capitulo 7

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Después de una larga y jodida reunión de dos horas y media me dispuse a enviarle un mensaje a la pelirroja, informándole sobre mi actual desocupada agenda.

Al cabo de unos minutos una vibración de su celular lo hizo sacar de su ensoñación el cual decía que debía estar en el restaurante en el que se le había declarado...

¿dónde mierda se le había declarado?

Su mente divagó por todos los jodidos restaurantes que había ido en su vida, los cuales eran mas grandes que su ego, pero, que mierda le iba a hacer?, no recordaba ni una mierda sobre donde la conoció, ni su aniversario ahora para que se acuerde del jodido restaurante.

Me apresure a paso rápido hacia mi hermoso porche azul oscuro, para dirigirme hacia algún lugar en el cual recordara por lo menos mi mínima existencia.

En eso, mi cabeza hace un pequeño clic al ver un restaurante italiano que no quedaba muy lejos de mi antigua casa, no era tan lujoso aquel pequeño local, pero parecía lo suficientemente bonito como para que a simple vista eso se creyera.

Después de una ardía busca por estacionamiento, termine por estacionarme en una tienda que quedaba a la otra esquina del local, por lo que me tocaría caminar.

Al llegar al local el hermoso candelabro del centro me acogió muy bien, tanto que por un momento olvide que hacia alli, hasta que unas hebras anaranjadas iluminadas por el mismo llamaron mi atención, por lo que recordé mi propósito de aquella visita.

Llegue a aquella grande y redonda mesa iluminada por dos pequeñas velas y una gran luz artificial proveniente del techo, tome asiento y me dispuse a quitarme mi chaleco, para luego mirar a aquella pelirroja que no me despego el ojo desde que noto mi humilde presencia.

-vaya creí que nunca llegarías-dijo con sorna mientras cruzaba sus brazos con un irrefutable enojo plasmado en aquellas orbes azules.

-la reunión tardo mas de lo esperado-reclame esta vez enderezándome en el asiento para ver mejor su perfil enojado.

-no me pudiste avisar?, tienes un celular que vale mas que nuestro matrimonio, así que utilízalo de algo-fruncí el ceño mientras mantenía mi mirada fija, si supiera cuanto valió nuestro matrimonio para mi...

probablemente tendría un miserable Nokia de primera generación.

-claro, como una reunión que puede llevar el pan a la casa todos los días, es demasiado importante responder tus mensajes que son para reclamar una estúpida cena, pues entonces si vale mas que nuestro matrimonio-dije con leve enojo mientras su mirada se volviera estupefacta, se notaba que su enojo se fue demasiado rápido como para ser real.

Pasaron minutos de silencio que parecían una tortura, pero por fin alguien tuvo compasión de mi.

-desean algo para ordenar?-menciono el mesero mientras en mi mente le lanzaba todos los agradecimientos como se me fuera posible.

-si... quisiera una lasaña?-dije mientras centraba mi vista en Sadie la cual mantenía la mirada gacha.

En ese momento no me arrepentí de mis acciones, desde hace mucho que no lo hacia, por eso en ese instante pude ver como la chica tenia un semblante roto, como si contuviera las ganas de llorar.

¿de verdad me arrepentía?

-puedes quedarte callada y conteniendo las ganas de suicidarte, eso lo entiendo, pero debo dejarte en claro que no perdí mis horas de sueño en una cena la cual te quedaras parcialmente callada-solté furioso mientras me la observaba atento.

¿cómo mierda me pude acostar con ella hace tan solo pocas semanas?

De verdad que ya me fastidiaba el hecho de tenerla cerca, como para soportar el hecho de que lo único que hemos hecho las ultimas semanas es discutir.

-créeme me hubiera suicidado hace tiempo, y la única razón por la que viniste ha esta maldita cena fue porque quisiste o acaso viste que te amenace con un arma para que vinieras?-su tono fue cortante y frio mientras alzaba la mirada no tenia expresión alguna, como si le hubiera robado el alma.

-te quejas porque no respondo tus putos mensajes, y ahora me reclamas de que tenia la opción de no venir?-mi mirada seguía estática en aquellas orbes azules las cuales me miraba con lo que parecía ¿decepción?.

-¡DEJA DE COMPORTARTE COMO EL IMBECIL QUE ERES A DIARIO¡-y ese fue el colapso de impaciencia total, todos los presentes en aquel pequeño local nos miraban estupefactos, mientras yo cogía la mano de Sadie para calmarla y que dejare de hacer un escenario-perdón- susurro inaudible mientras se reincorporaba en su asiento, yo al igual como las demás personas del local la miramos estupefactos.

-ya terminaste de hacer tu estúpida escenita, o tengo que aplaudir-mencione sarcástico mientras veía como mordía su labio con fuerza provocando que sangrara.

¿por qué no sentía lastima alguna?

-Finn.... Deja de comportarte como un imbécil, si no quisiste venir lo entiendo pero por lo menos por una vez en tu puta vida compórtate como un humano-sus ojos lastimeros me vieron como si pidieran ayuda, yo desvié mi mirada agradeciendo internamente, por segunda vez en el día al camarero, el cual traía dos platos con lasaña y una copa de champagne.

-gracias-susurre, mientras el camarero servía en las copas el liquido amarillento.

-me retiro, en cualquier caso pueden infórmame si necesitan algo mas-y sin mas se retiro dejando un  silencio que estába opacado por el sonido de los tenedores tocar el plato y las bocas masticar comida.

Al cabo de unos minutos ambos habíamos terminado de comer, sin mencionar que me lleve media botella de champán en el intento.

Me levante para dirigirme a pagar la cuenta, cuando un estruendoso ruido de una silla chocando bruscamente contra el piso, me hizo dirigir mi vista a mi acompañante la cual se dirigía despavorida al baño, sin prestarle mucha atención, me acerque al cajero para pagar lo necesario.

Al cabo de unos minutos la causante del estruendoso ruido de la silla salió por aquella puerta de madera con un semblante de preocupación, le di su abrigo y nos dirigimos a mi porche que estaba un poco lejos.

El trayecto fue solo silencio, me distaría con cualquier cartel o señal para no sentirme tan vacío en aquellas calles.

Al llegar al auto ni me moleste en abrirle la puerta a mi acompañante, tan solo contaba los días para ser libre, definitivamente estaba arto de su presencia.

Sin darme cuenta ambos ya estábamos en el auto mientras me ponía mi cinturón de seguridad un sollozo hizo que prestara total atención a la pelirroja con semblante depresivo.

-es-estoy.... Em-mbarazada-susurro

 Em-mbarazada-susurro

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Nueve Meses [Fack]Where stories live. Discover now