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mañana del

t r e i n t a  y  u n o

de

d i c i e m b r e

En cuánto ingreso al autobús 412, deseó que él le hablara. Seguía un poco dolida por aquello que se habían dicho, pero era consciente de que había sido tan infantil de ambos que creyó que al día siguiente todo volvería a ser casi cómo antes. Obviamente no lo fue. Evan no le dirigió la más mísera palabra, ni siquiera la miró. Y fue una tortura para ella el observarlo todo el viaje y que él no le devolviera nunca la mirada. Se mantuvo serio todo el viaje, y su expresión se volvió más tensa cuando por fin se decidió a hablarle.

— Ya hemos llegado, ¿no piensas bajarte?. Ambos debemos cumplir un horario.

— Es año nuevo, Evan. Ni siquiera deberíamos estar trabajando. ¿Por qué has hecho tú turno de igual forma?.

Porque tenía la esperanza de verte, pensó.

—¿Por qué lo has hecho tú? — le cuestionó él.

He arreglado trabajar el día completo hoy, para recaudar más dinero para mí tía y las deudas, ya sabes.

Y porque también quería verte, pensó ella esta vez.


Mhm.

Ambos se mantuvieron en silencio por unos minutos.

—¿Como sabías que la línea también pasaría hoy?.

—Llamé a la compañía la noche anterior, me han dicho que eras el único que había decidido trabajar hoy.

—Uh, sí — con las manos en los bolsillos, se balanceó de adelante hacia atrás — ¿Planeas ignorar lo que pasó ayer?.

—Lo estaba haciendo hasta que lo mencionaste.

—Sí, bueno...

—Fue bastante estúpido de tu parte que reaccionaras así, ¿sabes?.

—¡Pero si has sido tú la que ha comenzado!.

— Ya debo irme, y creo que tú deberías hacer lo mismo. Tiene un horario por cumplir, señor Peters. —se sorprendió a si misma al hablar tan secamente, se dió medía vuelta y salió del autobús.

Línea 412 ━ Evan Peters | ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora