EL SUPERYÓ MILITAR La esquizofrenia social

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"Aquellos aspectos que resten o amenacen con restar poder al propio poder, por ejemplo, hablar o intentar husmear en la posibilidad de un Gobierno planetario supranacional es un tema prohibido y escabroso, aunque real. Cualquier indicio que ayude al ser humano, individual y colectivamente, a liberarse como individuo y a superarse personalmente, también es un peligro en potencia para cualquier poder que prefiere a sus súbditos en un estado de letargo pseudo-intelectual...de letargo, de atontamiento, para que no despierten a una realidad de independencia individual que no necesita de ningún poder o ningún Gobierno en sí para poder llegar a su plenitud"

Andreas Faber Kaiser

Capítulo I

El Intangible Militar, la paranoia lírica

El militar es la persona más noble que he conocido, es atento, es jovial, tiene capacidad de interpretación, ayuda en el bien comunitario, pero solo sirve en el campo del intangible, de la presencia.

Figura ante la sociedad como el ente más perfecto y tiene un alto nivel de credibilidad comparado con las Diosas griegas, es el Cosmos del virtuosismo ante el ente generador de odio de otras fronteras, es implacable en su jurisdicción y efectivo para con los suyos pero es inimaginablemente falto de dignidad dentro de su corazón.

Se muerde los labios para no llorar por el sistemático poder del "Los hombres nunca lloran", practica los deberes en el camino de la vida, es disciplinado ante los demás, pero y ¿consigo mismo?, ¿es disciplinado consigo mismo?, la respuesta tiene dos letras que se repiten a menudo por los altos mandos...¡¡NO!!

Habita dentro de los regímenes sociales como un hombre honrado, bien portado, sin fallas, pregonando la gratitud, pero ¿será como dicen: Con respeto?

Si el respeto se lo gana, porque es irrespetuoso con los suyos, ¿por qué no tiene el sentido de la categoría de la alteridad?, es un hecho aislado, bebe sin despecho, ama sin amor, es loco con los suyos y es capaz de transgredir otra patria sin pensar en la suya.

Pero también transgrede su alma con el simple hecho de levantar su mano ante alguien que soñó las estrellas del firmamento para hacer una tumba del que está en frente... ¿Es acaso el verde oliva o el uniforme pixelar de su cuerpo el que lo hace diferente? No, así lo formaron y así morirá; a menos que engendre dentro de sí mismo la capacidad de leer entre líneas.

Será que las pocas veces que es feliz es por propio criterio o porque alguien le robó las estrellas que soñó, es un hecho aislado en el mar de Mármara o en las esquinas de Boston, tal vez ahí imagina que le arrebataron la capacidad de ser feliz en el encierro, entonces el grito desesperado de la bohemia que habita en él es el magistral sentido de vida que lo hace diferente.

Ama la voz de su conciencia porque no tiene afuera una, le basta con ascender para crear una felicidad ficticia, cree en sus ideales, pero no lucha, afinca en su ser la maldad contra el enemigo, pero ¿sabe quién es realmente el enemigo?, ¡¡No!!; no sabe que el enemigo está en el mismo frente a menos que los conflictos se den fuera de sí mismo.

Obvia la razón del otro complicando su situación, es fuerte en su convicción, embellece lo indescriptible, porque no sabe que solo es interpretación, basa su estigma de lucha en los ojos de su tenencia, abriga lealtad pero solo en su propio pensar, entonces ¿quién es realmente el militar?

El militar es simplemente mil en uno, una simbología que nadie entiende, una semántica estúpida de los labios, de los labios del otro. Paradójicamente aquellos que deciden por otro son los mismos que decidieron abrazar la carrera castrense sin pensar en la otredad ¿Por qué?, porque su ego sin el pixelar no está completo, ¿y su razón social?, simplemente no existe.

"El Superyó Militar"Where stories live. Discover now