VII

5.8K 231 45
                                    

- Pero bueno, ¿dónde os habíais metido? Menos mal que no hemos pedido. - Ricky se había levantado para recibirnos con los brazos abiertos, literalmente.

- Que íbamos detrás, capullos. Ni uno se ha parado a esperarnos. - Esa era Mimi aprovechando cualquier oportunidad para llamar capullo a su amigo.

- La verdad es que pensábamos que no ibais a venir. Ya sabes, vuestra tensión sexual. - Yo miré a Nerea porque no dejaba de sorprenderme nunca.

- Yo no me voy a quejar, quiero decir, ¿habéis visto el bailecito que me ha hecho? - Todos se rieron de aquel comentario y yo me hundí en el asiento al lado de Aitana.

- Ay pero que he hecho yo para merecer esto.

- Buah pues yo me he puesto hasta cachonda. Ojalá me hubieras bailado así a mí. Es que ay Ana, madre mía. - Me escondí en el cuello de Aitana deseando que todos se callaran.

Ella me rodeó con sus brazos riéndose y su pecho vibró, es que hasta Aitana que siempre era la más buena conmigo.

- Espero que Mimi te lo hubiera agradecido bien, a mí me bailas así y... madre mía. - Yo me separé un poco mirándola. Lo había dicho lo suficientemente bajo como para que fuera una conversación privada.

- No le he bailado a Mimi, le he bailado a Miriam. - Ella subió ambas cejas mirándome.

- Ya, y yo soy tan rubia como Nerea. - Por suerte nos interrumpieron antes de que contestara.

- Hola chicos, ¿qué queréis tomar? - Y eso fue lo peor que pudo preguntar.

Yo seguía segura de esa noche de abstinencia así que me pedí una simple cerveza. Todos los demás se peleaban. Primero mojitos, luego cócteles y finalmente acabaron preguntado al pobre chico que llevaba media hora de pie esperando.

Al final tuvo que recitarnos la carta entera de cocteles porque la mayoría iba demasiado ciego para leerla.

- Bueno mira, tráenos los que más te gusten a ti. No creo que a estas alturas de la noche pongamos pegas.

Miré a Mimi porque era la única que todavía no se había pronunciado. Estaba leyendo la carta y yo me reí por lo ridículo que seguí siendo todo.

- Pues nada, 2 cervezas y 11 cocteles, ¿no? - Todos asintieron sonriendo.

- Vale estupendo, ahora mismo os lo traigo.

El karaoke ya estaba relativamente lleno y todos sabíamos que iba a tardar un poco., así que empezaron todos a hablar a la vez y aquello se volvió una completa locura.

Yo no entendía nada de lo que estaba pasando. Roi estaba contándole algún chiste malo a Nerea y Mireya. Ricky estaba discutiendo con Mimi, cada uno en una punta de la mesa, por supuesto. Aitana hablaba con Alfred y Amaia en un idioma que no conseguía descifrar del todo. Cepeda se había ido a hablar con unas chicas y, por último, aunque no menos importantes, Roul y Agoney se estaban comiendo lo que viene a ser la boca.

Busqué a Miriam con la mirada para saber que le pasaba, estaba un poco pensativa y todo el mundo sabe que borracho es mejor no pensar.

- Hey leona, ¿estás bien? - Ella sonrió mirándome.

- ¿Aceptarías si le propongo a Pablo un trío contigo? - Y, exactamente como en las películas, todo el mundo se quedó en silencio.

- Pues no creo, la verdad. - Me sentía muy observada por todos.

- ¿Por qué? Si es porque hay alguien más pues podríamos hablarlo. - La risita de Nerea se escuchó de fondo.

- Pues claro, Mimi y ella disfrutan mucho últimamente. - Agoney le dio un toque en el brazo para que se callara.

Together; WarmiWhere stories live. Discover now