabías, de ello no me cabía duda, por eso no puedes simplemente decirme de la nada que lo dejarás, no ahora -eres tan malo- reproché tras alejarme acabando de secar mis lágrimas pues tocaba entrar de nuevo a la pista para la ceremonia de flores.


---


No fue hasta que nos encontrábamos todos juntos en la pista durante la gala que visualicé el momento. No, no quiero que llegue ese día, no importa cuan alto salte, tú eres lo que realmente me hace sentir como si volase, no importa cuantas veces bese el hielo, pensar que pronto no estarás es el golpe del que no estoy seguro que pueda recuperarme, pues contigo se van mis alas.


---


Pero solo era cuestión de tiempo, y finalmente acabó por llegar.

Incluso si había estado mentalizándome para ello desde las Olimpiadas seguía sin estar preparado, te empujé hacia adelante como ya había hecho antes con tantos para que todos te dedicásemos una ovación y fuerte aplauso, uno que yo también di mientras me retiraba de nuevo atrás, llorando desconsoladamente; mandaste unos besos al público, te despediste con los brazos estirados agitando tus manos y finalmente inclinándote. Cuando te giraste hacia nosotros y me viste reíste nuevamente, siempre sonriendo, siempre sonriendo hasta el final.

Me abrazaste prestándote una vez más a ser mi apoyo ¿así como voy a estar preparado para seguir adelante sin ti? 


Primero me robaste el corazón y ahora cortas mis alas.


Eh! no llores, seguiremos viéndonos ¿sí?- explicaste con tono tranquilo; pero de cerca se veía claro, tú también estabas a punto de echarte a llorar.

Mis AlasWhere stories live. Discover now